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Tentacion

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Blurb

Martin despues de tener un romance fallido se cierra a las relaciones, aunque es un mujeriego que elige bien a las mujeres antes de acostarse con ellas, en secreto esta loco por la chica gordita que su mejor amigo le advierte que no toque.

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Capitulo 1
Brisa. Miro el celular con nervios, hoy en la noche tengo una cita con un chico pero no quiero ir, Lili me mira en silencio un buen rato mientras se muerde los labios, estoy peinandome en su mesita de cosméticos mientras esta en la cama, no quiere que vaya, yo tampoco quiero ir pero siento como que es una obligación el ir, lo conocí en la calle, pasó en moto pidiendo mi número y de una me invitó a salir y sentí como que no podía negarme a la salida. —No vayas. —¿Por qué dices eso?. —intento mantener la compostura y no delatarme. —No se te ve con ánimo. —Quiero probar. —alzo un hombro afirmando lo que no siento. —Dime a donde van y le digo a Julián que vayamos como algo normal. —la miro por el espejo que le esta dando pecho a Uriel. —¿Qué dices loca?. —digo riendo. —No lo conoces Bri. —se para cuando el nene hace medio berrinche—. No te confíes por favor, hoy en dia están re locos. —Voy a estar bien. —me miro al espejo diciéndome que si mi papá estuviera acá no me deja ni acercarme a la ventana. —Sabes todo lo que pasa hoy en día. —No seas dramática. —junto los libros y ella se mueve hamacando al nene. —Soy realista no dramática, no hables así. —Te voy a estar mandando mensaje así te quedas tranquila. —Júralo. —se para delante mío mirándome fijo. —Lo juro. —No estoy bromeando Brisa. —la agarro de los hombros riendo. —Ya, tranquila. Le doy un abrazo tranquilizandola y me voy, como ya no puede ir a la facultad por Uriel que es chiquito y toma pecho voy a verla casi a diario, y si un día no voy ella viene a mi casa, creo que nos entendemos porque estamos solas las dos, yo con toda mi familia lejos, muy lejos la verdad, y ella los tiene pero no tienen trato y como tampoco tenemos amigas estamos solo las dos apoyandonos en todo lo que podamos, pensando en eso camino apurada hasta la parada del colectivo por si se llega a ir y me toca caminar, nunca se sabe con el transporte publico y me ha tocado caminar muy tarde porque jamás llegó. No me tomo la molestia de cambiarme de ropa para nada, me gusta y estoy cómoda con mi jean y un suetercito n***o con unos pomponsitos blancos, alrededor de las siete de la tarde me manda mensaje que me esta esperando en la plaza que hay a unas cuadras de donde vivo, ni en pedo le iba a dar mi dirección a un desconocido por más que acepté salir con él, llego al lugar y esta en una moto grande mirándome de pies a cabeza. —Hola. —le doy un beso en la mejilla casi sin ganas y medio que con asco, ¡Dios! ¿Por qué acepté venir?. —Hola. —se nota que ni mi nombre se acuerda—. ¿Vamos a mi casa?. —No... Por mensaje ya te lo dejé claro. —el segundo mensaje que me escribió fue invitándome a ir a su casa, sonríe negando mientras me rasco el cuello incómoda. —Vamos a tomar un helado entonces. —me subo a su moto y vamos a una heladería en el centro de la ciudad, bajamos y me vuelve a mirar de arriba abajo a penas nos bajamos—. ¿No tenías mejor ropa que ponerte?. —eso me dejó de piedra ya que no me lo esperaba, entramos y primero paga por el helado—. Pedí medio kilo... Elige los gustos. —Esta bien. —miro la cartelera pensando—. Cereza, Frutos del bosque y Chocolate. —Bien. —me aprieto las manos mirando a todos acá. —¿Treinta y cuatro?. —Acá. —le da el papel a la chica que nos va a atender. —¿Qué gustos?. —Napolitana, mascarpone y chocolate con nuez. —me muerdo los labios para no reír porque pidió otra cosa. —Que lo disfruten. —dice la chica entregando el taper. —Gracias. —salimos del lugar y nos sentamos en las sillas de afuera aún con el frío que hace. —¿Y qué haces de tu vida?. —Estudio. —me mira en silencio—. ¿Y qué es lo que tú haces?. —Trabajo. —¡ay Dios! que ganas de partirle la cara que me dan—. ¿Con qué crees que pagué el helado?. —Te devolví la pregunta. —lo digo con ganas de mandarlo a la mierda, literal, ya no lo soporto y vamos como diez minutos de vernos. —Y yo te respondí. —dice sonriendo— ¿Qué estudias?. —Administración de empresas. —¡Ah! ¿Y no piensas trabajar?. —Para eso estoy estudiando. —saco del helado sin mirarlo—. Estudio para tener un buen trabajo o no lo estaria haciendo. —Para mi el estudio es una estupidez, y de gente que no quiere hacer nada de su vida. —Esta bien. —le sonrío asintiendo—. Es tu opinión y esta bien. —¿Hace cuánto que no estas con un hombre?. —¿Cómo?. —lo miro atragantandome y no me creo lo que dice. —Quiero saber para ver cuan rápido vamos a ir. —no puedo creer que de verdad cree que me voy a acostar con él—. Si quieres yo te digo. —No. —muevo las manos negando—. Esta bien, no hace falta que me lo digas. —Mi última novia fue hace cuatro meses y era una loca de mierda. —¡Ah! Mira que loco. —me rasco el cuello incómoda ya que le dije que no me interesaba pero igual lo dice. —En realidad era una hija de puta. —come helado como si nada—. Me quería mandar y prohibir cosas... No sé que se creía. —Bueno. —miro la hora haciendo caras—. Se hizo re tarde, me tengo que ir. —Vamos a mi casa. —pongo mis manos en las piernas cuando me quiere tocar—. Podemos tomar algo... Un cafecito y hablar mas relajados. —Ya te dije que no voy a ninguna casa. —levanta una ceja medio enojado—. Así que vuelvo a decirte que no. —O vayamos a otro lado pero no digas que no sin saber. —Me tengo que ir. —me paro y él también. —Vamos a dar una vuelta. —mierda, ¿Cómo le hago entender que no quiero nada?, pienso y pienso en alguna escusa y no me doy cuenta de que me habla—. ¿Y?. —¿Eh?. —Si te gustaría tener algo conmigo. —lo miro sin entender de que habla y da por hecho que acepté lo que sea que dijo—. Cuando sea verano te voy a llevar a un lago que esta muy bueno... Es barato y lindo. —Seguro. —digo en susurro. —¿Dijiste algo?. —Si... Que me tengo que ir. —Vamos a mi casa... Es que esta sola y tengo miedo a que me entren a robar. —me da risa y pena de lo tanto que insiste—. Después te llevo hasta tu casa. —No gracias... Me tengo que ir donde una amiga y me voy a tomar el colectivo. —Te acompaño a la parada. Caminamos y él habla sin parar ya que no emito bocado alguno, solo quiero llegar a la parada del cole e irme a la miercale a encerrarme en mi casa segura de pelotudos como este, ¿Cómo carajo me pude meter con este estúpido? ¿En qué mierda estaba pensando cuando acepté? Aaaa ya me acuerdo... Quería dejar los comentarios de la gente que dicen que esta mal que una chica de 22 años este sola y que jamás la vieron con un hombre, ¿tan malo es estar sola? ¿Tan malo es no andar de cama en cama? Según mi papá y hermanos esta perfecto que no este con un novio ya que soy una señorita y ellos súper celosos posesivos que me viven diciendo que van a matar al que se atreva a tocarme. Llegamos a la parada de colectivos en donde busco desesperada a ver si viene el que me lleva a mi casa, me giro y lo veo atrás mío mirándome el culo, ver eso me dieron ganas de meterle una trompada y vomitar al mismo tiempo porque me dio tanta repulsión que hasta a mi me sorprende donde jamás había sentido asco por una persona. —¿Cuál tomas?. —¿El colectivo?. —Si. —se rie cruzándose de brazos—. ¿No vinimos a eso?. —Si, discúlpame. —No pensé que eras estúpida. —¿Qué?. —se ríe como si fuera gracioso. —Te creí inteligente no estúpida. —Soy estúpida tanto así como te considero hombre... Cero. —¿Eh?. —deja de reír enseguida medio dándose cuenta de lo que le quise decir, viene un colectivo cualquiera y lo paro. —Ahí viene. —me subo sin siquiera decirle chao pero me agarra la mano. —¿No me vas a dar un beso?. —Nooo... ¡Que asco!. Pago y me voy a sentar del otro lado en donde no lo pueda ver y riendo por su cara cuando le dije que no le iba a dar un beso, el colectivo empieza la marcha inmediatamente, cuando hace dos cuadras en dirección recta me doy cuenta que no tengo idea de a donde va, voy hacia el chofer para preguntar y resulta que sale de la ciudad, le pido que haga otra cuadra y pare porque sino me va a quedar mas lejos para llegar a mi casa. Después de bajar comienzo a caminar un poco, es tarde y no sé si el colectivo que tengo que tomar va a pasar. —Señora. —No. —levanto una ceja cuando se aleja. —Buena, ni siquiera me dejó preguntarle nada ¿Qué le pasa?. —todos me miran por como le grito a la mujer—. Bueno... A seguir caminando. —llego a la esquina y un auto para a mi costado, bajan el vidrio pero cruzo como si nada. —Ey. —acelero el paso pensando que es algún idiota creyendo que me voy a subir a su auto todo porque es un auto caro y que eso les da derecho a decir y hacer lo que quieren—. Espera. —Mierda. —miro hacia todos lados buscando a alguien para pedirle ayuda. —BRISA PARAAAAA. —me giro cuando gritan mi nombre, lo veo venir corriendo dejándome sorprendida—. ¿Qué haces sola a esta hora? ¿Estas loca?. —Voy a mi casa. —apunta hacia su auto. —Vamos te llevo. —Esta bien. —voy hacia el auto y abre la puerta así subo, creo que no quiere que le azote la puerta de su auto de lujo importado por eso la caballerosidad. —¿Hola no?. —lo miro sonriendo dandome cuenta que no lo hice. —Hola Martin. —le doy un beso en la mejilla—. ¿Cómo estas?. —Bien. —me sonríe asintiendo—. Muy bien de hecho. ***** Martin. Llego al restoran en donde voy a tener una cita con una abogada de la empresa, es toda una delicia, curvas de infarto, pechos grande y firmes, obviamente falsos, ¿Pero siguen siendo pechos no? Piernas largas y un culo que me vuelve loco, no es la primer mujer que saco a cenar, en realidad a todas las llevo a cenar para que no digan que solo las llevé a un hotel y las dejé ahí después de quedar satisfechos, al menos les doy de comer y hacerme el interesado pero siempre dejando en claro la situación a esperar, que solo es sexo, que no esperen besos, abrazos y flores al dia siguiente porque no va a ver absolutamente nada de eso. —Hola linda. —se sonroja y me río por dentro ya que es una mujer experimentada que actua como una colegiala en su primer cita—. Pensé que me ibas a plantar. —Es la hora que me dijiste. —Te pasaste por... —miro mi reloj divertido—. Cuarenta y cinco segundos... Fue una eternidad. —¡Que exagerado!. —pone la mano en mi pecho y pienso que ya la tengo lista. —Vamos adentro que hace frío. —Si por favor... Me estoy congelando. —Me imagino. —esta con una pollera tubo pero super corta y un top diminuto aún con el frio que hace. —¿Supongo que me vas a hacer entrar en calor no?. —Te voy a prender fuego. —se ríe a carcajadas y parece un loro, no sabia que se reía así que me asustó un poco. —¿Tienen reserva?. —Si... Martin Rochlan. —Deme un segundo. —busca en la lista asintiendo—. Síganme señor y señora Rochlan. —vamos a la mesa y traen el menú y el señor y la señora no sale de mi cabeza. —Le dejo cinco minutos para que ordenen. —Yo solo quiero ensalada de rucula, cebollas y tomate, para tomar un vino espumante rosa. —levanto la vista de la carta sonriendo. —¿Usted señor?. —Quiero un bistec bien cocido por favor, con papas asadas y agua con gas. —Bien. —se pone los menu debajo de la axila sonriendo—. En diez minutos les traigo sus platos. —¿No tomas Martin?. —No cuando manejo. —asiente poniendo el codo en la mesa y literalmente se chupa un dedo. —Espero que cumplas mis expectativas. —Las voy a cumplir. De golpe empieza a hablar sin parar, intento de escucharla pero, ¿para qué perder el tiempo fingiendo que me interesa lo que dice? Si solo la invité para después cogérmela, prefiero hacer esto ya que pagar por sexo me resulta muy bajo, aunque analizandolo bien lo estoy haciendo, p**o una cena y el hotel y creo que es lo mismo. Como estamos en la ventana me puedo distraer mirando hacia la calle rogando que el tiempo pase rápido y así irnos de una vez a lo que vinimos, en eso veo a Brisa, camina apurada y un pibe detrás de ella hablándole y moviendo los brazos, corro la silla hacia atrás dispuesto a salir corriendo por si necesita ayuda. —¿Estas bien?. —Si. —no puedo dejar de verla que esta desesperada mirando a ver si viene un colectivo. —¿Vamos? Ya pagué. —¿Qué?. —miro como el mozo se lleva la carta—. Pero yo te invité. —Para la próxima pagas. —si supiera que no va a ver próxima nunca en la vida no hubiera pagado. —Vamos. —cuando salimos veo al pibe volver por el mismo lugar que aparecieron pero a ella no la veo por ningun lado—. ¿Sabes una cosa? Me tengo que ir... Me acordé de algo importante que no puede esperar. —¿Me estas jodiendo?. —No... Discúlpame, en otro momento será. Me encamino hacia el auto dejándola parada en medio de la vereda mas que sorprendida y enojada, yo también estaria igual si me lo hicieran, cuando arranco me vuelve todo, ¿Por qué le dije que me tenía que ir? ¿Acaso estoy loco? Mierda, ahora no puedo volver a suplicarle, jamás lo hice y no lo pienso hacer. Hago un par de cuadras y la vuelvo a ver, ¿pero es qué esta loca? ¿No subió a un colectivo?. —¿Qué hacías caminando sola?. —hace con una sonrisa tranquila y de alivio, es como que si hubiera estado en tensión por mucho tiempo y ya se siente segura para relajarse. —Iba hacia mi casa. —la miro frunciendo las cejas. —¿Por qué caminando?. _El colectivo no sé si pasa a esta hora... Ya es bastante tarde. —Podrías haber tomado un taxi. —¿Y con qué lo p**o?. —no digo nada y arranco, una vez la llevé a su casa por eso sé donde vive, no hace falta que le pregunte—. Puedes dejarme en la ruta, no hace falta que te metas muy adentro. —¿Para que pase un idiota y te quiera levantar?. —de solo pensarlo me enferma—. No... Te dejo en la puerta de tu casa. —¿Al menos me voy a hacer unos pesos no crees?. —lo dice riendo pero a mi no me da nada de gracia. —Yo te doy unos pesos si los necesitas. —la miro serio para que sepa que no estoy jodiendo. —Tampoco estoy desesperada mi amigo, calmate. —¿Mis pesos los esquivas pero de otro si los aceptarías? Mira que locura. —No te tenia como un hombre que pagara por sexo. —levanto una ceja divertido sin dejar de mirar el camino. —¿Cómo me tenias entonces?. —No eres para nada un hombre feo... Supongo que las mujeres deben estar a tus pies sin necesidad de pagar... A menos que... —¿Qué?. —paro en un semáforo y al fin la puedo mirar. —¿Tienes algún fetiche con las gordas?. —me empiezo a reír a carcajadas—. No te rías es una pregunta seria. —Me río porque no tengo idea de como llegamos a hablar de esto. —Todo empezó cuando te dije que me dejes en la ruta. —Retomemos de ahí entonces. —junto las manos moviéndolas—. No te pienso dejar ahí porque queda muy lejos de tu casa y es muy tarde. —Sé caminar... Siempre hago trayectos largos. —Ahora no... Te voy a dejar en la puerta de tu casa sana y salva como debe ser y no es molestia. —no puedo seguir hablando porque su celular suena. —¿Hola?... Si.... No, ya me fui... Es un idiota Lili... Estoy bien no te preocupes... Estoy yendo a mi casa... En taxi... Bien, nos vemos mañana. —intento aguantarme pero no puedo. —¿Por qué no le dijiste la verdad?. —No lo creí conveniente. —¿Quién es un idiota?. —suelta una gran carcajada—. Te estoy preguntando en serio, ¿El pibe con el que estabas en la plaza?. —¿Eh?. —Estaba en el restauran de en frente y te vi. —Ese es el idiota. ¿Puedo poner música?. —Si, pone tranquila. Busca en las emisoras y pone una radio en donde pasan música moderna, algunas las canta y en otras solo mueve la cabeza mientras se golpea un muslo dándole ritmo a la música. Llego a la hilera de edificios en donde vive, sé cual es su edificio pero no sé cual es su apartamento ya que nunca entré, bueno, una sola vez la traje y la dejé acá mismo donde freno ahora, sinceramente desearía verlo pero no porque me interese la arquitectura o decoración, bueno, mas que verlo me gustaría recorrerlo mientras los dos estamos desnudos y felices haciéndolo en cualquier rinconcito que encontremos, con ella mas que dispuesta y contenta de hacer de todo, no me refiero a cosas raras sino a abrirnos más, no solo a hacerlo en una cama, aunque mirándola bien me pregunto que le gustará, ¿Será de las que le gusta estar solo abajo o arriba? ¿Será que es mandona o sumisa? ¿Le gustara hacer diferentes poses? Porque me he topado con mujeres que cierta pose no les gusta y las respeto, es su cuerpo, su decisión, pero en Brisa me genera morbo moverla para cualquier lado para verla en todas las formas y sentidos que pueda haber. —Gracias por traerme de verdad. —le agarro el brazo cuando quiere bajar—. ¿Qué pasa?. —¿No me vas a invitar a pasar?. —Nooo. —me sonríe poniéndose media colorada—. Nos vemos y de vuelta mil gracias. —Nos vemos. —la quedo viéndo rodear el auto y despedirme con la mano, aguardo unos minutos hasta que veo encenderse una luz—. Ya te tengo. —digo sonriendo como un loco. . . 1° Insegura "letras rojas" 2° Insegura "letras azules" 3° Tentación. ■ 4° Inesperado. 5° Inocencia. 6° Lecciones. 7° Aprendiendo. 8° Confiando. 9° Miradas. 10° Mi Rebelde. 11° Indomable. 12° Mestizo. 13° El Indio. 14° Antu. . .

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