¿Qué me estás contando?

1174 Words
Mi terapeuta me asegura que estoy tomando las mejores decisiones para mí por primera vez, sin embargo, considera que uno atrae lo que su cerebro piensa que merece. Si sacamos las cualidades positivas de los tres últimos clientes que he tenido, tenemos un hombre proveedor, protector, insistente y afectivo, todos muy apasionados. Si contamos con sus aspectos negativos, Raúl es un hombre emocionalmente inalcanzable, puesto que está casado y tiene una familia, y ama a su esposa sobre todas las cosas del mundo. Felipe es celoso y posesivo, y en lugar de una relación, a veces pienso que está haciendo una adquisición corporativa. Algo en él le ha dicho que estamos bien y que estaremos mejor juntos, y por más que tenga este sentimiento abrasador que me dice lo mucho que lo amo, admiro y deseo una vida con él, al final esto puede que no termine bien en absoluto, y me regrese a mi punto cero. Álvaro... no logro descifrarlo, pero definitivamente es la persona incorrecta por todas las razones posibles, no solo por el hecho de que es mi ex proxeneta, sino porque es mucho mayor que yo, es un hombre con una vida muy oscura y conflictiva, y lo más importante, viene a ser una especie de reflejo de mi padre. A veces, para poder sobrevivir a un ciclo que parece no tener fin, es mejor regresar a su origen, y por eso he aceptado reunirme con Demetrio. El hombre se pone en pie y me saluda a lo lejos, yo me acerco a él y tomo asiento frente a su silla. —Me alegra que me hayas llamado —dice. —¿Estás bien? —Lo estoy, estoy limpia. —Qué bueno. —Sí… —Felipe y tú, ¿siguen juntos o es solo trabajo? —No entiendo por qué haces esto, de estar pendiente hasta el último detalle de mi vida, pero no me dejas ser parte de la tuya. Estoy sola, no sé qué hacer, tengo miedo y no quiero ser un fracaso, pero no puedo contar 100 % contigo, porque no puedes ser… —Mina, estás lo suficientemente grande como para saber la verdad —dijo y me tomó de la mano. —Mi primera esposa, la mamá de mis tres hijos mayores, falleció por mi culpa. Tuve un amorío con mi secretaria, lo negué hasta el cansancio y mis hijos comenzaron a pasar tiempo en mi oficina, porque su madre comenzó a enfermar y recién había nacido mi hija menor. Ellos lo vieron todo, vieron las miradas y las caricias furtivas. Damian, mi hijo menor, me vio teniendo sexo con mi secretaria unas cuantas veces. Era un secreto a voces. Un día el niño le dijo la verdad a su madre, esta vino con la intención de suicidarse o asustarme con un arma, y su furia fue tanta que se le reventó un aneurisma cerebral. La ambulancia la llevó al hospital, pero no había nada que hacer. Mis hijos perdieron a su madre y para terminar de cagarla, me casé con mi secretaria. Alicia estaba embarazada de tres meses. Me casé, tuve otro hijo y Maximiliano, mi hijo mayor, toda la vida ha entendido que tal vez quería más a la otra mujer que a su madre, y que lo que hice mal fue no dejarle a tiempo, no dejarla con dignidad. Para mi hijo Damian, soy un imbécil, hijo de puta y todos los nombres malos me los merezco. Para mi hija Luna, Alicia es como una segunda mamá, y Kent, él solo sabe que yo pago sus cuentas, pero Alicia lo es todo para él. No se trata de elegir entre mis otros hijos y tú. Es que les he hecho tanto daño o más que a ti, y esto va a destruirles. —¿Te estás protegiendo a ti mismo y nos pones a los demás como excusa de tu mierdero? —pregunto. —Se los diré, si es lo que quieres. —Quiero a alguien, pero no creo que seas tú porque estás más perdido en tus mentiras, en tus miedos, egocentrismos y secretos. No puedes… —Mina, me has llamado y sé que no ha sido para pelear. Necesitas apoyo, voy a dártelo, solo dime cómo, dime qué necesitas, cómo ligeramente puedo ser un buen padre para ti y voy a hacerlo. Demetrio es genuino mientras lo dice, su mano sujeta la mía con fuerza y sus ojos están atentos a cada uno de mis movimientos, puedo jurar que sus oídos, prestan toda la atención posible a mis palabras, y la verdad, él nunca ha estado tan presente a alguna de ms necesidades, así que se lo digo, tan claro como me es posible: —No quiero, ni que me regales dinero, pero necesito… necesito tener algo. Un colchón para el futuro, no sé qué quiero hacer y no quiero morirme de hambre a los treinta. —Bueno, a todos mis hijos les he pagado la carrera universitaria y les he ayudado a iniciar sus negocios. —Yo tengo problemas para aprender, no soy tan brillante, no sé si pueda. —Okay, es válido, pero para tener un negocio no necesariamente necesitas ir a una universidad. ¿Has pensado en algo que te guste? —He pensado en bienes raíces. Unos cuantos edificios. Tengo diez millones y he ahorrado unos setecientos mil dólares. —¿Tanto dinero haces?—pregunta sorprendido. —Hay una cláusula de finiquitación en la cual hay que pagar para salir del negocio. Felipe pagó el precio de la cláusula y mi jefe ha decidido darme los diez millones para construir algo o hacer algo con mi vida porque nade cree en el cuento de hadas que se ha montado felipe en la cabeza y aparentemente todos saben cómo termina antes de que inicie, él me dejará y estaré lo suficiente vieja como para volver y hacerme un colchón o construir algo de mi vida. —¿Tienes una relación sentimental o s****l con tu exjefe? —pregunta Demetrio. La acusación de Demetrio me molesta de inmediato, porque si bien no tengo nada que ver s****l o sentimentalmente con Álvaro, tampoco debería darle ninguna explicación, lo más importante, significa que estoy tragándome mi orgullo al 100 % al venir aquí, a darle la cara a un hombre, escuchar su versión de los hechos para que encuentre la manera de culpabilizarme o recalcar todo o que he jodido por las decisiones de mierda que tomo. Básicamente, lo único que espero de él es que tome mi mano por un vez en la vida y me diga, toma el camino izquierdo porque es el más correcto, puedes manejar esto, lo otro y no tener que prostituirte o usar drogas hasta que se te reinicie el cerebro. Me encantaría tener un papá, tener una familia, pero lo único que estoy pidiendo, lo único que quiero en este momento es no arruinar el resto de mi vid, tener la oportunidad de na vida ligeramente normal y descente. ¿Es mucho pedir?
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