Le daremos muchos nietos al señor Rossi.

1094 Words

—No Inés, no llegamos a tanto, pero él cuando lo conocí te juro que escuché las campanadas y percibí las mariposas en mi estómago, además ese día fue tan lindo conmigo. —Suspiró profundo—, claro que yo jamás me meteré en una relación, así que esto es un amor imposible. Inesita, negó con la cabeza. —Usted es muy linda, muy especial, muy noble y buena persona, él no sabe lo que se pierde, seguramente la novia es alguna estirada igual a él. —Se llama Ludovica. Inés soltó una sonora carcajada. —Qué nombre tan feo. —Arrugó la nariz. Varios golpes en la madera de la puerta interrumpieron la charla. —¿Puedo pasar? —La voz de Susan se escuchó. —Claro, señora —dijo Inesita, ella misma fue a abrir—, siga. Susan contempló con ternura a Marypaz, notó el semblante pálido de la chica.

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