—Yo solo hice lo correcto papá, ese mugroso animal que ella trajo de Colombia, se atrevió a enredarse con mi duquesa —gruñó, su respiración era irregular. —¿Te das cuenta de las consecuencias? —Todos ustedes fueron testigos que la Duquesa, provocó a mi Betito, pero eso no le daba derecho al señor Rossi de amarrar a un árbol a mi mascota, y dejarlo ahí a la intemperie toda la noche, por eso yo quise hacerle lo mismo, y no le daré las llaves de las esposas, hasta que él no me dé la del candado. —¿Te atreviste a amarrar a Betito? —Susan había escuchado todo, entró y miró a su hijo con seriedad—, entrégale a Marypaz las llaves, o yo te hago lo mismo a ti, ¿cómo es posible que actúes así con nuestros invitados? Gianfranco soltó un bufido. —Él es un perro, yo soy tu hijo, mira lo que me hiz