Capitulo Cuatro

2021 Words
Diez años después… Camina apresurada hacia la universidad, llega bastante tarde ya que la noche anterior se desveló en el cumpleaños de su mejor amiga, no pudo evitar beber un poco y llegar a casa casi sin fuerzas; bailó toda la noche, se divirtió y ahora era el momento de regresar a la rutina, a continuar con sus estudios. Corre por las calles de Carpentersville, la lluvia y el viento no ayudan a la pelirroja y para rematar la situación olvidó el paraguas y es que el clima en esa temporada es bastante fresco, se abraza a sí misma intentado entrar en calor y apresurando el paso. Anielle ha cumplido hace dos meses sus veintiún años, ya no es la niña pequeña que jugaba a tomar el té con sus supuestos "amigos imaginarios", ya no habla por las noches con quien sabe qué, ya no es visitada por seres extraños y ha dejado atrás todo recuerdo de su niñez y estudia administración de empresas en una de las mejores universidades que puede pagar; su alborotado cabello no la deja ver claramente por dónde va y choca de lleno con un sujeto en la entrada del edificio educativo. — Lo siento mucho — se disculpa levantando sus libros del suelo y algunos papeles del hombre con el que chocó. Al entregarle los papeles queda asombrada por sus ojos, de un azul profundo y llamativo, penetrante, casi podría jurar que están brillando, el sujeto la observa, eleva una ceja expectante, de cabello n***o y traje haciendo juego sin mencionar la actitud sobradora y altanera que muestra; destila peligro por todos y cada uno de sus poros, arrogancia, seguridad, imparabilidad en todas sus formas. De repente vuelve a la cabeza de la chica el hecho de que llega totalmente tarde a su primera clase, la más importante del día de hoy por lo que se despide rápidamente con una disculpa e ingresa en el edificio, corre por los pasillos llegando al gran salón de proyecciones, al ingresar se percata de que está lleno de aspirantes a la pasantía que la empresa Strălucire ofrece a los estudiantes de administración de empresas de ese año. Por suerte su mejor amiga, Lily, ha guardado un asiento en la primera fila para ella, al llegar le saluda con un beso en la mejilla y el encuentro se lleva a cabo. — Sean muy bienvenidos jóvenes, como todos saben estamos aquí para elegir sólo a uno de ustedes para otorgarle la única pasantía paga en nuestra empresa — habla una mujer morena muy atractiva y sonriente. — Para ello, dejarán sus nombres en la urna con el formulario que les repartiremos en estos momentos. — un segundo presentador comienza a repartirles lo necesario. — Sean sinceros al colocar sus datos. En un breve lapso de tiempo luego de haber reunido nuevamente todo, informaremos quién es el afortunado. Anielle observa a los representantes de la compañía minuciosamente, lucen perfectos, impecables, falsos. Algo en la mirada de la mujer la delata, no sabe qué es exactamente, pero no le da confianza, es como si estuvieran esperando a cazar y no a reclutar un nuevo m*****o de la empresa. Para ser dueños de una compañía que lleva añares en el mercado se ven excesivamente jóvenes, de unos veintitrés a veinticinco años de edad pero ninguno de ellos parece ser el dueño. Para ella el famoso y renombrado hombre de negocios, el señor Strălucire debe ser un hombre mayor por no decir un anciano ya debido a toda la fortuna que ha podido obtener y la fama que se ha centrado en él, cree que quizás sea un pobre hombre que ya está en sus años de retiro, con una familia más que formada y que de seguro manda a sus subordinados a hacer el trabajo duro y como no si se lo tiene bien merecido después de tanto esfuerzo en su vida. Observa a su alrededor, la mayoría de los presentes sigue llenando los espacios del formulario y no tiene caso seguir esperando por lo que toma el suyo y se encamina a dejarlo dentro de la urna asignada, al llegar tiene la extraña sensación de ser observada, levanta la vista y el sujeto con el que chocó al llegar se encuentra entre los integrantes de la empresa revisando algunos documentos, parece no estar prestándole atención pero algo logra hacer que su vista se desvíe a ella. — ¿Cuál es tu nombre?— pregunta simpático y con una galante sonrisa. — Anielle — responde ella con la misma actitud. Los ojos del joven brillan de repente, su sonrisa se ensancha dando una notable apariencia inquietante, tal vez algo exótica sin tener un rasgo característico que lo provoque, es como si no fuera de ese lugar; ¿Extranjero quizás? La joven retrocede un par de pasos, la sonrisa algo lunática que él le ofrece la pone bastante incómoda de repente, su sexto sentido indica que no es una persona de fiar, que debe alejarse lo más que pueda y no darle pie a una conversación; Anielle se aleja rumbo a su asiento, el joven luce complacido de verla y es que no puede evitarlo, es muy hermosa y ha cambiado bastante desde la última vez que se vieron pero parece que no lo recuerda y no es de extrañar teniendo en cuenta que es Gabrielle quien se ha encargado de que ella no sepa nada de nada sobre el mundo del que realmente proviene. — Liliy, ¿Quién es él?— pregunta Anielle a su amiga quien presta atención al hombre señalado frunciendo el ceño. — Pues creo que es uno de los socios o colaboradores del señor Strălucire — susurra la rubia. — Me da cierto escalofrío cuando lo veo — susurra incómoda. — Tengo la sensación de que nos hemos visto antes. — Yo lo veo guapísimo — ríe Lily mientras envía mensajes en su móvil. — No cabe duda de que todas quisiéramos conocerlo desde antes, pero no te preocupes, no parece ser un mal tipo o por lo menos esa es la impresión que da. La agradable mujer que se presentó primero al comenzar la jornada se pone de pie, observa a todos los alumnos expectantes y a la espera del resultado por lo que sonríe acercándose al micrófono sabiendo que la ansiedad y el deseo de ser ganadores los consume, parece estar divertida con la situación y esto no pasa desapercibido para Anielle que frunce el ceño sin comprender porque tanto goce en una situación que no lo tiene, hay algo extraño en los empleados de la compañía, algo verdaderamente raro. — Tenemos el resultado, quiero decirles que les agradecemos por haber participado, por haberse esforzado tanto y que no termina aquí, su camino apenas comienza; bien, sin más preámbulo, el ganador de la pasantía en una de las mejores compañías del mundo es...  — el silencio invade la sala, la mujer toma un sobre platinado en cuyo interior se encuentra el nombre del afortunado alumno. — Anielle Larousse. Quienes conocen a la muchacha festejan por su logro pues saben que no es nada fácil obtener una beca o una pasantía en ningún lugar, le dan ánimos para que se acerque a saludar a los representantes, y la pelirroja no cabe ne sí del asombro, no esperaba que fuera ella pero emocionada y con una enorme sonrisa en sus labios se pone de pie y camina hasta la tarima; mientras se acerca vuelve a ver al sujeto de extraños ojos azules, le resulta familiar sin dudas, ¿Dónde es que se han visto anteriormente? Él es quien se acerca para alcanzarla al subir, tendiéndole la mano la ayuda a terminar de centrarse en el escenario y estrecha su mano con ahínco mientras que los flashes de las cámaras de los periodistas tanto públicos como de la misma universidad se cansan de pedirles una sonrisa. — Es un placer señorita Larousse, le presento al dueño de la empresa —  la secretaria observa al pelinegro con una sonrisa, más que su empleada parece alguien que lo adorara. — Un gusto conocerte, espero que podamos trabajar muy bien — el sujeto le sonríe y sus ojos vuelven a brillar. — Mi nombre es Lucifer Strălucire. — Lucifer — susurra la joven y sus ojos se abren de par en par, más allá de que conoce el origen de tal nombre no pensó que alguien pudiera llamarse así. — ¿Sucede algo? — pregunta él divertido con la situación. — No, no sucede nada… sólo creí recordar algo — responde Anielle nerviosa. — Que bueno — Lucifer estrecha su mano lentamente y en un hábil movimiento la acerca a él para poder tenerla aún más cerca de lo normal. — ¿Me recuerdas, Anie? ¿Acaso te parezco conocido? — pregunta en un susurro sobre su oído. La chica se aparta con brusquedad soltando su mano, sin esperar nada más la pelirroja baja del escenario y corre por la sala de proyecciones hasta alcanzar la puerta principal y salir, los demás presentes no notan esto ya que muchos se están retirando, el evento ha culminado y dejado lugar a las charlas, las bromas entre compañeros y amigos y las preguntas de los curiosos. Anielle avanza por los pasillos de la universidad hasta llegar a las afueras del campus, se deja caer en el suelo y presionas las rodillas contra su pecho; ¿Qué ha sido eso? ¿Qué fue esa sensación de estar muriendo que tuvo en cuanto él se acercó? Su corazón palpita errático, el miedo se disparó en su sistema y no entiende el porqué, ¿Qué tiene ese hombre que la inquieta tanto? ¿Debería tomar la pasantía? Si, debe hacerlo, se lo debe a su madre y a su padre, no puede seguir estando a la deriva como algunos dicen, debe tomar las riendas de su vida y trabajar en semejante compañía va a darle las herramientas necesarias para alejarse y valerse por sí misma. Perdida en sus pensamientos y concentrada en calmarse a sí misma no es consciente de los pasos que se acercan a ella, una mano es tendida hacia ella sobresaltándola, al elevar su rostro se encuentra con nada más y nada menos que aquel hombre que la ha dejado perturbada, Lucifer le sonríe afable con la única intención de que ayudarla a ponerse de pie. — ¡¿Quién eres?! — Anielle se pone de pie y se aleja lo suficiente como para sentirse a salvo. — Ya me presenté, soy Lucifer. — sonríe. — ¿Sucede algo? Saliste aterrada del lugar, ¿o vas a decirme que mi nombre te asusta? Soy una persona extraña pero no peligrosa, te puedo asegurar que no voy a hacerte daño. — No es un nombre común — responde ella. — Soy el único en el mundo que lo lleva — se encoge de hombros el muchacho. —Tú y el... — Anielle calla súbitamente, no es correcto lo que está a punto de decir. — ¿El diablo? — termina divertido. — Es uno de mis muchos apodos, pero prefiero que me llamen por mi nombre. — Ríe. — ¿Qué clase de padres elige ese nombre para su hijo? — eleva una ceja. — Padres no convencionales de seguro, pero el caso es, que yo no tengo padres — sonríe. Un escalofríos recorre la espalda de la muchacha, la manera en la que habla de su origen es bastante despectiva, burlesca en cierta forma y eso es algo curioso en verdad, un recuerdo le llega a la mente de pronto; ella tomando el té con sus muñecas y un joven, un muchacho cuyo rostro no puede identificar pero está segura de que no es alguien común y corriente, sus recuerdos son algo borrosos y en menos de lo que ella desea la imagen en su mente se difumina hasta desaparecer por completo dejándola con un gran vacío y con una inmensa duda. — Estoy ansioso de comenzar a trabajar contigo, estoy seguro de que aprenderás rápido. Comenzaremos mañana temprano, Anielle. No llegues tarde. — sonríe y voltea marchándose. Ese hombre produce algo extraño en ella, algo que no puede identificar pero que está segura que no es bueno, no del todo, es muy sospechoso sin mencionar el aire oscuro y peligroso que emana, pero lo que más la intriga es la sensación de haberlo conocido tiempo atrás.
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