Ankatu.
—¿Qué?.
—Vamos Aukan, hazme el favor dale. —prácticamente corro detrás de él—. Si me pides que me ponga de rodillas para que me hagas el favor lo hago. —me mira alzando las cejas—. Lo hago...
—Aaaa deja estúpido. —me empuja cuando tengo la intensión de arrodillarme a suplicar, mira hacia todos lados sin saber que hacer—. Espero ya lo digan porque no sé que más decirle a mi papá para pedirle permiso.
—Si si. —salto abrazándolo más que feliz.
—Bueno, voy a decirle que salgo con mi novia.
—Si si, y ponte perfume.
—Sigue molestando y no lo hago más. —voy a mi caballo a los saltos así me voy a dar un baño, en mi casa entro corriendo más que feliz, me doy un baño desesperado.
—¿Vas a salir hijo?. —miro a mi mamá asintiendo, si fuera mi papá no me deja ni ir a donde mis abuelos solo, limpio el par de audífonos de repuesto así me los coloco.
—Si mami, voy a salir con los chicos.
—¿A dónde van a ir?.
—Vamos a ir a tomar un helado. —no dice nada cosa que me hace dudar, me los acomodó los audífonos mirándola fijo—. ¿Me dejas ir?.
—Si, pero la próxima vez me pides permiso antes de prepararte como si vivieras solo o no te dejo ir a ningún lado. —entra levantando la ropa que me saqué antes de ir a darme un baño.
—Perdón mami, es que venía rapido porque me esperan.
—¿Tienes dinero?.
—Algo tengo, si me das mejor.
—Mmmjjj. —sale y yo busco todo rápido, agarro mi celular y salgo—. Toma hijo, a las nueve te quiero acá.
—Si mami. —oigo la bocina y salgo corriendo, vinieron en el auto de mi tia Jaz.
—Li.
—Hola tia. —me subo así sabe que me quiero ir.
—Tiene permiso hasta las nueve, mañana tiene que ir a la base y le va a costar levantarse.
—Si tia, máximo ocho estamos acá, tengo clases mañana también.
—Bien, vayan con cuidado. —sin decir nada vamos al pueblo, mi tia Brisa con Julián se están quedando en casa de mi tio Fede ya que ellos se fueron donde la familia de Anto.
—Avísale a Mai que vamos llegando.
—Si. —Aukan le escribe aunque yo ya le escribí a Sofi, cuando llegamos están afuera esperando, mi tia Bri sale a vernos.
—Hola tia.
—Hola preciosos, —nos tira besos dónde no puede saludarnos—. ¿a qué hora vuelven?.
—Vamos a tomar un helado por los enamorados y volvemos. —con Aukan debemos cambiar de lugar ya que se supone que con Sofia son novios—. Tipo ocho estamos acá.
—Bien, chau hija, pásala lindo. —le da unos besos a Mai que hace cara de dolor.
—Ya mami que me haces doler.
—Bueno, ve y pásenla lindo.
Presente.
La miro de lado como va con la cabeza apoyada en el vidrio del auto mientras Arlo toma pecho media dormida, vamos rumbo al pueblo ya que en unos días es el cumple de mi hija y acordamos que lo hacia en la ciudad en casa de su papá, entonces su cumple lo pasaba con mi gente en mis tierras, el año pasado fue al revés, lo festejamos en casa de mis papás y el día de su cumple la pasamos con sus papás.
—¿Tienes frio?.
—Un poco. —paro a un lado de la ruta así descansamos un poco—. Agárrala que me quiero estirar un poco.
—Si, igual maneja tu ahora así descansas los brazos.
—Si. —la envuelvo en una manta y la miro sonriendo, le doy un beso en su boquita, yo le di su primer beso y ese día lo recuerdo más que bien—. Está bastante frío, espero no nieve o no vamos a poder salir después.
—No creo, debe estar frio pero no va a nevar hasta dentro de dos meses más o menos. —me subo al auto porque hay viento y la nena duerme, sin decir que salimos tan de golpe que ya esta oscureciendo—. Vamos que hace mucho frío.
—Si. —sonrío cada vez más a medida que vamos llegando a mis tierras, donde me crié y donde mis raíces son fuertes en este lugar que me llaman a que vuelva—. ¿Vamos directo donde tus papás?.
—Si, no les dije nada que venia así que quiero que sea sorpresa.
—¿Y si están donde tus abuelos?.
—No, le dije a Lihue que es el único que sabe y me dijo que están en la casa.
—Aaa bien, mejor porque esperarlos en el auto no íbamos a poder. —cuando llegamos veo a mi papá salir a ver quién es, comenzamos a reír cuando reconoce el auto de Sofi y entra corriendo para salir con mi mamá y los nenes—. ¡Mira como están!. —a penas frena viene mi papá trotando, abre la puerta con una sonrisa enorme y estira los brazos alzando a Arlo.
—Mi amor más grande vienes durmiendo. —la llena de besos haciendo que mi hija se revuelva un poco—. Amor del abuelo despierta.
—Déjame verla Dami. —se inclina un poco así mi mamá la besa—. Hola... ¡Holaaaa mi vida!.
—¿Abu?.
—Si amor, soy la abu. —estira sus bracitos y mi mamá grita riendo.
—¿Cómo están hermosas?. —Sofía está siendo abrazada por mis hermanas—. Pero si están más hermosas.
—Quiero mostrarte toda la ropa que me compré, ven a ver.
—Vamos a ver si me gusta algo me lo dejo.
—No se valeeeee.
—Hola Sofi. —le da un abrazo a mi papá y después a mi mamá.
—Ahora si que mi hija no me da ni la hora. —Arlo se vuelve loca con mis hermanos, salta riendo en los brazos de mi papá, más cuando ellos saltan haciéndole caras.
—Entremos que hace frio para la nena.
—Si. —llevo los bolsos a la habitación en donde tengo una cama matrimonial y una cuna para cuando vienen las chicas.
—Ufff que hace frio por Dios. —Sofi entra cerrando la puerta para sacarse la ropa—. Me voy a poner otra ropa, siento que estoy congelada.
—¿La nena la cambiamos?.
—No, ella venia bien abrigada y con mantas, no creo que haga falta porque encima ya esta loca corriendo por todos lados.
—Bien. —la miro mordiendo mis labios cuando queda en corpiño.
—¿Qué pasa que me miras así?.
—Nada, te miro. —nos quedamos mirando sin decir nada.
—¿Te gusto Ankatu?.
—¿Que si me gustas?. —me acerco super nervioso, como el día en que estaba en nuestra primera vez, estiro la mano tocándole el vientre desnudo que lo contrae un poco—. Me gustas como no te das una idea Sofia.
—¿Y porqué no me tocas?. —la miro alzando las cejas.
—¿Porqué tu no me tocas a mi?. —golpean la puerta haciendo que nos alejemos—. ¿Quién?.
—Ya vamos a comer hijo.
—Si papá, ya vamos, Sofi se está cambiando de ropa.
—Bien. —cuando oigo que se aleja le miro los pechos.
—Sofi, puedo enojarme como tu lo haces porque no te toco, porque yo también puedo decir lo mismo que tú dices.
—¿Por qué nunca lo hablamos?.
—Porque estábamos ocupados discutiendo. —eso la sorprende mucho, hasta se le llenan los ojos de lágrimas—. No es para llores Sofi, sino para que nos demos cuenta de lo que hacemos, yo quiero cambiar, de verdad que lo quiero... quiero que seamos una pareja real y no por la nena como muchas veces me lo has dicho. —pongo las manos en sus hombros negando—. No me gusta que pienses que a la fuerza sigo porque no es así, mi hija toda la vida a ser mi hija y no me voy a alejar de ella, pero a ti no te quiero perder Sofía. —me envuelve por la cintura llorando y yo la aprieto—. Tomemos este viaje como un nuevo inicio, intentémoslo por favor, no quedemos con que discutíamos no más.
—Tienes razón. —pongo las manos en su cabeza y la beso, meto mi lengua en su boca sintiendo como me tiembla todo porque hace años que no nos besamos así, se aleja sonriendo—. Bajemos porque están todos abajo esperando.
—Si, casi se me sale de las manos.
No puedo para de sonreír por la charla que tuvimos con Sofi y que los dos estamos dispuestos a intentarlo, desde el tiempo que estamos saliendo nunca pudimos estar de acuerdo en casi nada, todo llevaba a las peleas y gritos donde no sirve de nada, nunca sirvió de nada, pero parece que es una guerra a ver quién tiene la razón y no debe ser así, tengo que bajar un poco, si ella no lo hace debo hacerlo así ve que quiero que estemos bien, no siempre pero al menos unos días porque la verdad que ya no tolero las peleas, y a mi hija le hacen muy mal.
—Mami tetita.
—¿Todavía tomas pecho Arlo?.
—No puedo sacársela Meli, no sabe los escándalos que me hace, la última vez le tuve que dar porque no paraba de llorar y gritar.
—¡Que piba!. —mi hija la mira a mi mamá con duda de si tomar pecho o no—. Ven amor, te hago una meme así tú mami puede descansar. —la mira a Sofi con duda y ella le sonríe.
—Ve con la abuela que te hace dormir.
—Si. —va como derrotada.
—Se hace la loca pero entiende. —mi mamá se va al sillón con mi papá y ahí la aprieta bien y mientras la mese en sus brazos la hace dormir—. Espero ya comience a tomar mamadera porque ya no me es comodo darle pecho.
—Es que esta super grande. —termino de lavar los platos con Ahoni que le tocó—. Sube a la silla y te los voy pasando, que si rompemos un plato la mamá nos da con el cinto.
—Ya me dió, pero rompí una fuente de vidrio para el horno, se re enojó.
—¿Y qué estabas haciendo que se te rompió?.
—Lihue me estaba molestado y se la tiré por la espalda. —lo miro sin creer, son una bestia estos pibes.
—Pero tu si que estas loco Ahoni, mira si lo lastimas.
—Pero me molestaba, ahora no lo hace más, —lo dice con diversión—. Pero la mamá nos pegó a los dos. —guardo todo y ahí veo a mi mamá sacarle la mamadera a mi hija que duerme a los ronquidos.
—Listo chicos, hoy fue fácil, vamos a ver mañana.
—Uufff, espero que ya no quiera más pecho. —voy sonriendo al verla como duerme.
—Dámela mami así la acuesto.
—Si. —subimos con Sofia así ya dormimos, algunos de mis hermanos ya duermen, mi hija se hacia la loca que no quería hacer nada hasta que mi mamá la retó y quedo piolita, y después la mamadera que es un gran logro para Sofía.
—Le voy a sacar la ropita.
—Dale, —desde la cama veo como se saca la ropa para dormir, me muerdo los labios sintiendo como el deseo va hacia mi pene como cada vez que la veo y ella creyendo que no la deseo, se acomoda a mi lado gimiendo.
—Es super comoda está cama, cuando me vuelvo a mi casa me duele todo con la otra cama.
—Dímelo a mi en la base, son una lamina los colchones.
—¿No lo puedes cambiar?.
—Soy un simple soldado, cuando tenga un cargo más alto puedo tener algunos privilegios que siempre pienso que va a ser un colchón mejor.
—Sabes, pensaba en eso de tu trabajo, déjame hablar por favor... —quedo en silencio para que me diga que piensa—. Estuve pensando mucho estos días y más desde lo que me dijiste en la tarde, voy a intentar de no quejarme más, de pensar en nuestro futuro como dices y voy a ir a donde sea que toquen puerto, sé que estos meses fuí una perra en no ir pero estaba tan furiosa.
—Lo entiendo, vi que realmente no es fácil estar con Arlo y entiendo más tu enojo. —se acerca más poniéndome nervioso—. Me gustas mucho Sofi.
—Recuerdo cuando me lo dijiste por primera vez. —acaricia mi cara con suavidad—. Eras mucho más delgado, atolondrado, y temblabas como un perrito mojado.
—Pues sigo temblando como un perrito. —me acerco mas dándole un beso, su mano pasa a mi nuca profundizando el beso que me pone loco—. ¿Damos el paso o seguimos igual?.
Me empuja asustándome pero sonrío cuando se saca la bombacha, cruza una pierna de cada lado de mi cadera y me besa de nuevo; no puedo dejar mis manos quietas, la recorro entera poniéndome más loco al sentir sus movimientos por sobre mi pene que lo único que nos separa es la tela de mi bóxer. Me muerdo la mano cuando besa mi cuello y baja por mi pecho, sus uñas las pasa con suavidad por mis costillas y ya tengo deseos de llorar por el placer extremo que siento, pero alzo la cabeza cuando me baja el bóxer y toma mi polla con sus manos, se acomoda mejor en mis caderas guiándome a su interior caliente y mojado, llevo mis manos a sus piernas apretándola.
—¡Oh por Dios!.
—Sshhhh. —cuando se sienta completa baja el pecho dándome un beso, no deja de sonreír cuando yo siento que me muero—. Estamos en la casa de tus papás, no lo olvides.
—Con un carajo Sofia. —me besa más duro cuando comienza a mover las caderas, no sé ni de donde agarrarla porque estoy en un estado de desesperación, jamás me sentí así de está manera, nunca, ni con los aviones—. Mmgggg Dios Santo más, muevete más rápido por favor. —se sienta derecha subiendo y bajando con esa sonrisa maldita que tiene, debo abrir un poco las piernas y comienzo a seguirle el ritmo.
—Mmmm... Siiii, que lindo. —cuando la agarro de las caderas y comienzo a moverme con fuerza se muerde una mano mientras ya que con la otra se sostiene de mi vientre.
—Aaajjjj. —tiro la cabeza hacia atrás tensándome, y cuando cae arriba mio la aprieto con fuerza dando los últimos embates dejándole todo de mi dentro de ella que me aprieta con fuerza.
—Mmmggg, Ankatu, no puedo más.
—Ooojjj, —de las nalgas la dejo clavada en mi polla, intento respirar cosa que me cuesta donde la tengo encima con todo su pelo casi en mi cara, pero no quiero dejarla ir, quiero tenerla así—. Esto necesitábamos Jesús.
—Si, totalmente de acuerdo.
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