Briana sentía que no podía perder el tiempo y menos para cumplir su venganza de derrotar a Zaid a toda costa. Asi que, ella pensó, que el encontrarse a esa chica de la nada en esa lavandería era un llamado de la vida, para hundir a ese hombre que le quitó aquella farmacéutica que una vez sus antepasados lucharon para construir. Entonces, por la memoria de su hijo y de sus padres, haría hasta lo imposible para derrotar a ese demonio. Ese trabajo en donde posiblemente ganaría un millón de dólares sería el mejor del mundo para ella, ya que, estaría en embarazo y la vez, ayudaría a alguien a cumplir su sueño. En aquella mañana, la ansiedad consumía a Briana, emocionada por esa gran oportunidad de ganar dinero; entonces, ella sentada sobre una vieja silla, al lado del escritorio en donde jama