Marypaz notó que aquel joven de impecable apariencia no le quitaba los ojos de encima, era atractivo de piel blanca, cabello castaño claro, ojos azules, era tan alto como Gianfranco, contextura atlética, sus cejas eran bien pobladas, sus labios finos, la nariz respingada, el mentón ovalado.
—Sí, todo en orden, solo nos quedamos varados sin combustible —explicó Gianfranco observando a su primo con seriedad.
—Pues allá abajo, los periodistas están haciendo muchas especulaciones. —Volvió a mirar a Marypaz, le sonrió.
Gianfranco notó ese coqueteo que tuvo su primo con Marypaz, no le agradó en absoluto, pero no podía hacer nada, estaba atado de manos, apretó sus puños, la sangre se le encendió aún más cuando se dio cuenta que ella le devolvió la sonrisa.
—No tenemos por qué dar explicac
