Madison
Dos días habían pasado desde la última vez que había hablado con Benjamín, pero esa mañana ya no resistía más el encierro, así que decidí salir para verme con Harry.
Yo tenía un novio, y lo estaba descuidando por seguir unas órdenes que ni siquiera quería cumplir, me arregle lo mejor que pude y ya cuando estaba decidida a salir, como si fuera un fantasma, Benjamín me asaltó antes de abrir la puerta.
—Madison…
Me giré para verlo, su semblante estaba más relajado, no tenía puesto un traje, estaba vestido con una camiseta deportiva oscura y un vaquero… se veía realmente sexy, trague saliva y me pare firme ante él.
—¡Benjamín! ¿me necesita para algo?
—¿Tienes planes esta tarde?
—Si, voy de salida de inmediato ¿Por qué? —efectivamente tenía planes, necesitaba salir de ese oscuro lugar y divertirme un poco con mi amado.
—Hum, por nada, no olvide las reglas, debe estar en casa antes de las diez de la noche.
—Claro Benjamín—rodé los ojos — no las olvido, por cierto, ya se acerca el día de la boda ¿Cuándo anunciará nuestro compromiso?
Benjamín se quedó viéndome y simplemente negó con su cabeza.
—Había olvidado decírselo, será en dos días, mañana vendrán unas personas para encargarse de su vestido y los por menores, debe estar lista esperándolos a las 8 de la mañana. ¡que le vaya bien!
Benjamín salió cojeando hacia su despacho, yo me quedé en silencio, pensando porque me había preguntado si tenía planes, imagine que era para controlarme o recordarme sus dichosas reglas, subí los hombros despreocupada y me fui hacia donde Harry.
Al llegar a su remolque, lo encontré demasiado ebrio, estaba fumando sentado en una silla mirando hacia la nada, se suponía que debería estar trabajando, pero contrario a eso, estaba haciendo de su vida un desastre.
Al verme, se levantó y se abalanzó hacia mí.
—¡preciosa! Pensé que no vendrías —me dio un húmedo beso en la boca, su hedor a alcohol y cigarrillo me hizo asquear por un momento.
—Te dije que vendría, pero pensé que estabas trabajando, se supone que reparas motos, contrario a eso estás bebiendo.
—Cariño, yo no voy a volver a trabajar, para eso te tengo a ti, ¿me trajiste dinero? —sus palabras me sorprendieron
—¿Es una broma verdad? —pregunté cruzando los brazos molesta —No he traído dinero, no tengo dinero.
—Ya vas mucho tiempo en la casa de ese riquillo, y no has sacado nada, necesito dinero Madison, soy tu novio, y debes ayudarme, estoy mal cariño
—El único problema que tu tienes es con las drogas y el alcohol —sentí como la sangre empezó a hervir por mis venas —tú no me amas, te he pedido una cantidad de veces que dejes tus vicios, que lo hagas por mí, y por ti, que seas alguien de bien, pero mírate nada más, solamente te autodestruyes.
—Madi, preciosa, no me critiques, ven, fuma un poco a ti te encanta.
Negué con la cabeza, a mi padre no le gustaba que fumara, y, a decir verdad, tampoco me gustaba fumar, lo hacía solo por rebeldía.
—No quiero, de verdad que no quiero.
—Ven siéntate aquí, vamos a hablar
Me senté a su lado resignada y me invadió la nostalgia, yo llevaba varios años con Harry y lo amaba de verdad, pues había sido mi único hombre y amigo desde que era muy joven, pero él no mostraba cambio alguno y eso me desilusionó, por más que quisiera un futuro a su lado, él solamente pensaba en los placeres mundanos.
—¿Cuándo vas a cambiar Harry? —le pregunté mientras una lágrima recorría mi mejilla.
—Mi amor, entraré a terapia, te lo juro, pero necesito que te muevas con el dinero, debes fingir que lo amas.
—¿Qué? ¿de que estas hablando?
—Debes fingir que amas a Benjamín, estuve pensando, que, si le haces creer que lo amas de verdad, te vas a casar realmente con él, y cuando ya pasé el tiempo te divorcias, y te quedas con la mitad de todo su dinero, es demasiado billonario cariño, una fortuna incontable.
Negué con la cabeza y me levante de su silla.
—¡Yo no puedo hacer eso! ¿Qué te pasa?
—Debes hacerlo por mi —Harry se puso de rodillas a mis pies —te prometo que, si lo haces, si lo conquistas y logras obtener más beneficios, cambiare, pondremos un gran negocio de motocicletas y dejaré esta mala vida, ¡te amo madison!
Las piernas me temblaban, estaba siendo tan débil ante sus peticiones, y aunque era algo descabellado lo que me pedía, simplemente le dije que lo intentaría.
Como siempre me llevo de la mano a su remolque, que estaba cada vez más asqueroso que nunca, y me hizo suya, simplemente me arrojo a la cama y sin tan siquiera consentirme un poco, utilizo mi cuerpo, de nuevo me estaba sintiendo incomoda, eso no era lo que yo quería de una relación, apenas se quedo dormido me fui de su lado, faltaba un poco para que fueran las nueve de la noche y alcanzaría a llegar a la mansión sin que Benjamín se molestara.
No sabía porque me importaba tanto su opinión, durante el camino no deje de pensar en lo que me había pedido Harry, era algo demasiado loco, descomunal, y por supuesto antiético, pero yo quería que él cambiara, que estuviera conmigo, que fuera diferente, y por eso lo intentaría.
Cuando llegue a la mansión, las luces aún estaban encendidas, se me hizo extraño, pues Benjamín se dormía a las nueve. Rose me abrió la puerta y lentamente ingrese a la casa, pero él estaba sentado en su sala de estar esperándome.
—¡has cumplido las reglas querida Madison! —cuando escuche su voz, un escalofrío recorrió mi cuerpo.
—No quise quedarme por fuera Benjamín —le respondí tajante
—Pudiste hacerlo, tienes tu antigua casa, no estas obligada a llegar aquí, pero aun así lo hiciste ¿Por qué? —Benjamín camino lentamente hacia mí, causandome un poco de nervios, se quedó viéndome fijamente y aunque en su mirada había algo diferente, no logro intimidarme.
—Porque tenemos un contrato Benjamín y aquí estoy para cumplirlo.
—¡que obediente eres! ¿eres así para todo? —el tono de voz de Benjamín cambio un poco, se notaba que estaba un poco ebrio, las manos me empezaron a temblar.
—¿Puedo retirarme a mi habitación? —le pregunté tratando de persuadirlo y evitar ese incomodo momento
—Claro que puedes hacerlo, la pregunta es ¿quieres hacerlo? —en ese momento su actitud era algo insinuante, recordé lo que me había dicho Harry, posiblemente debía aprovechar lo que estaba pasando para comenzar a fingir un interés por él.
—¿Y si no quiero hacerlo? ¿Qué pasa?
Benjamín se fue hacia su mesa y sirvió dos copas de vino
—Pasa que me gustaría que me acompañaras a beber una copa, ¿te gusta el vino tinto?
—Sí, me gusta el vino —le dije mientras que le daba un sorbo a mi copa, él no dejaba de mirarme a los ojos y era como si una pasión profunda comenzará a florecer, los vellos de mi piel se erizaron y empecé a sentir un poco de calor.
Estaba completamente loca, debía fingir, no tomármelo en serio, pero es que Benjamín era demasiado guapo.
Me tomó de la mano y me sentó a su lado, me quitó un mechón de cabello que sobresalía en mi cara, y lo llevó detrás de mi oreja.
—¿Está todo bien Benjamín? —le pregunté con un tono de voz bajito
—Esta todo perfecto, quise salir contigo hoy a comer a algún sitio, pero te fuiste, yo se que para ti es muy difícil estar comprometida con un hombre como yo, pero será solo por un tiempo Madison, cuando todo esto termine estarás tranquila y con un buen ingreso financiero.
Lo mire con algo de nostalgia, le tomé la mano.
—No lamento estar comprometida contigo, solamente no logro asimilar un contrato de matrimonio, pero hace cinco años te conozco ¿Qué malo puedes tener?
—las cosas no son como parecen Madison, yo puedo ser mucho más oscuro de lo que aparento.
No sabía cómo tomar sus palabras, así que me bebí todo el vino de un solo sorbo para poder entrar en confianza, enseguida me levanté y me serví otro y me lo bebí también.
—¿Oscuro? ¿eres un asesino? ¿un mafioso que huye de las autoridades? ¿Qué eres Benjamín? —le pregunté sarcástica
—Ninguna de las anteriores, bueno, esa parte oscura no creo que seas tu quien vaya a conocerla, solamente quiero que disfrutes la estadía en esta casa, pensé mejor las cosas, y mientras vivamos juntos, cambiaran algunas reglas, por lo menos podrás comer a la hora que tu quieras.
—¿Ah sí? ¿y que te hizo cambiar de opinión?
—No lo sé, a decir verdad, pero no quiero convertirme en tu verdugo, dos años es demasiado tiempo como para vivir en guerra, en dos días vendrá mi familia y quiero que nos veamos como un par de novios reales, claro que solamente haremos lo que tu quieras Madison, pero debemos aparentar ante la sociedad.
Me quede en silencio por un momento, sus buenas intenciones solamente tenían un objetivo interesado, que yo fingiera para su beneficio, igualmente yo debía obedecer, no tenía más opción que eso.
—Todo es parte del contrato Benjamín y por supuesto que fingiré como tu lo necesites, ahora sí, ¿puedo retirarme a mi habitación? Mañana debo madrugar porque vienen tus asesores de imagen.
—Pospuse la hora, vendrán a las 10 de la mañana, no quiero que te levantes tan temprano.
Fruncí el ceño con sorpresa, > Pensé
—¡Gracias! Que, considerado, pero de todas maneras quiero dormir.
Benjamín me tomó de la mano, la suya estaba tan suave, tan tersa, el aroma de su cuerpo me volvía loca, no sabía si el vino había hecho efecto en mí, pero comencé a experimentar una deliciosa sensación, era como si deseara que sus labios rojos besaran los míos, me quedé viéndolo fijamente y pude notar como su pecho se agitó, cada vez estaba más cerca de mí, y aunque quise quitarme, me quede estática.
Su rostro estaba cada vez más cerca al mío, y no sé porque cerré los ojos ¡maldita sea! Los cerré y el tan esperado beso nunca llego, cuando los abrí, él me estaba mirando.
—¿Estas bien Madison? —yo era una completa imbécil, él no iba a besarme
—Sí, pero es que….
—Tienes algo en el cabello, como una lana, algo así, ven
Él se acercó y retiro algo de mi cabello, no iba a besarme, solamente a quitarme el mugre de la cama de Harry, me levanté avergonzada y me fui corriendo hacia mi habitación, di vueltas por toda ella, cogiéndome la cabeza ¡que tonta! ¡que tonta soy!
Era lógico, alguien como Benjamín no se fijaría en alguien como yo ¡agj! Maldije para mis adentros, me quite los zapatos y los bote lejos de mi cama, me desabotoné mi abrigo y lo bote al suelo, me quite el pantalón y anduve en pantis, pero no me di cuenta de que él me estaba observando, a mí se me había olvidado cerrar la puerta.
—eres una desordenada Madison, ¿Por qué estás enojada? —Benjamín tenía otra copa en su mano y me miro demasiado seductor, ¿Qué hacía? Me estaba confundiendo…
—No estoy enojada Benjamín, ¿Qué haces en mi cuarto?
—Dejaste la puerta abierta —Benjamín se acercó lentamente, más de lo normal, sus ojos estaban más oscuros, sus labios más rojos y sus mejillas rosadas por el efecto del alcohol.
Extrañamente mi pecho empezó a agitarse, subía y bajaba al compás de sus pasos, y cuando menos pensé estaba frente a mí, me veía por debajo de sus hombros, era mucho más alto que yo, dejo la copa en la mesa de al lado y me aprisiono contra la ventana.
—perdóname, Madison, pero es que no lo puedo resistir —cuando terminó de hablar, me cogió por el mentón y me besó, lo hizo de una forma tan apasionada, que, aunque quise quitarlo de encima mío con un empujón, contrario a eso mi cuerpo reacciono de la peor manera, pues me colgué a su cuello y también lo besé.
Nuestras lenguas se entrelazaron, y comenzamos a besarnos como si no existiera un mañana, sus besos me cubrieron toda la cara, me jalaba el cabello hacia atrás para descender por mi cuello, arribando hasta mis pechos, y sentí como entre sus piernas, su paraíso me hacía una venia que rozaba contra mi abdomen.
Empecé a jadear ante su salvaje ataque, Benjamín subió mi camiseta y dejo mis senos al descubierto, mis pezones estaban erguidos, inexplicablemente yo estaba demasiado excitada, pues me estaba tomando de una forma tan candente que me causaba demasiado morbo.
—tengo que confesar que te deseo Madison —la voz ronca de Benjamín fue melodía para mis oídos, yo tambien como por arte de magia lo estaba deseando en ese momento, y quería tenerlo dentro de mí, abrí mis piernas y abrace las suyas, mientras que él me levantó con fuerza y despacio me botó sobre la cama.
No sé cómo a mi subconsciente llegaron los recuerdos de esa tarde con Harry y eso hizo que me separará abruptamente de Benjamín.
—¡No! No puedo Benjamín, esto no está bien.
Él se levantó de un sobresalto y me dio la espalda.
—Perdóname Madison estoy un poco ebrio, no quise faltarte al respeto, esta bien si quieres dar por terminado el contrato, lo siento de verdad —Benjamín salió cojeando de mi habitación, dejándome con el alma hecha pedazos, y con una inminente confusión de lo que acababa de pasar, ¿me deseaba? ¿o simplemente estaba ebrio?
Esa noche fue demasiado difícil conciliar el sueño, pues yo estaba deseando estar entre sus brazos también, incluso se paso por mi cabeza la loca idea de terminar mi relación con Harry y ver qué pasaba con Benjamín.
Decidida, me levanté muy temprano, me arregle y fui a desayunar a la hora que él lo hacía, moría por ver su reacción, quería estar segura de lo que había pasado la noche anterior.
Cuando me senté en el comedor, él ya estaba allí, tenía el periódico en sus manos y una taza de café.
—Buenos días, Benjamín— bajó el periódico y me miró.
—Buenos días, Madison —me saludó cortante y no dijo nada más, era como si entre los dos no hubiera pasado nada, luego ordenó a Rose que nos trajera el desayuno y comimos en un incómodo silencio.
Cuando termino, solamente se levantó de la mesa, dejándome un sinsabor, ¿estaba molesto por mi rechazo? Increíble, el típico hombre que se sentía herido en su ego porque no me había entregado a él en la primera.
Un par de horas más tarde, sus asesores estaban en la mansión, unas mujeres me tomaron medidas, me arreglaron el cabello y las uñas, me hicieron todo tipo de cuidados, para que a los dos días los resultados estuvieran visibles en el compromiso.
Ese día llegarían temprano para ultimar los detalles, pase toda la tarde en esas. Mientras que Benjamín solamente estuvo encerrado en su despacho, ni siquiera se había dignado a comer conmigo.
Cuando todos se fueron, indignada me fui hacia su despacho, toque la puerta, pero él no me abrió, así que simplemente entré sin su permiso, estaba clavado en la pantalla de su computador, y apenas me miró de reojo.
—No me gusta que entres a mi despacho sin que de autorización-
—Pues tuve que hacerlo al ver que no me respondía ¿Qué te pasa conmigo? ¿estas enojado por lo de anoche?
Se inclinó hacia atrás en su silla y apenas resopló.
—No se trata de eso Madison
—¿Ah no? ¿entonces de qué? Me besaste, me sedujiste, me hiciste cosas que me confundieron y…—él me interrumpió
—¿Cosas que te qué? No es mi intención lastimarte, en el contrato dice que no debemos tener intimidad, y no quiero que pienses mal de mí, ebrio soy una persona completamente diferente, no era yo quien estaba en mis cabales, discúlpame por favor, ya te dije si quieres romper el contrato estas en completa libertad.
Sus palabras me estaban confundiendo aún más, entonces solamente estaba ebrio ¡qué bien!
—Entonces procura no estar ebrio por la casa, ¿sí? es que puedo acostarme contigo y para ti al otro día será como si no hubiera pasado nada.
—Madison, por favor, no te sientas así, no quise hacerte sentir mal, yo… —él empezó a titubear —yo no se que me pasó, no se que me pasa contigo, es todo.
Apreté mis labios, y me rasque la cabeza producto del desespero.
—No estoy entendiendo nada Benjamín, pero hare de cuenta que entre los dos no ha pasado nada ¿ok?
—Es lo mejor Madison, ahora eres libre de tomar la decisión que quieras, de irte o quedarte en la mansión, de casarte o no conmigo, voy a respetar y no haré efectiva ninguna cláusula en contra tuya o de tu padre, se que fui yo quien faltó y lo recompensare.
—No necesito que recompenses nada, con que no vuelva a pasar es suficiente, espero que mañana me digas los detalles para tener en cuenta para el día del compromiso, con permiso.
Salí de su despacho indignada, quise llorar, pero tragué el nudo en mi garganta, respire profundo y evite hacerlo, él motivo no lo valía.
Al siguiente día actuamos como un par de desconocidos, no hablamos, no dijo nada, solo al finalizar el día me dio unas instrucciones a seguir para el día siguiente, toda su familia estaría en la gran mansión, y yo tendría que enfrentarme a ellos, en poco tiempo sería la señora Thompson.