Bran.
El tiempo ha pasado como si fueran siglos para mí. Volví a mi trabajo inmediatamente que se fueron. Los abrazos de Noemí y sus te amo me dejaron destrozado. Por un momento pensé que Alessandra se instalaría en el país, pero mis ilusiones se hicieron añicos el día que las llevé al aeropuerto. Despedirme fue doloroso, y no quiero pasar por ello nuevamente.
Su hermano es casi el único amigo que me queda y cada tanto me recuerda que ellas volverán y podremos estar juntos nuevamente.
Nada se siente igual. La finca no es lo mismo sin ellas allí. Se siente solitario, no se escuchan sus rosas. Noemí no corre a la piscina y Aless no desfila sus hermosos trajes de baño de dos piezas. El potrillo de la princesa ha crecido demasiado y está pronto para ser entrenado para poder montarlo.
Blanquita esta inquieta la mayor parte del tiempo y Pegaso se ha retraído.
Supongo que mi caballo puede sentir mis emociones y es capaz de exteriorizarlas.
Últimamente he tratado de ir poco por allá. Antes no me hacía tanto mal, porque generalmente pasaba un par de horas hablando por video llamada con la pequeña, mostrándole su potrillo al que llamó Chocolate, mostrándole los campos y leyendole los libros de la biblioteca.
De lejos, a través de la pantalla podía ver a Alessandra, tan hermosa como siempre. Nunca hablaba conmigo hasta ese día que rompió mi corazón.
-No creo que sea bueno que sigas llamandola, Brandon. -sus ojos no me veían directamente. Tenía sus manos unidas y su vista solo seguía el movimiento de sus dedos tocandose entre sí.
Nunca me hablaba cuando estaba al teléfono con la pequeña y jamás pensé que el día que lo hiciera fuera para decirme eso.
-Pense que estaba todo bien, Less. No entiendo que pasó.- no comprendo porque me pide esto ahora.
-Es que no quiere hacer amigos porque ya tiene uno. - me dice con una mirada rapida y yo aun sigo sin entender.
-Soy su amigo- le digo, señalando lo obvio.
- No, Brandon. Necesita amigos reales y de su edad. - sus ojos me enfocan mientras sus cejas de unen- Sólo te pido que le digas alguna escusa, no se. Pacientes, trabajo, lo que se te ocurra. - no puedo creer lo que me pide
-Tu me pides que le mienta a tu hija Alessandra. - después de que estuvieron acá hace 8 meses no logró entender que me pida que le mienta a su hija.
-Te pido que te apartes de a poco. Tampoco es que le vas a mentir descaradamente. - bufo furioso. Lo que me pide es irracional.
-Yo no le voy a mentir a una niña de 6 años, ni ponerle escusas ni nada que se le parezca. - veo sos ojos viajar por la habitación en la que se encuentra- ¿Con qué fin?- busco sus ojos tratando que hay detrás de ese pedido, porque no logro comprenderlo y lo necesito.
- Estoy saliendo con alguien ¿Esta bien? - me sorprende lo que me dice, peo una cosa no tiene que ver con la otra.-y cada vez que quiero presentárselo a Noemí me aterra que te nombre para algo. Ahí está. - sus manos se mueven por el espacio y se hacen un puño al final de su oración.
-Pues le dices - respiro profundo, porque duele imaginarla con alguien mas- 'mira fulano el es Brandon, un amigo de mi hija de otro país' y punto- le digo señalando lo obvio. Una cosa es mi relación inexistente con ella y otra la que tengo con la pequeña.
-No le voy a decir nada porque no estas entendiendo mi punto, Brandon- respira profundo evidenciando lo enojada que esta- te dije allá que no te quería cerca de ella porque se iba a encariñar y te acercaste igual - ya le habia aclarado que no iba a ignorar a una niña- . Ahora te digo que la llames menos y solo lo haces ¿esta claro? - mi mira realmente enojada- No la llamas más y se solucionó el tema.
-No es justo Aless. - no puedo evitar que las lagrimas se acumulen en mis ojos y preguntar- ¿que hice eh?
-No hiciste nada Brandon, pero es lo mejor para ella. - cierra los ojos in momento y puedo escucharla exalar- Necesita amigos de verdad, ya te lo dije. Si yo los dejo pasan cuatro horas al teléfono y acá es prácticamente la hora de la cena. - su tono baja
-Se lo vas a decir tu ¿Verdad?- Yo no voy a romper su corazoncito como Aless lo hace con el mío cada vez que tiene la oportunidad. No soy capaz. Mis ojos se llenan de lágrimas de imaginar a la pequeña triste por mi culpa.
-No entiendes que no tengo que hacer y decir nada- ¿Espera que yo lo haga? realmente no me conoce. - Solo deja de llamar, Brandon. Búscate una vida que nosotras tenemos la nuestra acá y no te necesitamos.
Y me cortó la llamada dejando un vacío imposible de llenar.
Ese día llore por horas como un maldito niño al que le habían sacado su juguete preferido.
Un tiempo después de esa charla decidí que lo mejor era dejar de llamar yo, pero le había prometido a la princesa que siempre estaría para ella, asique si ella me llamaba para lo que fuera, no iba a ser mi culpa y Alessandra lo tendría que soportar. En muchas ocasiones miraba su contacto en el teléfono. Las ganas de presionar el botón verde se apoderaba de mi. Era solo presionar un botón y su dulce voz me daría la energía que necesitaba para continuar con mi vida.
No podía ignorarla y ambos lo sabíamos.
Solo que fui muy tonto para darme cuenta que el tiempo hizo exactamente lo que Alessandra quería. Noemí dejó de insistir con facilidad, hasta que de dos veces a la semana, comenzó a llamarme solo una por mes.
Lo había logrado.
Mi pequeña se olvidó de mi existencia.