Bran. .
-Soy yo. Necesito que vengas- esa voz.
-¿Alessandra? - estoy realmente incrédulo, su voz es temblorosa- ¿Estás bien?
-No Brandon. - la escicjo exalar con dificultad- Necesito que viajes a Mexico- se nota por su voz que ha estado llorando y me alarmó al instante- ¿Puedes viajar, por favor?
-Alessandra, calmate y explicame porque me pides que viaje. Noemi ¿esta bien?
Su llanto se escucha desde aquí, aunque por el sonido es obvio que trata de ocultarlo, pero necesito respuestas y no me las da.
-¿Puedes venir y te explico acá?- baja el volumen y puedo notar cuanto le cuesta pronunciar esas palabras.
-No estoy entendiendo nada, Alessandra. Me pediste hace meses que me aleje de tu hija y ¿ahora quieres que valla?- no puedo creer esto. Frotó mi rostro con mi mano libre exasperado y nervioso.
-Noemí te necesita. Es todo lo que voy a decirte Brandon. Te mano la dirección por mensaje y tu sabes si vienes o no.
Como ya es costumbre me corta la llamada y quedo viendo el celular en mi mano. Algo no esta bien y un nudo se forma en mi garganta.
A los segundos recibo una dirección y la busco en Internet. Cuando los resultados de la búsqueda me indican que es un hospital, mi corazón se paraliza por completo. ¿Qué hacen en un hospital? Mi reacción es inmediata. Mi instinto me pone en alerta máxima y organizo todo en mi mente. Me concentró en dar un paso por vez.
Enseguida llamo a mi secretaria porque tengo que viajar en este mismo instante.
-Dora, necesito que me reagendes todas las consultas- pienso en el tiempo que esto puede tomar y cambio de decision- mejor llama al doctor Rafael y que me cubra por unos días.
-Esta bien, doctor. Enseguida aviso a su colega por teléfono ¿Fecha de reintegro?- me consulta.
-No lo sé. Solo tengo que irme y tiene que estar a la orden para mañana mismo- ordenó
Cuando nombró la llamada caigo en cuenta de que puedo averiguar en este instante que rayos esta pasando. Estoy dispuesto a permanecer allí hasta que sea necesario, pero encuentro la manera de tener al menos una idea de lo que puedo llegar a encontrarme.
Marco el número del hospital y después de unos minutos me atiende una enfermera.
-Buenos día, hospital Orion México ¿En qué puedo ayudarle?- la voz es cálida y profesional por parte de la recepcionista.
-Buenas tardes. Estoy buscando información de la paciente Noemí Lioret.
-Lo lamento pero no puedo darle esa información por teléfono- amablemente me contesta.
-Soy su tío y vivo en el extranjero. Solo quiero saber como está.
Es lo primero que se me ocurre. Luego llamaré a Darien. El si es su tío y debe de estar al tanto de todo. Me debe una explicación.
-Lo siento mucho, pero su mamá nos prohibió brindar esa información. Buenas noches. - aclaró con firmeza.
Y me cortó. Últimamente todos me cortan.
Enseguida entro a la página de la aerolínea y compro el primer pasaje que hay disponible, que es dentro de 4 horas.
Ya se que no me dará el tiempo para mucho, pero si para tomar lo fundamental.
Salgo a la carrera para mi casa, tomo mis documentos, los de mi auto, alguna prenda cómoda para cambiarme despues, abrigo y las llaves de mi coche. Cabe todo en una maleta de mano.
Monto mi coche y comienzo a conducir al aeropuerto. 3 horas es lo que me separa de un largo viaje en avión.
Lamentablemente va a tener que quedar en el aeropuerto porque un taxi no va a llegar en hora y media hasta allá excediendo la velocidad permitida. Yo en cambio llego porque llego.
Una hora veinte después estoy estacionado en el área permitida para los viajes internacionales en pleno aeropuerto de Carrasco y pensando en la cantidad de multas que tendré por exceso de velocidad, pero que con sinceridad, debo admitir que no me importan.
Realmente llego justo para el momento de embarque y ya casi cuando están cerrando todas las puertas. Recuerdo que nunca llamé a Darien, pero le envio un mensaje que ya estoy saliendo para allá y otro para Less, pongo mi dispositivo en modo avión y lo guardo en la maleta de mano que llegué a aprontar.
El viaje ha sido una tortura. Se que voy a llegar alrededor de las seis de la mañana y solo espero que los taxis estén a disposición y no me quieran robar.
Viendo el aviso de desembarco no demoro mucho en pasar por migración ya que no hay mucha maleta que revisar asique es un trámite sencillo.
Al encender mi celular noto que tengo un mensaje de Darien con un simple Ok y otro de Alessandra diciendo que ella me espera al salir del aeropuerto. Esto cada vez está más raro.
El aeropuerto, notoriamente es muy moderno, supongo que por ser el de la capital. Paso observando todo lo que hay a mi alrededor siguiendo los letreros que me guían hasta el estacionamiento.
Al salir la veo allí parada, tapada con un abrigo que le llega a la mitad del muslo. Se ve tan hermosa como siempre. Pero la tristeza que cargan sus ojos opaca todo lo demás. Me acerco lo más rápido que puedo hasta ella y tomo su rostro con mi mano libre.
-¿Estas bien?- Le cuestiono con los latidos de mi corazón zumbando en mis oídos.
Ella solo llora desconsolada y me abraza muy fuerte.
-Perdón, perdón- es lo único que sale de sus labios.
-Por favor, Alessandra. Hablame y dime que pasó. - me preocupo al instante porque no esperaba su reacción.
Ella trata de respirar una y otra vez mientras las lágrimas corren por sus mejillas, me invita a subir al auto por lo que no demoró en subir con ella.
Toma de una botella de agua y se gira hacia mi.
-Necesito que te hagas análisis de compatibilidad de médula osea.