Nilo
Estaba un poco agotado por la salida de anoche a esa dichosa fiesta y aunque no quise ser grosero con Josh, sí me molestó su insistencia aun cuando sabía que tenía mucho por hacer, estaba semana estuve con muchos trabajos encima, tras de eso Josh estaba muy pesado por lo ocurrido días atrás queriendo enfocar mi atención en él quien, como es costumbre, quería arreglar todo con un beso, mimos, sexo o palabras que después se iban al catre, pero igual ahí seguía a su lado, solo que esta vez mi mente divagaba en la propuesta que me había hecho Domenico el mismo día que saqué a Josh de la estación.
Flashback
—¡Joven Brolin! —salí de mis pensamientos al escuchar a uno de los maestros.
—Buen día, padre Domenico, ¿en qué puedo servirle?
—Necesito hablar con usted de inmediato —asentí y nos dirigimos al salón del cual había salido. —Tengo entendido que envió una solicitud para trabajar medio tiempo como asistente de titular ¿Es correcto?
—Sí, señor.
—¿Su compañero también está interesado?
—No sabría decirle, hasta ahora no me ha comentado nada al respecto.
—Bueno, por ahora hay un puesto fijo, pero es posible que abran otra vacante y consideré que él sería el candidato perfecto ya que debía estar activo con el público.
—De ser así estaría más que capacitado —él rio, aunque mis palabras en el fondo fueron con cierta molestia al recordar lo ocurrido al mediodía.
—Excelente, entonces hice bien en recomendarlo, sin embargo, será usted quien ocupe el puesto fijo. Como bien sabe será medio tiempo y quizás en ocasiones deba auxiliar también en la biblioteca, por desgracia estamos escasos de ayuda y nadie más se quiso apuntar.
—No se preocupe, siempre y cuando no intervenga con mis clases, puede contar conmigo.
—Me alegra escucharlo, entonces pase mañana a la oficina sobre las tres de la tarde para discutir el horario y sus deberes.
—Gracias, padre, esta oportunidad significa mucho para mí, que tenga buen día.
—Brolin.
¿Por qué la gente no dice todo en el momento en vez de hacerme devolver? Que fastidio.
—¿Señor?
—¿Ha pensado qué decisión tomar respecto a los votos? —maldición… no ese tema…
—Lo he pensado, pero todavía no he tomado una decisión al igual que Josh.
—¿Qué lo hace dudar? Y hablo de usted, no de él —enfatizó lo último observándome fijo sobre sus lentes.
—Sé que quiero servir a la iglesia, eso no ha cambiado, pero no estoy seguro de si debería o no tomar los votos.
—¿Por qué?
—No me lo tome a mal, pero no he sentido el llamado de Dios en mi vida, solo soy un servidor más por ahora.
—Al menos no te cierras a la posibilidad.
—¿Por qué el interés, padre Domenico?
—Porque habrá una oportunidad para estar en clases avanzadas y se escogerá a un estudiante entre estos otorgándole una beca, pero solo será a aquel que desee tomar los votos —de pronto dio una palmada a la mesa y acomodó sus gafas. Un viejo hábito que tenía cuando quería decir algo importante y necesitaba tener la atención. —Seré franco contigo, te considero un joven con mucho potencial y creo que puedes tener un gran futuro, incluso se te abrirían más puertas si tomas los votos, pero es algo que debes escoger porque en verdad lo desees y no por compromiso, recuerda que esto es casi como un matrimonio, solo que en vez de una mujer te casas con la iglesia.
—Con todo respeto, creo que el padre Cliff diría que no hay diferencia —se echó a reír en lo que yo fingí hacerlo por lo bajo.
—Eso es lo que me agrada de ti, eres directo, responsable y sabes qué camino tomar en la vida, pero este camino que te ofrezco tiene que ver más con el corazón y no con la cabeza.
—Padre, yo…
—Solo piénsalo, tienes una semana para decidir si quieres ir como mínimo a la reunión de bienvenida, quizás encuentres algo que te llame la atención —me extendió una invitación antes de salir pues en eso escuchamos la campana. —Brolin, si me permites un consejo… —asentí. —Las personas que nos quieren de verdad desean vernos felices, pero ser feliz no siempre implica estar con esas personas, a veces debes avanzar solo, otras veces lo harás acompañado y en otras el camino será con personas nuevas, pero no te estanques por otros.
—Gracias, padre, lo tendré en cuenta —hizo un guiño y partió con su maletín de cuero.
Fin del flashback
Domenico era uno de los maestros que más admiraba y respetaba, me dio una cálida bienvenida, comprendió mi forma de ser y, según me confesó una vez, estaba ansioso por conocerme después de escuchar las referencias brindadas por el padre Toledo, lo que llegó a sorprender pues no creí que me tuviera en buen concepto, o más bien, ninguno, pero sus palabras calaron hondo en mí desde entonces.
Así, me levanté hoy revisando una vez más la invitación que me había dado, me preparé, tomé mis cosas y vi la cama vacía de Josh antes de salir quedando con un nudo en la garganta. Domenico dijo que podía ir a la reunión de bienvenida sin compromiso alguno, así que eso haré, no está mal conocer de qué se tratará el asunto y como bien dijo, quizás encuentre algo que llame mi atención. Sin embargo, recordé que tenía pendiente el trabajo por entregar y considerando que Josh no llegó a dormir, muy seguramente llegará tarde y perderé la nota por su culpa, por suerte me gusta ser precavido en estos casos.
Con el tiempo a mi favor, imprimí el trabajo y fui al salón de maestros dejándolo en el escritorio correspondiente con una nota excusándome por mi ausencia en la clase de hoy, el docente ya sabía que estaría en la reunión de Domenico, pero nunca está de más recordarle. Después fui al paraninfo donde todos ya estaban ingresando, había más gente de la que imaginé, pero de ser así entonces podría ser prometedor.
Durante dos horas nos explicaron en qué consistía el programa, los beneficios, horarios y la beca, una que venía con una condición que me dejó anonadado al saber que estos estudios no serían en Roma sino en Venecia, un pequeño detalle que pasó por alto Domenico y que cambiaría drásticamente mi vida hasta ahora si accedía. Al final quedé con un sin sabor por la noticia y si antes tenía dudas sobre qué decisión tomar, ahora era peor, porque la oportunidad es muy buena y las referencias que se podían conseguir dentro del programa darían puntos extras, pero…
—¡Lo siento! —gritó un estudiante al chocar conmigo, pero al ir tan distraído en mis pensamientos enredé mis pasos chocando con otra persona que estaba frente a mí.
—Lo lamento, no lo vi… venir…
Mis ojos se abrieron a más no poder, mi corazón dejó de funcionar un segundo para después trabajar a mil revoluciones e inevitablemente sonreí al cruzar miradas con él quien también me veía feliz.
—Parece que hoy los pájaros están muy revoltosos —no sabía de qué hablaba, pero esta alegría no me la quitaba nadie.
—¿Padre Monteiro? Pero… ¿Qué hace aquí? ¿Cuándo llegó? —pregunté entusiasmado en lo que él reía por lo bajo.
—Llegué anoche —colocó su mano en mi hombro al hablar con una voz suave y profunda. —Me alegra verte tan bien, Nilo.
Cargado por un fuerte impulso, lo abracé sintiendo de nuevo el refugio que siempre me brindó su amistad y guía, entonces me di cuenta de que estábamos en el sitio equivocado en lo solté rápidamente.
—Lo lamento, no quería faltarle al respeto, padre.
—Tranquilo, yo también te extrañé —dejó una caricia en mi cabello como solía hacer.
Ahora que siento de nuevo esta muestra de afecto, me doy de que en verdad crecí en estos dos años, pues ya no debo alzar el rostro como antes sino que ahora estaba casi a la misma altura de él.
—No puedo creer que esté aquí ¿Por qué no me dijo para haberlo recogido y darle la bienvenida?
—Gracias, Nilo, siempre fuiste muy considerado conmigo.
—Usted sabe que lo respeto mucho y es alguien importante para mí.
—Lo sé, pero si no dije nada fue porque…
—¡Monteiro! —gritó Domenico sacándonos de esta burbuja, mas no de mi felicidad. —Por lo visto ya se encontraron, menos mal porque justo te estaba buscando, Nilo.
—Sí, claro, ¿qué necesita, padre? —hoy podía pedirme mil recados que todos los haría feliz de la vida después de saber que Monteiro estaba aquí.
—Iremos a almorzar, ¿nos acompañas?
—¿Yo? No sé si sea buena idea.
—¡Claro que lo es!, si no ¿por qué más te buscaría? Anda, ven con nosotros.
No lo dudé dos veces y nos fuimos a un restaurante muy lujoso donde estaban otros ministros de la iglesia, mas fue el rostro del padre Enrique el que incrementó mi seguridad junto al de Monteiro.
—Nilo, muchacho, mira nada más cuánto has cambiado, no cabe duda que la adolescencia quedó atrás —comentó Enrique con la amabilidad y calidez que tanto lo caracteriza.
—Algún día debía dejarla, ¿o no? —reímos y saludé a los demás invitados para después todos tomar asiento. —¿Y qué los trae a Roma?
—Un asunto interno en mi caso —dijo Enrique.
—Por mi parte, recibí una invitación de Domenico y aquí estoy —contestó Monteiro.
—¿Invitación?
—Así es —intervino Domenico. —Nos reunimos para debatir quiénes dictaría la cátedra avanzada llegando a escoger a tres docentes, entre esos Monteiro, además, él será tu superior.
—¿Qué?...
—Sí, el puesto al que te postulaste es para asistir a los tres docentes, pero tu jefe directo será Monteiro al ser el director del programa.
En eso Domenico fue distraído por un ministro al igual que Enrique, siendo ahora el semblante de Monteiro el que despertó los recuerdos de lo vivido en Cosenza generándome una inevitable calentura.
—¿Te molesta que sea tu superior?
—Para nada, solo me sorprendió la noticia y el encontrarlo aquí después de tantos años sin verlo...
—Nilo, ¿tienes algún compromiso esta tarde?
—Debo reunirme con el encargado de la biblioteca y también terminar un trabajo, pero lo segundo puedo hacerlo en la noche, igual no falta mucho.
—Entonces en cuanto terminemos aquí vienes conmigo.
No tenía que decirlo dos veces, al finalizar, los demás siguieron el camino al Vaticano en lo que nosotros nos dirigimos a su hotel donde sirvió una bebida para ambos.
—Enrique tiene razón al decir que has cambiado mucho en tu físico, pero la esencia es la misma.
—Supongo que hay cosas que no cambian, aunque usted sigue igual, excepto por el cabello que ahora lo lleva más corto y al natural.
—Gracias —respondió a secas dejándome extrañado por su cambio de actitud. —Nilo, ¿cómo han estado las cosas con Josh?
Una punzada fue movida en mi pecho al recordar tantos problemas en los que se ha metido, pero igual le di mi mejor cara.
—Está muy bien, sigue siendo alguien extrovertido y ahora más ya que nadie lo juzga por quien es —pese a la seguridad en mi voz su mirada se tornó inquisidora.
—¿Por qué me mientes, Nilo? —se acercó lentamente acorralándome contra la cama en la cual caí de espaldas, tornándose mi respiración errática en cuanto él quedó sobre mí. —Sé perfecto que él se ha metido en muchos problemas a lo largo de estos dos años y, por lo visto, sigues sacándolo de bares y estaciones de policía, así como sus notas, aunque son buenas, no son las mejores, ni siquiera llega a ser un competidor para ti.
Tragué con dificultad, sus ojos parecían los de un león dispuesto a asesinarme e incluso el ambiente se tornó más pesado.
—Yo... —aclaré mi garganta buscando seguridad. —No se preocupe, me he asegurado de que esos desastres no lleguen a señalarlo.
—Tan protector como siempre —murmuró sobre mis labios.
Lo besé al sentir un hormigueo con su roce que se expandió por mi cuerpo y su mano se aferró de mi nuca profundizando el beso que me arrebató el aliento.
—Parece que tendremos que volver a las lecciones de Cosenza, pero esta vez serán de nivel avanzado, nada para niños, porque como bien sabes...
—La letra con sangre entra... —finalicé por él sacándole una macabra sonrisa que me heló la sangre.
No quiero imaginar lo que dirá Josh en cuanto se entere de que él ha vuelto y algo me dice que no solo fue por la invitación de Domenico.