Capitulo 5

2478 Words
Qidel. A la noche comemos con las personas del pueblo que Benjamín invitó, yo no tuve tiempo de invitar a nadie y tampoco se me habría permitido invitar, porque no estoy en una posición en la cual le puedo decir a Tahiel que es lo que quiero y que no, si vamos bien puede que en unos meses me dé autorización para opinar en las cosas del matrimonio y de la tienda, mientras tanto solo lo que él desea y lo que me dé, encima siempre fui medio rebelde, donde no me quedo mucho en la sumisión por eso Meucaneo me golpeaba cuando le decía que algo no me parecía, él sentía que no lo respetaba como el jefe de familia, y no, no lo consideraba asi pero debía fingir que si, siempre dije que a él le faltaba autoridad, porque para discutirme no sabia qué decir, tenia que ponerse en hombre solo dándome golpes diciendo que no le responda. —Que rico que esta. —le sonrio a Lane ya que estoy a su lado, ella al ser hija de Benjamín tiene mas rango que yo que pasé a ser esposa de su hermano, y al lado de ella esta su mamá y la esposa del líder—. No lo había comido. —Podríamos hacer un budín asi vamos al rio, —le sonrío sin dejar de comer porque es hermosa y simpática—. Me gusta ponerle lavanda, mi mamá me enseñó una forma de hacerlo riquisimo. —Me imagino que cocina re rico. —Según mi padre dice que al comienzo cocinaba re feo. —me lo dice en susurro y divertida. —Entonces mejoró un montón. —Siii, mi tia le enseñó de todo menos mal sino, wag. —Bueno, espero me enseñen asi cocino rico también. —Tahiel dice que cocinas rico, muchas veces iba a comer a la cocina y después Ita decía que cocinabas tu y por eso iba. —Yo creo que puedo alimentar una familia, pero no sé si se van a saborear. —Ten fe, no eh probado nada tuyo pero mañana nos juntamos y probamos, tu mis comidas y yo las tuyas. —Bien, pero quiero ese budín. —Obvio, y vamos a hacer una crema de limón deliciosa. —Chicas, vamos a comenzar con el baile. —¿Ya? estamos comiendo mami. —Ya comimos mucho hija. —Aaaajjjj, yo quería un poco mas. —nos paramos cuando todos lo hacen y Tahiel viene con la mirada de todos en él, sonrie y se rie porque los hombres le dicen cosas, cuando oigo los instrumentos me pongo nerviosa—. Ahi viene. —Si, estoy nerviosa. —Qidel bailas la primer pieza conmigo. —Si. —de la mano me lleva delante de donde tocan unos tambores—. ¿Sabes bailar?. —Algo. —Yo también. —mirándolo a los ojos me alejo un poco tomados de las manos y moviendo las caderas al ritmo de la música, sonrío aun mas cuando se chupa los labios viéndome completa, porque esta quieto viéndome entera y mas me envalentono—. Ese sonido me gusta. —Me doy cuenta, todos miran Qidel, no te muevas asi. —Estoy bailando para ti. —me acerco pegándome a él, pongo las manos es sus caderas cambiando de lugar y él me agarra de la cintura—. Ellos pueden ver lo que quieran. —Van a ver lo que yo quiero que vean, y que vean como te mueves no me gusta. —Tu ex con el que era tu amigo miran de lejos, —lo envuelvo por el cuello sin dejar de sonreír—. Hagamos como si sintieras algo por mi. —cuando veo venir su cabeza hacia mi queriendo besarme me alejo riendo, frunce las cejar pero giro moviéndome, lo veo a Itamar parado viendo y voy corriendo agarrando su mano y la de Lane llevándolos, y ahi salen todos a bailar. —Estas logrando lo que quieres. —¿Y qué quiero?. —Itamar me gira y de pasada lo veo mirándome mientras baila con su hermana. —Lo quieres provocar y lo estas logrando. —Pues bastante rápido cae entonces, si yo logro provocarlo cualquiera lo hace. —No, no con cualquiera cae y eso que lo han intentado muchas veces. —otra mano agarra mi mano y es uno de los sobrinos de Tahiel, pero es tradición de la familia, me agarran de los hombros y es Itamar—. No sigas asi o se arma. —No hago nada tranquilo... Aaagggg. —riendo voy con el otro sobrino de Tahiel. —Casi que te agarra. —¿Quién?. —Tu esposo que nos va a dar una paliza cuando estemos solos. —¿Porqué los va a golpear?. —estoy con las manos estirada bailando con todos porque no me acerco a nadie de ninguna manera, aun con Tahiel me costó hacerlo y solo con él debo acercarme y lo sé clarito. —Porque te robamos cuando esta a nada de poner sus manos sobre ti, ahi viene. —otro muchacho toma mis manos y creo que pasó a otro mas pero me envuelven desde atrás, me giro asustada. —Ya esta, —sonrío de nuevo cuando es Tahiel—. Se terminó el juego Qidel. —Esta conmigo amigo. —Sé queda conmigo ahora. —me giro entre sus brazos volviendo a poner los brazos en su cuello y él me agarra de las caderas—. Deberíamos ir a compartir con mis padres. —Pero si esta linda la fiesta. —Vamos. —hace fuerza con las manos y no me muevo, me mira frunciendo las cejas—. Qidel. —Déjame bailar un poco mas. —Ven te digo. —Mmmjjj. —me lleva de la mano con mis papás—. Hola, ¿Cómo la están pasando?. —Bien, muy buena comida. —Qidel, que lindo tu vestido. —mi hermanita me abraza y yo sonrío feliz, porque ahora, con Tahiel como mi esposo, ellos tienen mucha mas chance de desposarse con alguien importante, no como Meucaneo que su familia es un desastre. —Suegro, disculpe que no fui a pedir la mano de su hija, las costumbres. —Totalmente, no debías pedir permiso pero al menos haberlo dicho. —Queríamos que sea sorpresa por eso no dijimos nada. —mi mamá se para y Tahiel se inclina dándole dos besos en la mejilla, me emociona porque es signo de respeto—. ¿Cómo esta suegra?. —Bien, sorprendida nada mas, pero me alegra que un buen muchacho la pidió, gracias por elegir a mi hija Tahiel. —Bueno, una hija preciosa tiene señora, no podía dejar pasar la oportunidad. —me da risa porque hasta pareciera que me pidió por eso—. En unos días quedamos en ir a comer con ustedes para conocernos mas. —Si, usted diga no mas. —mi papá habla emocionado donde es el hijo de un líder y entre los jóvenes Tahiel es el que mayor cargo tiene. —Bien, le aviso asi hacemos una carne, invitamos a las familias, ahora lo somos y debemos compartir un poco mas, bien. —le doy la mano cuando estira la suya—. Nos retiramos, espero la sigan pasando bien. —Gracia, espero nos veamos pronto. —voy sonriendo con Tahiel de la mano buscando a sus papás. —Hijoooo, vengan. —Catriel sonriendo alza la mano que me da risa, al acercarnos Malquias con su esposa se nos acercan. —Abuelo, gracias. —Marion me da un cuero que envuelve algo y es bastante grande. —Espero les sirva mucho. —Wou, gracias Marion, es usted muy amable. —le tiendo el regalo a Tahiel que lo agarra. —Ábrelo Qidel. —¿Si?. —emocionada desato los lazos y Catriel a mi lado sonríe desesperada, me da risa porque se emociona—. Noooo. —¿Qué es? no entiendo. —Una manta, aaagggg que hermosaaaaa, no se hubiera molestado Marion. —agarro sus manos apretándolas con suavidad y veo la diferencia, manos suaves, de una mujer con una vida muchísimo mejor—. Muy hermosa. —La hice junto a Maca, estábamos en dudas porque no sabemos aun tus gustos. —Soy básica señora, cualquier diseño me encanta, gracias. —lo miro de nuevo a Tahiel—. Esta hermosa, a penas lleguemos lo voy a poner en el lecho. —Vamos a tener mucho calor Qidel. —Tienes razón, pero la quiero usar cuanto antes. —Bueno, queda poco para la época fría, ahí la usamos. —O la puedo poner y la noche la sacamos. —Ay mujer, —mis suegros se rien con ganas y yo no entiendo porque se rien—. Esta bien, haces lo que desees y me dices. —Si, lo voy a poner y lo sacamos para dormir, tiene que lucir esta belleza Tahiel. —Bien, aprovechemos y vayamos asi lo pones. —¿Ya termina?. —Si, no me gusta esto. —Bueno, vamos entonces. —camino a nuestra casa voy muy triste porque oigo la fiesta a lo lejos y no estamos ahí—. Espera que entro primero. —¿Puede haber alguien?. —Si, aunque esta cerrado se pueden meter. —entro atrás de él no viendo nada hasta que enciende una lampara—. Bien, prepárate asi nos acostamos, voy al baño. —Voy preparando la cama. En nuestro lecho abro la manta fina y pongo la manta nueva doblada a los pies, porque si, hace calor y no nos vamos a tapar con el tremendo calor que hace cuando sale el sol, y porque dormimos dos personas adultas en una cama, que aunque no nos toquemos generamos calor, como anoche, que me moría de calor, él se acostó en calzones no mas, pero yo con vestido, que es como dormía con las jovencitas, solo que ahi no estaba Tahiel para ponerme nerviosa toda la noche. .......................... En la mañana hago el desayuno con lo que encuentro en la casa, casi que no dormí, me la pasé llorando porque seguía oyendo la música, las risas, y yo deseando estar ahi divirtiéndome, pero mi esposo a mi lado no quiso estar mas en nuestra fiesta de bodas, porque iba todo bien hasta que la vió, y no me molesta, porque es obvio que aun la ama y siente cosas por ella y que no va a sentir nada de eso que sintió por ella conmigo, pero irnos asi no me gustó nada, podríamos haber disfrutado mas, y después recuerdo que soy la reemplazante y se me pasa, porque hasta pena me da lo mal que se siente, estar bailando con su esposa que no conoce, no quiere y que le incómoda viendo a la que era el amor de su vida mirando de lejos embarazada de otro hombre, horrible en verdad. —Buen día. —Hola, estaba por ir a despertarte, —me friego las manos viéndolo—. ¿Si pido alguna cosa es demasiado atrevido?. —No, ¿Qué necesitas?. —se sienta en donde le preparé las cosas para desayunar, llevo la pava con el agua caliente sirviéndole té y me siento asi como también—. Si lo puedo conseguir enseguida lo traigo. —Bueno, me gustarían unas telas para la cocina, para tener trapos de limpieza, para limpiar nuestras manos y para usar con el pan y las pastas. —Bien, ¿alguna cosa mas?. —Creo que por ahora eso, cuando vaya limpiando y acomodando voy a ir dándome cuenta. —Puedes cambiar las cosas de lugar si lo deseas. —¿No hay problema con que toque nada?. —unta el pan solo porque no había nada mas que harina e hice unas tortillas. —No, eres mi esposa, la única mujer de esta casa y debes hacer lo que desees aquí dentro. —¿Piensas en algún momento tomar otra esposa?. —Eso a ti no te importa. —me mira fijo y yo bajo la mirada y para hacer algo y no sentirme estúpida saco mas pan—. Preocúpate por lo que debes hacer que no te voy a hacer faltar nada, lo que haga es problema mío mientras no te haga faltar la comida y la seguridad. —sin decirle nada y sin mirarlo saco mas pan y tomo del té—. Me voy y voy a buscar las telas. —¿Puedo ir a donde tus padres?. —¿No tienes cosas que hacer aca?. —¿Si, pero si termino podre ir?. —No, prefiero que te quedes aca hasta que vuelva, y ahi vamos. —Esta bien. —se para y yo lo miro seria y con deseos de llorar—. ¿Vienes a comer?. —Si, traigo para comer porque no hay nada, ¿qué mas traigo a parte de telas? me refiero a comida. —Podrías traer harina, grasa, aceite, condimentos, huevos, y algunas verduras. —¿Con lo que hay no alcanza?. —¿Dónde hay cosas?. —me paro cuando va a un baúl, cuando lo abre esta lleno de cosas—. Aaaahhh que tonta, ni siquiera pensé en revisar ahi, a ver que hay. —reviso y hay muchas cosas—. Huevos, faltaría huevos para hacer fideos. —Bien, me voy entonces. —Que te vaya bien. —va hasta la puerta y para, se gira viéndome—. ¿Necesitas algo?. —Si, quiero decir esto antes de que me olvide o lo diga de mala manera. —¿Qué es?. —Guarda tus lágrimas para cuando no este, no quiero escucharte llorar todas las noches porque no te obligué a casarte conmigo, fue un acuerdo que los dos supimos a lo que íbamos a llegar, y que llores toda la noche no me hace gracia y voy a terminar pidiendo la nulidad del matrimonio antes de tiempo, y no esta en mis planes hacerlo, porque aparte de que fue por lo que me hizo Manque también es porque no puedo seguir en casa de mis padres con mi edad, necesito una mujer que se encargue de mi, y tu necesitas un hombre que se encargue de ti, los dos salimos beneficiados. —siento aparecer las lágrimas de nuevo y me esfuerzo mucho en no llorar frente a él, no quiero recibir golpes tan rápido—. Y que llores como que te tengo obligada en la cama no me hace gracia, asi que espero no vuelva a pasar. —No, no va a volver a pasar. —Bien, quédate aca y no me desobedezcas, si haces lo que digo vamos a llevarnos bien. —Si. —Me voy. . .
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