14. Mi hija.

1011 Words
Bran. En el momento en que me confirma que Noemí es mi hija, siento el enojo burbujeando por salir. Todo lo que la amo y ella puede hacer esto sin dudar un solo instante. -Si no estuvieras en esta situación ¿nunca me lo hubieras dicho o si?- las razones por las que estoy acá son de extrema necesidad y su negación de cabeza me indica que jamás hubiera hablado. No tenía el derecho, no tiene el derecho y no me tiembla el pulso para hacérselo saber. Cuando considero que ya he tenido suficiente con la discusión me paro de golpe para pagar la cuenta e ir con mi hija. Su expresión es de pánico total y más me enojo. -Llévame con mi hija. - exijo firme, es lo único que puedo decir para no explotar en cólera. Ella asiente y me guía al hospital de enfrente. Mientras la sigo no puedo parar de pensar en las casualidades. Tengo una hija. ¿Será que lo desee con tanto ímpetu que la vida me regaló una hija? Con la mujer que amo. O que amaba. No sé si alguna vez pueda perdonarle que me haya ocultado esto por tanto tiempo. Las lágrimas corren por mi rostro. Todo mi cuerpo tiembla y se que tengo que relajar mis manos que aún son un puño a mis costado. Las abro y las cierro a medida que trato de calmar mi respiración y mis ojos viajan por todas las puertas a los lados del ancho pasillo de la clínica. Alessandra se detiene frente a una puerta indicando que allí se encuentra mi princesa. Han pasado dos años casi, y mis emociones me juegan en contra. Respiro muy profundo para tratar de calmarlas y antes de ingresar fingió una sonrisa para dar lo mejor de mí a mi princesa. La veo en esa cama y me me parte el corazón por segunda vez desde que llegué. Esta toda conectada. Sus ojos hacen colección con los míos cuando los zapatos de Less emiten el sonido de sus pisadas. Los ojos de mi hija de abren grandes. Me abalanzó contra su cuerpito tan frágil. -Oh mi princesa, te extrañe. Te amo te amo. - Le doy todos los besos que no tuve tiempo de darle. Sus brazos se enroscar en mi cuello. -Brandon. ¡si viniste! ¡si viniste!- comenta emocionada y me derrito de amor por ella. Le doy más y más besos al darme cuenta de que me estuvo esperando. ¿Por cuanto tiempo me estuvo esperando mi princesa? -Si mi amor. Claro que vine. Tenía que arreglar algunas cosas pero obvio que iba a venir. Sigo aferrando su rostro con mis manos mientras le regalo una sonrisa. Es tan bella y tan mía. Por supuesto que no le voy a decir que su madre tiene que ver con mi demora. Eso no me importa ahora. -Te extrañe muchísimo, much Bran- las lágrimas corren por su mejilla y yo trato de secarlas una y otra vez mientras ella trata de hacer lo mismo conmigo. -Jamás volveré a alejarme de ti. Te lo juro mi reina- y vuelvo a llenarla de besos mientras me hace lugar en su pequeña cama y se pega a mi cuello. La abrazo con fuerza pero con cuidado de no sinchar los aparatos a los que esta conectada dándole muchos besos. Lloro de la emoción del momento y trato de calmarla con una canción que siempre amé de Pablo Alboran. Se la canto con los ojos cerrados desde lo profundo de mi alma, con la voz entrecortada de todas las emociones que me embargan. " Prometo que no pasarán los años Arrancaré del calendario las despedidas grises Los días más felices no han llegado Te prometo olvidar mis cicatrices Y devolver lo que he robado A tus dos ojos tristes Te prometo que nos mudaremos pronto Del fracaso y desconcierto A la calle del silencio Te prometo que vamos a volvernos eternos Me voy a desprender de una vez De mis montañas de arena De acantilados y de mis días pesados Mis naufragios ya no valen la pena Me voy a desprender de todo aquel Que no nos mire de frente De los poetas de palabra hueca Del ruido que ahogue tu canción favorita de amor Y respirar lo que nos quede Bailaremos nuestro tango en el salón Si te atreves, no me sueltes" Ella comienza a calmarse y noto que su cuerpo se siente suave y relajado, por lo que abro mis ojos y la veo dormida. Detallo su rostro y seco los rastros de sus lágrimas. Es tan pequeña y está pasando por algo que no tiene nombre. Al levantar mis ojos puedo ver a mi amigo ahí, mirándome con los ojos llenos de lágrimas. Alessandra no se encuentra en la habitación y en verdad lo agradezco. Necesito este momento a solas con mi hija. Siento mi cuerpo flotar mientras ella rodea mi abdomen con sus frágiles brazos. Darien me alcanza pañuelos y yo lo miro confuso. -Amigo. Me da gusto verte, aunque no en estas sircunstancias. Secate la cara, Brandon. Nos necesita enteros- me hace el gesto hacia mi hija y la vuelvo a mirar antes de darle otro beso más. -Me dijo que tu lo sabías, Darien. - no hay reproche en mi voz. -Lo comenzamos a sospechar con el tío cuando empezamos las averiguaciones y lo confirmé cuando ella vio el video. Me prometió que te iba a decir, amigo. De verdad pensé que lo haría. - se acerca a la camilla y pone su mano en mi hombro. -Si no estuviésemos así, nunca iba a decírmelo, Darien. - cierro mis ojos temeroso de que esa posibilidad tenía que ser más grande que ver a mi hoja así. Su mirada baja a sus manos. Por más enojado que este, entiendo su situación. Su lealtad estaba y está con su hermana. -Puedo entender si estas enojado con nosotros, Brandon. -Jamás, amigo. - lo tranquilizo sabiendo que no es su culpa- Ahora menos que somos familia. Y lo abracé.
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