Capitulo 3

2818 Words
Qidel. Salgo a caminar un poco en la oscuridad y poder pensar bien, muchas cosas pienso, en que es muy probable que en este tiempo hubiera tenido un niño en mis brazos si Meucaneo no hubiera muerto pero fui con Maca e hice lo que debía hacer con ese niño y mi vida seria algo diferente, no digo que tremendamente distinta porque él no era de un cargo alto como para vivir cómodamente, igual debería ayudar en la cocina y hacer tareas mas pesadas tal cual hago y como siempre hice, no fue para nada un matrimonio por amor, sentía atracción hacia él al comienzo de nuestro matrimonio, cuando sus padres fueron a pedir mi mano para una conveniencia de familias, pero después de la segunda vez en el lecho dejé de sentir cualquier cosa sobre él, no repugnancia pero ya no me atraía, y hubiera podido vivir eso con tal de no estar en una tienda siendo una viuda la cual nadie mira si quiera para empleada, nadie me querría, ni me van pedir jamás, y ahora debo acostumbrarme a esto, aun no lo hago, me cuesta mucho dormir en un lugar con mas personas, antes de irme con Meucaneo estaba con mis padres pero ellos no volvieron a recibirme porque soy una carga para ellos, soy una boca a la cual alimentar, vestir y dar seguridad, y mis padres no están condiciones de poder sostenerme. Dejo de pensar cuando veo luz en el granero, no sé quién está pero tampoco me interesaría si no fuera Tahiel que saca un caballo, me acerco dándome cuenta que lleva un bolso colgado en la espalda y lo debo intentar. —¿Decides irte y darles gozo?. —se gira enseguida hacia donde estoy—. ¿Te vas dándole tremenda preocupación a tus padres y hermanos?. —Tu lo sabias. —Si. —me acerco mas al fin viéndonos a la cara—. No podía decirlo. —¿Haciéndome pasar tremenda vergüenza?. —Yo no fui la que te fue infiel. —Ja, no me di cuenta mira. —hace que el caballo avance para irse. —Me agradas Tahiel, pero no estoy en un lugar el cual puedo revelar una situación asi, —para de caminar escuchando—. Y los dos sabemos que cuando te lo hubiera dicho hubieras puesto en duda mis palabras al ser de un rango bajo. —Eso nunca hubiera pasado, yo te hubiera escuchado porque respeto a todos. —No es verdad. —Si lo es porque a mí no me importan los rangos en el pueblo. —viene hacia mi apuntándome pero no me muevo, Meucaneo me golpeaba y aun asi no le bajaba la mirada. —La hubieras llamado y me hubieras hecho decirlo delante de ella y me hubieras descalificado aun mas de lo que estoy. —No me conoces para eso dices esas cosas de mi. —No, no te conozco, pero si sé que en tu puesto tienes un poder del cual disfrutas y le haces provecho cuando lo necesitas, y yo simplemente una viuda sin honor alguno, hasta me hubieras desterrado acusada de mentir sobre un líder. —me mira fijo a los ojos—. No me burlo de ti y nunca lo hice, sufrí infidelidad y humillación, pero en nosotras es mas común, en ustedes no por eso sientes que me burlé de ti, pero no lo hice, no lo hago ni lo voy a hacer, y ella no merece la satisfacción de que te vayas del pueblo, quédate, hazle la guerra, demuéstrale aun con dolor en tu alma que no te interesa y que vas a seguir con tu vida, busca una mujer y cásate, cásate el día que se iban a casar y llévala a la casa que preparaste y vive feliz, castígala asi, de esa manera no a tu familia y a ella dándole la tranquilidad de no verte, que le duela. —me alejo un poco asintiendo—. Debo irme y espero Tahiel, mañana verte en el pueblo y no tu madre llorando de la angustia por no saber donde estas, que descanses. ............................... Voy a la cocina a comenzar con la masa para el pan y asi los hombres comen bien antes de ir a hacer sus trabajos, si me dan un trabajo lo hago bien, es un encargo muy fuerte, tengo que hacer muchas cosas junto a otras chicas pero debemos alimentar a los hombres que comen mucho y ninguno debe quedar con ganas de comer mas, todos deben irse con sus barrigas bien llenas. —A ver, vamos a ver lo de la sal. —No me culpes, voy aprendiendo. —riendo corto una torta frita dándole un poco a cada una asi probamos. —Creo que quedó bien. —Si, no esta incomible como los otros dias. —Aun no sé cómo salvaste toda la masa Qidel, Abigail nos hubiera dado una paliza por desperdiciar tantos alimentos. —Ni yo sé como lo logré porque casi medio frasco le echó. —Permiso. —sonrío al ver a Tahiel entrar a la tienda, con cara demacrada de no haber dormido pero no se fue, eso me alegra—. Qidel ven un momento, necesito hablar contigo. —Si, ya vengo chicas, sigan no mas. —Si, ve tranquila que seguimos. —salgo de la tienda y debo seguirlo porque camina sin decir nada, vamos a donde preparó la vivienda para vivir con Manque. —¿Tahiel qué sucede?. —Ven. —para de caminar en donde quedamos viendo su vivienda junto a la de sus papás ya que queda bastante cerca—. Te ofrezco esa casa, todo lo que preparé, comida a diario sin faltar uno y protección. —¿Eh?. —Pensé toda la noche lo que me dijiste ayer y tienes razón, tu eres la indicada. —No, no soy la indicada. —Si lo eres, Manque te detesta, —nos miramos fijo y serios los dos, siempre me hizo la vida una mierda y nunca supe porqué Manque me odia tanto—. Tu eres la indicada para que pueda vengarme, porque quiera o no quiera lleva un niño en su vientre y es mujer, no puedo ir y darle un golpe para sacarme las ganas, no tengo otra herramienta para humillarla y tu eres mi plan mas desesperado. —No podemos casarnos porque a penas y nos conocemos por la cocina donde vas por alimento y ya. —Nos podemos conocer, y si quieres una temporada, la próxima estación pides la separación y ya. —Yo... No sé. —Por favor Qidel, te necesito, sabes muy bien que no tienes oportunidad de matrimonio de nuevo y no es vida la que llevas ahí, eres una mujer preciosa que merece una segunda oportunidad y yo te la doy, —miro al frente asintiendo a lo que dice porque él, yo, y todo el pueblo sabe que no tengo oportunidad—. Supuestamente la boda va a ser en dos vueltas de sol, le hago creer que sigue siendo mi prometida y voy por ti. —¿Y el jefe? ¿tu padre?. —Mi padre ya lo sabe y lo aprobó, el jefe lo sabe también. —Ay Tahiel no sé, me da miedo. —Prometo darte todo lo que en estas estaciones tengamos, todo, nada va a faltarte lo juro, y cuando nos separemos vas a ser una mujer con un rango alto que no vas a vivir mal nunca mas, te conviene todo lo que te ofrezco porque nunca voy a hacerte nada, solo es un convenio. —¿Nos vamos a acostar?. —No tengo problema con eso. —Bueno, acepto. —¿De verdad?. —Si, ¿o era una broma?. —No no, —sonríe asintiendo—. Tengo tela para tu vestido. —Tengo el vestido de mi otra boda. —No va a usar eso conmigo, voy a buscar la tela, espérame. —va corriendo a la tienda de su papá, vuelve con unas telas en las manos y su papá atrás viendo, pero no viene, se queda viendo desde la entrada de su tienda—. Aca tengo, no le digas a nadie por favor, si le cuentas ella lo va a saber. —No voy a decir nada, —nos miramos fijo y no puedo no sonreír—. Bueno, voy a buscar un lugar donde hacer mi vestido. —Si, si necesitas algo me avisas enseguida, y quiero que tires todas tus prendas, voy a darte todo nuevo. —Bien, me voy, nos vemos. Vuelvo a la tienda de los ancianos sonriendo porque lo que nunca creí que iba a pasar pasa, no me interesa nada de lo que vayan a decir, porque estoy segura que van a hablar por demás y me importa poco, tengo que seguir con mi vida e intentar hacer algo mejor y no servirle a todos como vengo haciendo, y aunque es un convenio como con Meucaneo, voy a tener un rango mas alto, por mas que él me deje y busque otra voy a vivir muchísimo mejor toda mi vida. *** Llega el día de la boda donde todos andan locos yendo a todos lados preparando las cosas porque se supone que el hijo de un gran líder se casa con una de las jóvenes más hermosas del pueblo. Mi vestido ya lo tengo listo y me debo bañar, no creo que tengamos intimidad cuando vayamos a la tienda, no lo creo porque Tahiel sigue enamorado de Manque, siente algo por ella y el orgullo y dolor lo llevó a hacer esto, si, lo fui envolviendo con los dichos de que se vuelva a casar con la esperanza de que me elija, aunque no estaba del todo segura que me iba a pedir, fue una gran sorpresa para mi, sorpresa feliz, porque aunque nos llevemos mal y nunca tengamos intimidad no voy a volver a la cocina, no voy a volver a limpiar el gallinero o el corral de los chanchos, voy a lavar solo la ropa de mi esposo no de todos los que no tienen familia, no voy a tener que librarme de los viejos viudos que piensan que las que no tenemos esposo vamos a ir a acostarnos con ellos como la gran cosa, en este tiempo me libre de todo eso orgullosa de mi porque también libre a mas jovencitas, y ahora voy a tener esposo para que me cuide y no me pasen mas estas cosas. —Qidel. —salgo del rio donde me estaba terminando de lavar mi pelo, y Catriel me sonríe al acercarme—. ¿Estas preparándote?. —Si, hoy a la noche es la boda. —me friego los brazos nerviosa—. Tuve intenciones de ir a hablar con ustedes pero no crei que fuera correcto sin algún lazo cercano. —No te preocupes, traje esto para que te sientas comoda y sepas que aunque no creo que fue la manera de hacerlo me gustas, eres una muchacha la cual respeto y apoyo la decisión que tenga mi hijo contigo. —estira las manos ofreciéndome un tocado del pelo—. Ayer fuimos con Benjamín a comprar unas cosas de cocina que les va a servir y lo vi. —Es muy extraño. —sonrío porque es una flor preciosa. —Es el color violeta, Tahiel va a enseñarte estas cosas, y Lane tiene razón, eres muy bella, tienes los ojos impresionante y el color te va a ir bien. —Catriel, voy a dar lo mejor de mi en el matrimonio, entiendo cual fue el propósito y del porque y lo acepté, espero nos podamos llevar bien, yo a usted la respeto mucho y espero pueda ser paciente conmigo. —No tengas miedo Qidel, va a ir todo bien, conozco a mi hijo y yo lo crie, va a ir todo bien. —Bueno, gracias Catriel, aprecio mucho su presente. —Entonces te dejo asi te preparas, a penas llegue la noche Tahiel va a ir por ti, prepárate y ten confianza. —Gracias. —se va junto a su hija que espera un poco lejos y yo me voy a terminar de preparar. —¿Y ese vestido?. —Es mío. —le sonrío a Marisol, la anciana que cuida a las jovencitas—. Me regalaron la tela y me lo hice. —Ah, ¿un enamorado?. —Si. —sonrío poniéndomelo y ahi me acomodo el pelo—. Crei que no iba a volver a pasar. —Mucho ojo, no eres una joven sin hombre, estuviste casada y no van a tratarte con respeto. —Tal vez él si, las cosas cambian Marisol, tengamos fe. —me coloco el tocado que me regaló mi futura suegra y doy una vuelta—. ¿Cómo me veo?. —Como una prometida que vienen a buscarla, hermosa y radiante. —Era asi como quería verme, ahora salgamos asi vemos la ceremonia de lejos ya que no nos invitaron. —Si, quiero ver como esta vestida. —salimos todas a ver la ceremonia, la tienda de Manque no esta cerca de la nuestra, asi que solo vemos como todos salen a ver como va a ir Tahiel a buscarla por todo el pueblo y me duele el vientre cuando lo veo venir, con su padre y hermanos al frente, con el jefe y sus hijos acompañando la caravana. —Ahi viene. —Mira que apuesto que es, se ve muy apuesto. —Aun mas de lo que ya es. —¿Ya estará lista?. —Yo digo que si. —Yo estaría lista de hace días si me hubiera pedido. —Ninguna de nosotras tuvo ni va a tener una oportunidad con un muchacho de su rango, muy lejos de nosotras esta. —Pero Benjamín pidió a Catriel que ella no era nadie. —las oigo sin decir nada, siguen avanzando hasta que llegan a nuestra altura parando—. ¿Qué esta pasando?. —No lo sé. —¿Se... Se esta bajando?. —Tahiel bajar del caballo y viene hacia nosotras donde nos hacemos hacia atrás, pero me ve, es un muchacho muy alto y fornido y me ve asintiendo. —Qidel. —¿Eh?. —todas se abren dejándome libre a la mirada de todos. —¿Qidel, vendrías conmigo a vivir la vida junto a mi lado? ¿Quieres ser mi esposa?. —Si. —estira la mano y yo sonrío tomando su mano asintiendo—. Acepto casarme contigo. —Entonces ven conmigo por favor. —de la cintura me sube al caballo sentándome de lado y se sube atrás envolviéndome. —LOS QUE ESTAN ACA DIGAN LAS NUEVAS, TAHIEL, HIJO DE BENJAMÍN Y CATRIEL, DESPOSA A QIDEL, MUJER SOLTERA QUE ACEPTA LA PROPUESTA, COMO LIDER ACEPTÉ LA BODA Y YANKIRAY LIDER DE LAS MUJERES ACEPTA A QIDEL COMO LA ESPOSA DE TAHIEL, NO HAY MAS NADA QUE DECIR, EL AMOR NADIE LO DECIDE, —lo miro a Tahiel por eso del amor y él me sonríe. —Si mentimos debemos hacerlo bien. —Si. —me arrimo mas siguiendo la mentira—. Andando entonces. —su hermano nos guía con el caballo llevando la caravana y me da miedo cuando va por el medio del pueblo donde todos miran sorprendidos, se supone que debe llevar a Manque no a mi. —TAHIEL. —Manque viene corriendo con su papá. —¿QUÉ ES ESTO?. —el papá de Manque empuja a Itamar que se pone adelante y Benjamín viene crudo empujándolo que lo llega a tirar. —A mi hijo no lo vuelvas a tocar. —Papá espera. —señala a Manque que nos mira llorando—. Señor, primero que nada me caso con quien se me da la gana. —Mi hija es tu prometida y la engañas de esta manera humillándola delante de todo el pueblo. —Yo a su hija le dije que la boda se cancelaba, no sé porque siguió pensando que nos íbamos a casar, y otra cosa, que mejor le diga de quién es el hijo que espera. —la mira sin entender nada y Manque niega sin decir nada—. Dile de quién es el hijo que esperas Manque, y que cancelé la boda porque te encontré con otro, deberías haberlo dicho no hacer este ridículo. —Si mi hija esta embarazada es claramente tuyo. —No lo es, y como ya no nos une nada déjennos pasar que debo pasar la noche con mi esposa. . . Holis, estaba en la duda de esta o la de Sebastián y está me cautivó más. Como siempre digo, debo esperar noticias, no puedo publicar sin autorización, a penas tenga una respuesta estoy dando aviso. besitos. . .
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