Aquel bulto se veía enorme por lo que Briana tragando profundo se dijo en pensamientos: «¿Qué está dormido dijo?» William de piernas abiertas esperando que se le bajara un poco la calentura, de ese enorme bulto que se veía, resoplando mirando a Briana un tanto apenado le comentó: —Señorita Spencer, mis más sinceras disculpas de corazón si la incomodé. Si se siente mal de como la trato usted dígame, téngame confianza. Luego, de inmediato pensó: «¡Debes calmarte un poco, va a pensar que, estas todo desesperado!» A Briana en realidad no le importó, más bien se sintió alagada de que el presidente a pesar de saber su pasado de haber estado en la cárcel si quiera le diera un beso, más bien, quedó con ganas de más. Así que, de su pequeña cartera sacó una servilleta, la mojó con algo de su