Desde muy temprano Evelyn se preparó para el banquete, el vestido, los accesorios, el peinado y cada detalle en su arreglo para resaltar el cabello castaño claro, casi rubio, los ojos azules profundos, el cuello largo, las cejas delineadas y el toque de brillo sobre sus labios. Todo era perfecto. – ¡Maravillosa! – exclamó la señora Ramses – mi preciosa niña, serás la más bella del banquete – apretó las mejillas de Evelyn con fuerza – Madrina – suplicó para liberarse del agarre – esta noche mi cuñada será la más hermosa, recuerda que celebramos su compromiso y no quiero opacarla, ¡no sería justo! La señora Ramses frunció los labios – esa mocosa simplona, sí te pidió que no la opacaras está pidiendo imposibles, hay más encanto en una uña tuya, que en todo su cuerpo. Evelyn sonrió – madri