El sol apenas soma entre las nubes, el día es bastante fresco pero agradable, la ciudad ya se encuentra en movimiento a pesar de ser las seis y media de la mañana, Anielle se incorpora sobre su cama desperezándose lentamente, observa la ropa sobre su mesa de noche y suspira, sabe que tendrá un día bastante agitado y es mejor empezarlo con toda la energía y la positividad que pueda, no debe dejar que acontecimientos previos y actitudes de los demás la pongan de mal humor, debe hacer ver que puede con todo.
─ Buenos días ─ su hermano Samuel bosteza aún en pijama mientras busca en la alacena que puede comer.
─ Buenos días, hermano ─ responde Anielle preparando el desayuno. — ¿Dormiste bien?
─ No tanto, estuviste toda la noche hablando sola, de nuevo. — el muchacho toma asi
