Me quedo mirando al especialista y no sé cuál será mi cara en este momento. Me siento con mis mejillas ardientes, y hasta creo que mis piernas tiemblan. —¿Debo de hacerlo justo ahora? —Es mejor aprender cuando no hay calambres, señora West. El hombre deja salir una leve risita que más nerviosa me está poniendo. «De seguro debe pensar que soy una tonta» La mirada de Ares me tiene más asustada que intimidada. Es como si me quisiera decir con sus ojos de que si lo toco, me las veré con él, pero que si no lo hago, también. —Está bien… —me acerco resignada bajo la presión—. Dígame que debo de hacer. Le ofrezco mis pequeñas manos para que me aplique el gel y es notorio el temblor de ellas. El fisioterapeuta me explica dónde colocarme y con mucho profesionalismo, comienza a darme una expl