Tal vez jamás te lo dije, princesa patética, siendo yo el dios del Odio, reconocer a aquellos que me tienen en su corazón es lo más fácil y simple en este mundo. – El arquero, rómpele los brazos. El caballero sin máscara se resiste, a los otros dos no puedo controlarlos, uno de ellos siente fastidio e indiferencia por la vida humana mientras que el otro es codicioso, no me pertenecen, pero no importa, dos es mejor que nada y la noche, recién comienza. Los cuatro idiotas pelean entre ellos y eso me da un poco de tiempo, veamos, usando a esos hombres como referencia, soy muy baja. “¡Soy de estatura media!” Eres baja y muy delgada, mis muñecas pareciera que van a romperse como un trozo de rama, el cabello es rubio, más tarde lo pintaré. “¡No lo harás, me gusta el cabello rubio, es igual