Los exorcistas y las nigromantes tenían algo en común, les preocupaban los fantasmas, los ayudaban a dejar ir sus remordimientos y poseían métodos basados en la empatía. Alexa vio a su madre escuchar por diez horas la larga historia de un hombre con diez hijos, que murió solo en su hogar y después de escucharlo, él se fue en paz, sin embargo, no todos los fantasmas eran simples, algunos estaban tan traumatizados, que para entender sus historias era necesario entrar en ellas. – Margaret Seldwyn, ¿la recuerdas? – habló Alexa mientras se ponía las botas y el impermeable – la hermana del marqués que fue asesinada por demonios. Dominick asintió, tomó dos botellas de agua, las metió a su mochila, luego tomó la pala y cerró la camioneta. – Ella se convirtió en un fantasma y se quedó con su he