Juan Andrés Duque notó mucho entusiasmo en la voz de su hija. —Te extrañamos mucho, muñequita, dijiste que nos llamarías a diario, y no lo has hecho —reclamó el papá de Marypaz—, parece que estás muy ocupada, espero no sea con un italiano. Marypaz soltó una sonora carcajada. —Pero que cosas dices, yo no te pienso cambiar por ningún italiano, ninguno es tan guapo como tú —bromeó, adulando a su padre—, siempre serás mi hombre favorito —habló con sinceridad, puesto que su papá lo era todo para ella, sin embargo tenía su secreto, y claro que estaba loca por un italiano. —Te conozco bien Marypaz Duque, espero no me estés mintiendo, ¿cómo te están tratando la familia Rossi? Marypaz empezó a caminar por el sendero mientras escuchaba a su papá, de pronto una sombra la alertó, con discreci