Bran.
-Necesito que te hagas análisis de compatibilidad de médula osea.
Sus palabras me dejan paralizado y un millón de escenarios pasan por mi mente.
-¿Estas enferma Alessandra?
Ella baja su rostro negando y mirando sus manos una y otra vez.
-Dime porque querrías que hiciera eso, entonces. - cada vez entiendo menos y sus lágrimas en el borde de sus ojos me indican que es muy importante.
-¿Podemos parar por un café y hablamos? ¿Por favor?
-Esta bien Alessandra, pero necesito respuestas.
-Y te juro que te las daré. Solo necesito que me escuches. ¿puedes?
Solo puedo asentir porque tanto misterio me pone los pelos de punta.
Ella comienza a conducir por la ciudad. Cada tanto seca sus lágrimas que no tardan en volver a salir. Esto puede causar una tragedia.
-¿Quieres que conduzca? Me parece que no estás en condiciones y podemos tener un accidente, Aless. - me atrevo a decirle.
-Si por favor. - más lágrimas escapan de sus ojos y comienzo a notar que sus manos tiemblan.
Se aparca suavemente sobre la avenida y cambiamos de lugar sin que nuestras miradas se encuentren. Durante el camino me va dando indicaciones hasta que de lejos puedo divisar el hospital cruzando la avenida, sin embargo ella me hace aparcar en la vereda contraria.
-Estaciona aquí, por favor. Entraremos a ese café. - señala un comercio a mano derecha.
Yo la miro con mis cejas juntas, porque no logro entender porque llegamos hasta aquí. Primero me pide hablar en algún café y luego me guía al hospital. Pensé que solo íbamos a entrar, pero tal parece que no.
Ambos desabrochamos nuestros sintos de seguridad y nos adentramos al café.
Se nota un lugar cálido y concurrido. Las mesas están cubiertas con manteles blanco y debajo se pueden notar sus patas de madera, al igual que las sillas que las rodean.
Una de las meseras se acerca de inmediato.
-Buenos días, señorita, Aless. ¿Qué le ofrezco el día de hoy?- Le dirige una sonrisa tensa y cordial.
La llamó por su nombre, lo que significa que la conoce lo suficiente y más dudas crecen en mi.
-Yo quiero un café n***o como siempre y un tostado.- Le devuelve la sonrisa más falsa que he visto en ella- ¿tu Brandon?- solo puedo mirarla porque estoy armando demasiados escenarios en mi cabeza- pide y cuando traigan nuestra orden podemos hablar. - exige
-Muy bien. Igual que le señorita Aless, por favor - le digo a la mesera haciendo saber que noté ese pequeño detalle.
Mientras nuestros pedidos llegan solo la observo a ella, mientras ella solo mira hacia el hospital, en una actitud ansiosa y nerviosa. Lleva una blusa verde aceituna, unos baqueros azul oscuro como suele utilizar y ese tapado n***o que se desprendió enseguida que entró. Su cabello se mantiene un una cola de caballo, pero cada tanto un mechón más corto se cae sobre su rostro y lo acomoda detrás de sus orejas. No veo que lleve ningún bolso por lo que puedo suponer que anda con sus documentos en el bolsillo de su saco.
La mesera regresa con nuestros pedidos y después de regalarnos una sonrisa, se retira.
-Puedes hablar, Alessandra.
-Todo comenzó con mi viaje a Uruguay cuando estaba de novia con David- mi seño se profundiza al no entender nada, no se porque habla de ese muchacho, pero la dejo continuar. - con mis ex compañeras quedamos de encontrarnos en un bar para celebrar y yo estaba feliz de verlas de nuevo asique nos juntamos ahí.
-¿El bar del hotel?- ella no me mira mientras le hago la pregunta.
-Si, Brandon. El bar del hotel. Nosotras pedimos unos tragos y brindamos por la vida o yo que se. - hace un gesto con sus manos- En un punto de la noche me sentí mal y me pare para ir a los baños y me dirigí allí. - sus manos se mueven nerviosas y no puedo hacer contacto visual con ella.
Mientras ella guarda silencio secando sus lágrimas pienso en la posibilidad de que hablemos del mismo día en que Fiorella me drogó a mi. Pero pienso que las casualidades nunca han sido mi fuerte.
-Entré a baño, o aparentemente lo hice y luego salí y te encontré allí. - levanta sus hombros restando importancia al echo de habernos encontrado en el mismo lugar.
La miro buscando sus ojos porque no me ha dado todas las respuestas. Si lo que dice cuadra con mi mente, me mintió respecto al video.
-Hablas de lo que viste en el famoso video, ¿verdad?- ella sigue guardando silencio y no puedo evitar enojarme- Contesta si hablas de lo que viste en el video, Alessandra.
-Si Brandon. Hablo de lo que vi en ese maldito video- contesta totalmente cabreada- Yo no recuerdo nada, pero en el video se ve claramente que tu y yo nos encontramos en ese lugar y ella estaba ahí para verlo todo. Aunque supongo que arruinamos sus planes. Ja ja ja. - niega a la vez que su risa es irónica.
-Hay más, ¿verdad?- su semblante habla por si solo.
Es el momento en que hable con la verdad y esta vez no voy a dejarlo pasar.
-Si. Hay más. Nosotros comenzamos a besarnos y nos metimos a una habitación por un tiempo hasta que no se que pasó pero llegaron los socios de mis padres y Fiorella. Cargaron a David que llegó de casualidad y lo pusieron en la habitación frente a la tuya y después me metieron a mi con él.
-¿Qué más?- ya estoy muy enojado por ocultarme esto.
-Al otro día te sacaron inconscientes de la habitación y nosotros solo nos fuimos.
Cierro mis ojos y trato de pensar con claridad. Las imágenes van y vienen hasta que una idea se cruza en mi mente.
Me ocultó mucho más y la idea de que mi hipótesis sea real me enoja todavía más.
-Noemí es mi hija, verdad? ¡Contesta!