Aless.
Pienso como decirle mientras el cierra sus ojos y no puedo evitar temblar de miedo.
-Noemí es mi hija, verdad? ¡Contesta! - me pregunta con sus dientes apretados.
-Si, Brandon. Ella es tu hija.
Si quiero ayudarla necesito comenzar por la verdad.
-¿Cuando supiste que era mi hija, Alessandra?- su rostro comienza a tornarse rojo, pero ya estoy aquí y debo seguir.
-Lo sospeche cuando te vi de espalda porque los dos tienen un lunar en la última vértebra en la cadera. - confieso con mis propias manos presionando mis muslos y los ojos cerrados.
-Y puedo suponer que lo confirmaste. - solo puedo asentir- ¿Cuando Alessandra? ¿Cuando lo confirmaste.
Está muy enojado y la culpa comienza a hacerse un lugar en mi corazón.
No puedo evitar llorar al ver como me mira con reproche, pero mi hija necesita a su padre. Jamás me vió de esa manera, ni siquiera cuando le dije que no lo amaba. Busco el valor nuevamente. Ya se hizo parte de mi costumbre, buscar el valor perdido y hacerle frente a la situación que me toca enfrentar.
-Ese mismo día te saque cabello y lo mandé a analizar. Los resultados llegaron con el video y la carta del tío Javier.
-¿Lo sabías desde entonces y te viniste a miles de kilómetros de distancia con mi hija sin decirme nada, Alessandra? - su voz es dolida, sus ojos están cargados de lágrimas y puedo ver cuanto lo he lastimado con mi silencio.
Necesito que comprenda todo y es mi momento de explicar todo lo que pasó por mi mente cuando me enteré.
-Yo me sentí sucia de haber estado con otra persona, de no haber creído en ti cuando me dijiste que no tenias nada que ver con lo de mis padres y aun peor me sentí cuando vi el video y descubrí todo lo que pasó esa noche. - miro sus ojos en busca de compasión - Tienes que entenderme, Brandon.
- Yo tengo que entenderte ¿cierto?- su mirada es dura, nunca lo fue así para mi- pero sabiendo que era mi hija te la llevaste del país y me prohibiste comunicarme con ella. - su dedo indice en la mesa y luego en su pecho me demuestran que no hay compasion en esto. -¿Tu puedes entenderme a mi?
Mi llanto pasa a ser un conjunto de hipido con falta de oxígeno y una canilla abierta. No creí nunca que este momento fuera a llegar y es aún más difícil de lo que pensé. No merezco su compasion, pero el debe entender mi miedo.
-No podía permitir que me la quitaras, Brandon. Es mi hija.
-Por eso me la quitaste a mi ja ja ja- se ríe sin ganas y gruesas lágrimas calan su rostro- Jamás apartaria a mi princesa de su madre. Solo lo podías haber dicho y yo hubiera dejado todo para seguir a mi hija.- toma una respiración mientras niega con su cabeza- Pero tu te encargaste de decidir por los dos y nunca te lo voy a perdonar.
Sus palabras me duelen muchísimo. Soy muy consciente del punto en el que me encuentro, pero no puedo evitar sentir miedo de que la quiera lejos de mi.
-No quería que abandonaras nada para seguirnos, Brandon. - me justificó.
-Pero eso no era tu decisión.- su mirada permanece dura hasta que junta sus cejas y parece pensar mientras analiza mi rostro- Si no estuvieras en esta situación ¿nunca me lo dirías, o si?
Ya mentí y oculte una vez y puedo ver a donde me llevó. Desde ahora estoy decidida a decir solo la verdad. Entonces solo miro mis manos y niego con mi cabeza.
-No lo sabrías hasta que ella cumpliera la mayoría de edad, solo ahí se lo iba a decir.
Me abrazo a mi misma al ver todo el dolor que causó mi falta de palabras.
-Tu hermano lo sabía o no. - suena a afirmación. No lo pregunta, solo busca confirmar lo que su mente ya sabe.
-Yo le hice jurar que no te diría nada porque yo lo haría. Ellos no tienen nada que ver en esto.- no puedo permitir que ellos queden en medio. No me lo perdonaría.
Analiza toda mi postura mientras yo solo soy capaz de mirar mis manos y las suyas echas un puño sobre la mesa.
-Es increíble. Es muy increíble a donde llegaste con esto, Alessandra. - sus lágrimas parecen un torrente- Yo te amaba con toda mi alma y me destrozaste el corazón como nunca nadie lo hizo.
Se para de golpe en la mesa y saca su billetera para dejar dinero en la mesa. El pánico me asalta cuando creo que va a salir corriendo de aquí.
-Llévame con mi hija, Alessandra. - exige.
Es en ese momento que veo que el nunca haría algo así como abandonarla y lo guio al hospital justo enfrente de nosotros.
Camina a paso seguro al un lado de mi mientras trata de secar sus ojos y fingir una sonrisa. Lo conozco y se que es muy falsa.
-Acá esta Noemí- le indico cuando llego a su puerta.
Se seca las lágrimas y respira profundo antes de abrir la puerta y fingir una gran sonrisa para mi hija.
Su gesto me estrujar el corazón, porque es exacto lo que yo hice antes de entrar la primera vez. Cuando abre la puerta se abalanza sobre mi pequeña hija que esta acompañada por su tío y abre sus ojos enormes cuando escucha su voz.
-Oh, mi princesa. Cuanto te extrañé. Te amo te amo- y le da besos por todo su rostro mientras mi hija no cree lo que sus ojitos ven.
-Brandon! ¡si viniste! ¡si viniste!- y comienza a llorar de emoción mientras lo abraza con sus bracitos enfoscados a su cuello.
Esa imagen rompe algo muy en lo profundo de mí y cuando mi hermano me toma entre sus brazos rompo a llorar.