Me quedo quieta, sin moverme, sintiendo como mi corazón late con fuerza debido al miedo que tengo por su mirada. Es como si estuviese sumergido en un shock a causa de la pesadilla que ha tenido. Su agarre se afianza en mi muñeca, y su respiración está más acelerada que hace un momento. —Ares, me estás lastimando… —digo en voz baja, pausado y con calma—. Suéltame, por favor… Sus ojos desorbitados, oscuros como una noche sin estrellas me miran. Este confundido, aún no ha despertado del todo, lo sé. Y de seguro está pensando cosas que ni al caso. «Usa la inteligencia emocional Abigaíl» —Si me sueltas, puedo explicarte lo sucedido, Ares… —Explícate justo ahora —exige con su dientes apretados Trago grueso consiente que no me soltará. No sé si esta consiente del todo o no, y tampoco voy a