El almuerzo transcurrió con normalidad contando también con la presencia del papa, algunos obispos y arzobispos, me sentí como un grano entre personas tan importantes, pero Domenico y Enrique dieron buenas referencias de mí como estudiante, lo satisfechos que estaban con mi apoyo en los últimos días y las altas expectativas sobre mi futuro —Y díganos, joven Brolin, ¿tomará los votos y será parte de la iglesia? —preguntó el papa clavándome un puñal muy profundo al tener la mirada de todos sobre mí. —Yo… bueno… —No lo hará —intervino Monteiro dejando a todos sorprendidos. —Los votos no son un juego y el señor Brolin lo sabe muy bien, por eso se está tomando el tiempo de pensarlo con cuidado, además, siempre dijo que si no llegaba a sentir el llamado de Dios, no los tomaría. —¿De verdad?