Brisa. —Por favor. —abro mis ojos soltando lagrimas—. Duele mucho. —Cálmate no te alteres. —habla con mucha calma pero no puedo mantenerla—. Tranquila no te pongas nerviosa. —Por Dios Martín, duele. —sin decir nada me besa con suavidad, intento correr la cara pero me la sostiene con las manos hasta que me rindo a sus besos, pellizca mis pezones con suavidad intentando que sienta placer, esta totalmente quieto mientras hace todo eso. —Tranquila. —sus manos me recorren entera y su boca baja por mi cuello—. Relájate... Sé que te duele pero relájate y va a pasar. —Por Dios santo. Mordisquea mi cuello, aprieta muy suave mis pechos y hasta lleva una mano a nuestra unión para acariciarme aún con él dentro mio hasta el fondo, ¿Cómo es que lo sé? Porque siento sus testiculos en mi culo y su p