Madison El tan anhelado día del compromiso se había legado, las puertas de la mansión Thomson se habían abierto para un montón de gente que yo no conocía, por fortuna para mí, tenía una belleza oculta, que con los arreglos de los asesores de imagen de Benjamín y un montón de maquillaje, esta había salido a relucir. Baje por las escaleras antes de que empezara la reunión, pero no solo yo estaba preciosa, Benjamín parecía un monumento tallado por los mismos Dioses, su traje oscuro plateado, hacía juego perfecto con su cabello n***o y su tersa piel, el olor de su perfume inundaba todo el lugar y sus ojos oscuros me devoraron mientras descendía al primer piso. —¡Madison! Estás hermosa y muy elegante, muchas gracias por esto. —Usted también lo está Benjamín, no tiene nada que agradecer