Josh —¿Por qué terminaste así? ¿Monteiro te dijo algo antes de que llegásemos? —preguntó Elio extendiéndome un vaso con agua. —No estoy seguro en si fue el qué o el cómo lo dijo, pero era como haber estado un segundo en la cima y al siguiente en el fondo del abismo. —Es normal, igual no deberías sucumbir por eso, o al menos no de la forma en que lo haces —contestó tranquilo confundiéndome y encendió un cigarrillo, aunque esta vez no me lo dio a probar como suele hacer. —Explícate. —Josh, siempre has sido el sumiso, el esclavo que Monteiro, y después Nilo, han controlado a su antojo, pero por primera vez estás cortando las cuerdas del titiritero para explorar el mundo a tu manera y lo más increíble es que decidiste ir en contra de tu maestro, siendo esto algo complejo para un sumiso se