Dominick encontró a Alexa guiándose por la luz de la lámpara, tenía consigo la pala, el libro y estaba cubierto de lodo. – ¿Desde cuándo lo sabes? – fue poco especifica – mi amiga, ¡está viva! – Lo descubrí hace poco – respondió sin dejar de caminar. – ¿Y cuándo planeabas decirme? Las luces de la mansión estaban encendidas, Dominick tuvo un mal presentimiento, tomó la mano de Alexa y caminaron más de prisa. – Mi aquelarre era mi familia, mi mamá, mi sobrina, mis tías y ellas las mató – insistió Alexa. Dominick estaba pasando un mal momento, abrió la puerta de la camioneta y sujetó los hombros de Alexa para mirar su rostro cubierto de agua por la lluvia – te lo explicaré, pero antes necesito que subas. – Acabo de decirle a un fantasma que confío en ti y resulta que me ocultaste algo