Dioses de Verium(4)

2086 Words
La tienda era pequeña, Dominick caminó en el pasillo de los dulces de manera disimulada. – Hay un consumo mínimo para usar el baño – dijo el cajero y Alexa compró otro producto para poder usarlo. Él compró una bolsa de mentas y espero afuera del bar. Alexa salió desprevenidamente, caminó hacia un bar que estaba en la esquina, se detuvo frente a un hombre y lo besó, Dominick se fue acercando lentamente, observando a la pareja. – Muy cerca de aquí hay un lugar a dónde podemos… – Gracias, que pases una buena noche. Fue una conversación extraña, Dominick asumió que ese hombre no era la pareja de Alexa, tampoco un amigo, después de ese beso cada quien tomó una dirección diferente y ninguno miró hacia atrás, lo que era más extraño, después de alejarse un poco Alexa sacó una caja de chicles de su bolsillo y masticó de prisa. Más adelante tomó un taxi y Dominick corrió hacia su camioneta para seguirla. Necesitaba ser menos agresivo si no quería que el incidente de los quince años se repitiera, la vio bajar frente a un edificio y se puso cómodo en su asiento en espera de la ventana cuya luz se encendiera. Alexa llegó a su departamento directo a la computadora y no prendió la luz, lo que impidió que Dominick pudiera descubrir su ubicación y permaneció en su auto toda la noche. En la mañana su celular sonó – muy buenos días, señor Kilian – habló Adam de manera muy respetuosa – le tengo noticias, mi tía irá a un seminario en dos semanas, podremos ver el libro. – Me dijo que la señora Seldwyn lo tiene en una caja de cristal con cerradura, ¿tiene acceso a la llave? – Debe estar en la caja fuerte. – Señor Seldwyn, espero que no esté tratando de venderme mercancía robada. – Claro que no, nunca haría eso – suplicó Adam desesperado por no perder esa venta – el libro me corresponde por la herencia de mi abuelo, tengo los papeles que lo confirman. Mi tía es la que está cometiendo un crimen, le mostraré cuando lo vea. Dominick sonrió – bien, asegúrese de tener la llave de la caja, lo veré en dos semanas – terminó la llamada y salió del coche para lavarse la cara y desayunar algo ligero en una cafetería cercana. Al mediodía Alexa salió de su edificio y caminó por la calle, miraba a todos lados, se frotaba los brazos porque llevaba un suéter muy delgado y acomodaba su cabello aún humedecido cada cinco minutos. Dominick le pagó a un hombre para que se acercara y le robara el celular, el plan fue limpiamente ejecutado y en pocos minutos tuvo en sus manos el teléfono ya desbloqueado – buen trabajo – le pagó al ladrón y usó el celular de Alexa para instalar una aplicación de seguimiento, así podría ubicarla en todo momento, después caminó hacia ella, la pobre chica lucía como una adolescente a quien el mundo se le había desboronado porque perdió su celular – disculpa, ¿es tuyo? El corazón de Dominick se aceleró nuevamente, podía sentirlo en los latidos de su pecho, en el calor que recorría su cuerpo y el cosquilleo en su piel, ella era igual a él. Y a partir de ese día, no la perdería. Sorpresivamente, Alexa tenía sus propios planes que no coincidieron con los suyos – estoy haciendo un estudio social…, investigo la respuesta de las personas que besan desconocidos. Dominick la recordó besando a un hombre afuera del bar y supo que algo había entre ella y los besos, solo que aún no entendía qué era – ¿te gustaría comer algo?, antes de hacer tu experimento social. Primero, debía observarla, ver su forma de actuar, moverse y responder a los estímulos, ella fue abierta, honesta y muy expresiva, no lucía como una investigadora ni aparentaba tener segundas intenciones, por el contrario, sonreía mucho y si él se movía lejos, ella se acercaba inconscientemente. Llegaron al restaurante y Alexa lo besó. Fue una pena, el plan de Dominick era a largo plazo, primero registraría la rutina de Alexa, se acercaría lentamente, se ganaría su confianza y así descubriría qué era ella, pero con ese beso, las lágrimas en su rostro y el gesto de pánico, el plan tuvo que cambiar. La habilidad de Dominick estaba en su voz, unas pocas palabras susurradas en el oído de Alexa y ella se sumió en un sueño profundo. Uno de los empleados notó el desmayo y Dominick la sujetó – a mi hermana le duele el estómago – explicó – la llevaré a casa. El empleado que alcanzó a verlos besándose no tuvo objeciones y lo ayudó a poner a Alexa sobre su espalda. Una vez dentro de la camioneta, Dominick la acomodó en el asiento trasero, le puso el cinturón de seguridad y apagó su celular. Había una pregunta importante que no podía responder – ¿qué eres? Se detuvo una vez para comprar comida y una cobija porque el pronóstico marcaba bajas temperaturas, después condujo fuera de la ciudad. En la autopista un coche blanco lo rebasó velozmente, se detuvo al frente y al mirarlo fijamente, Dominick descubrió que no era un auto, sino un gigantesco lobo blanco que no pudo evitar y atravesó con su camioneta, varios metros adelante frenó y miró hacia atrás para poder creerlo, un gran lobo hecho de neblina con ojos dorados y pelaje blanco. Dominick aceleró tratando de dejar atrás al lobo y esperó a ver el letrero de la desviación, el camino se volvió empedrado y el lobo no apareció de inmediato, como un experto en la mitología de Verium, conocía muy bien a los elementales y sabía lo difícil que era lograr que uno de ellos se mostrara, no podía ser una coincidencia, esas dos criaturas estaban ahí por Alexa. Una placa de cemento anunciaba la construcción de un complejo habitacional en el viejo pueblo de Gladys, ese era el destino de Dominick, siguió conduciendo hacia una de las casas ya amuebladas al final del camino y observó en la entrada del complejo a los dos lobos blancos que se desvanecían. ***** Alexa abrió los ojos, se sentía adormilada, cansada, moría de hambre, tenía sed y le dolía mucho el cuello, levantó la mano para sobar su cabeza y al estirar las piernas sintió algo pesado en el tobillo, era una abrazadera de cuero con peluche en la parte interna, un candado y una cadena larga. – Siento eso – dijo Dominick – las medidas de confinamiento más fáciles de comprar son los juegos sadomasoquistas, por favor, no te hagas una idea equivocada, no tengo esa intención – salía del baño, se estaba secando el cabello y no llevaba puesta la camisa, Alexa desvió la mirada – para que lo sepas, esto no era parte del plan. Alexa lo dudó, porque ese escenario fue exactamente lo que vio cuando lo besó. Dominick atravesó la toalla en un perchero y se puso una camisa negra, luego se sentó en el sillón frente al de Alexa, entre ambos había una mesa con una caja de pollo frito, el aroma era delicioso – puedes comer, usar las manos, llegar al baño – señaló la puerta – no quiero hacerte daño. Alexa no lo creyó – ¿por qué? – empezó una pregunta y escuchó el fuerte golpe contra las puertas, ventanas y en rededor de la casa – ¿qué es eso? – Tú dímelo, están aquí por ti – respondió Dominick. El siguiente golpe fue más fuerte, Alexa sintió que la casa completa se sacudía y se cubrió los oídos con las manos, ¡están aquí por ti!, no respondía su pregunta y la taladraba con una duda, ¿quiénes? Dominick se levantó del sillón y se sentó a su lado para abrazarla – tranquila, está bien, hay una reliquia dentro de la casa, no pueden entrar. Alexa entendió de esas palabras que el hombre junto a ella era un psicópata y se odió por hablarle, por seguirlo y por besarlo, tener visiones no la convirtió en otra persona, seguía siendo la niña ingenua, desesperada por tener a alguien a su lado y lista para entregar la llave de su habitación al primer idiota que la hiciera sentir especial. – Tranquila – siguió insistiendo Dominick – no eres una prisionera. Alexa levantó la mirada – ¿puedo irme? Nuevamente algo golpeó la pared de la casa y Alexa abrazó a Dominick usándolo como un refugio para aquel aterrador sonido que la atormentaba. – A veces sientes que estás completamente sola, que eres diferente a las personas, no de la forma en que todos lo somos, sientes que perteneces a otro sitio, o que no encajas, no importa cuánto lo intentes y estás desesperada – susurró Dominick – las personas te dicen, ¡es normal!, ¡todos nos sentimos solos!, millones de personas en el mundo entran y salen de la depresión, ¡supéralo! – las manos de Alexa se apretaron – también me pasó, toda la vida busqué a otra persona que fuera como yo y tú lo eres – la miró a los ojos – algo pasa cuando besas, ¿cierto?, algo cambia, sí necesitas experimentar, puedes usarme a mí. Tú corazón necesitaba saber qué está mal contigo, para que entiendas que no eres anormal, eres diferente y muy especial. Alexa no pensó, se estiró para besarlo y cerró los ojos, esperando ver en su futuro una forma de escapar de ese encierro, o el aterrador final que le esperaba, la imagen que apareció en su mente fue un cielo rojo con sombras que se movían en la oscuridad y una lanza negra cayendo del cielo. Sus labios se separaron. Dominick guardó silencio y la interrogó con la mirada. – Fue diferente, antes veía mi futuro con los hombres que besaba, esto fue raro, vi una lanza que caía del cielo y estaba en un lugar muy extraño, no puedo describirlo. Dominick se apartó dejando una sensación de vacío en los brazos de Alexa y buscó entre sus libros – estas son las casas de Verium, el palacio del cielo – mostró la ilustración de un castillo y después una sala con un trono – el vacío – mostró una gran montaña con casas pegadas a las rocas – la ciudad de cristal – grandes edificios con plazas – el coliseo – plataformas en el aire – el palacio bajo el agua, terra, el inframundo, la metrópoli, el palacio de las flores, el paraíso, el palacio de la luna y el congreso – fue muy rápido. Alexa tomó el libro y regresó varias páginas – el inframundo – señaló el cielo rojo – ¿qué significa?, ¿por qué tengo estas visiones? Dominick pasó los dedos por las mejillas de Alexa y limpió sus lágrimas – no lo sé – se levantó – pero sí tu poder es visual, esto podría funcionar – caminó sin dejar de hablar – conseguirlo me llevó casi diez años. Desde el piso inferior Alexa escuchó los pasos que se alejaban y se sintió demasiado sola, le asustaba estar con él, pero más miedo tenía de no estar a su lado. Se tranquilizó cuando vio que él bajaba con un objeto rectangular. – Es un fragmento del espejo del palacio de Selder – explicó Dominick – según el mito se conectaba con el palacio de la luna, hogar de la diosa de la tempestad, durante la revolución se rompió en pedazos – recargó el espejo sobre la pared y lo descubrió – tenemos que intentarlo – tomó la mano de Alexa y la llevó hasta el lugar en dónde había puesto el espejo. Para que su rostro quedara a la altura de su rostro, Alexa se puso de rodillas y se sintió muy pequeña al ser sostenida por los brazos de Dominick – sería más fácil si me quitaras esta cosa – señaló su tobillo. – No puedo, es por mi seguridad, la última vez que encontré a otro como tú, saltó al techo de un edificio y no volví a verlo – la sostuvo por la cintura – no apartes la mirada del espejo y dime qué es lo que vez – susurró y la besó. Veinticuatro horas atrás eran desconocidos que no sabían de la existencia del otro ni entendían la magnitud de la puerta que acababan de abrir, o la cuenta regresiva que había dado inicio.
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