Algo que ninguna mujer había conseguido antes, una segunda reunión, eso fue lo que Silvana logró al encontrarse en el balcón frente al príncipe heredero y era apenas, el primer paso. – ¿Conoces este lugar? Silvana no esperaba esa pregunta y miró alrededor preguntándose sí había algo diferente o especial – no, alteza, es mi primera vez en el palacio. – Mi tío cayó por este balcón hace cinco años, muerte instantánea. Silvana miró la altura del barandal sin comprender cómo hacía un hombre para caerse. A menos, que estuviera muy ebrio e intentara caminar sobre el borde. Jonás tomó una copa de vino para probarlo – ¿qué es lo que quieres realmente?, y no digas que me amas – se acercó y la vio retroceder – sé cómo lucen los ojos de una mujer enamorada y no es tu caso. Silvana no lo negó – q