Se siente incómoda con su vestimenta desgastada, pero Shomara, con su innata empatía, la reconforta. Tomándola de la mano, la niña le susurra palabras de aliento, instándola a mantener la cabeza en alto y mostrándole que su presencia es valiosa.
Valeria sigue el consejo de Shomara, caminando con la cabeza en alto y sin prestar atención a las miradas de los demás. Sin embargo, su asombro ante la opulencia del hotel es evidente en su rostro, lo que provoca una risa ligera por parte de Shomara.
Con un toque de humor, la niña le advierte sobre mantener la boca cerrada para evitar que entre una mosca, sacando una sonrisa momentánea en el rostro de Valeria y ayudándola a olvidar sus preocupaciones por un momento.
...
Al finalizar su recorrido por la recepción, el grupo se dirige hacia el ascensor.
Mientras suben, aprietan el botón correspondiente, y al cerrarse las puertas, una melodía relajante comienza a sonar, llenando el ambiente con una sensación de tranquilidad y sofisticación.
Al llegar al piso donde se encuentran las oficinas, son recibidos por un elegante salón.
Las cortinas rojas, adornadas con un delicado encaje blanco, dan un toque de opulencia al ambiente.
Los sofás de tres cuerpos, tapizados en cuero n***o, invitan a sentarse y disfrutar de la comodidad que ofrecen. Una mesa ratona de vidrio labrado sirve como punto focal en el centro del salón, sobre la cual reposa una canasta de frutas envuelta en celofán, añadiendo un toque de frescura y color al espacio.
Un televisor de 45 pulgadas se encuentra apoyado en un mueble de cedro rústico, ofreciendo entretenimiento visual de alta calidad.
En las paredes, hermosos cuadros con paisajes pintorescos completan la decoración, añadiendo un toque de sofisticación y belleza al ambiente.
Valeria, se siente abrumada por la opulencia del lugar. Para ella, proveniente de un pequeño pueblo llamado San Pedro, ubicado en las afueras de La Rioja, este tipo de entorno es completamente desconocido.
Después de perder a su familia en un trágico incendio años atrás, ella y su hermana han logrado sobrevivir vendiendo empanadas en la ciudad con una canasta, cocinadas por su hermana.
La vida de Valeria ha estado marcada por la lucha y la supervivencia, y la extravagancia del salón representa un mundo completamente nuevo y desconocido para ella.
Gracias a la intervención de los vecinos, Valeria y su hermana han logrado mantenerse a salvo juntas, evitando ser separadas por las autoridades debido a la minoría de edad de Valeria, quien corría el riesgo de ser llevada a una institución para menores.
Carmen, siempre previsora, había coordinado con Manolo todos los detalles necesarios sobre la familia de Valeria para poder ayudarlas.
Con las niñas a salvo en su hogar temporal, Carmen decide que es hora de que descansen y les indica que vayan a dormir una siesta para recargar energías.
Shomara, con su naturaleza juguetona, guía a Valeria hacia la habitación con una sonrisa pícara, tratando de aliviar la tensión en el ambiente.
Al abrir la puerta de la habitación, Valeria se queda atónita, incapaz de moverse. Shomara, con ternura, toma su mano y la insta a entrar, ofreciéndole palabras de consuelo y esperanza.
— Valeria, no tengas miedo. Estaremos aquí contigo hasta que encontremos a tu hermana. — Confía en nosotros, haremos todo lo posible para encontrarla —asegura con sinceridad.
Con la voz temblorosa, Valeria expresa sus preocupaciones sobre el riesgo de ser descubiertas por la policía debido a su condición de menores de edad.
Shomara, con calma y determinación, la tranquiliza, prometiéndole que su familia hará todo lo necesario para encontrar a su hermana sin poner en riesgo su seguridad.
— Confía en nosotros, Valeria. No permitiremos que la policía se entere de ti ni de tu hermana. Estamos aquí para ayudarte —afirma con convicción.
Shomara, con gestos amables, invita a Valeria a tomar un baño para relajarse y le ofrece unas pijamas rosas adornadas con bonitos ositos, proporcionándole un sentido de calidez y seguridad en medio de la incertidumbre.
Una vez que ambas niñas han tomado su baño y se han puesto las pijamas, se acuestan juntas en la cama, esperando encontrar consuelo y descanso en el abrazo reconfortante del sueño.
Shomara observa con preocupación a Valeria dormida y decide actuar. Con paso silencioso, sale de la habitación, con la mente inquieta buscando soluciones para ayudar a su amiga.
Al llegar al living, encuentra a su madre absorta en la lectura de una carpeta, ajena a su presencia. Con cuidado, Shomara se sienta junto a ella y le toca suavemente la mano.
— Madre, ¿cómo podemos ayudar a Valeria? —murmura Shomara en un tono preocupado, buscando orientación.
Carmen, sin apartar la vista de la carpeta, responde con seriedad:
— Hija, el problema de Valeria es muy peligroso. Deja que tu abuelo y yo nos encarguemos de esto.
Shomara se muestra decidida y ansiosa por contribuir:
— No, yo también quiero ayudar.
Con una mezcla de ternura y preocupación, Carmen le explica:
— Mi niña, esto es muy peligroso para tu edad. Sé que te estamos preparando para asumir tu papel en el futuro, pero aún te falta experiencia.
Con una expresión de determinación, Shomara responde con un deje de frustración:
— ¿Cómo sabré si estoy preparada si solo entreno duro y aún no he enfrentado ningún desafío importante?
Carmen comprende la frustración de su hija, pero también sabe de los peligros que enfrenta:
— Esto es muy arriesgado, mi amor. Tú aún no conoces ciertas cosas que los adultos son capaces de hacer por maldad.
Shomara, cada vez más decidida, replica con una mezcla de impaciencia y determinación:
— Si tú no me explicas, ¿cómo sabré a qué enfrentarme?
Ante la insistencia de Shomara, Carmen se ve obligada a ceder, aunque con temor por la seguridad de su hija:
— Hablaré con tu abuelo, pero él jamás permitirá que corras peligro.
Con un gesto de determinación, Shomara se retira, decidida a buscar ayuda. Regresa a su habitación y, con cautela para no despertar a Valeria, se sienta en un puf rojo y marca el número de teléfono de su abuelo en su celular.
La ansiedad se apodera de ella mientras espera que la llamada se establezca, consciente de que está a punto de enfrentar un desafío mucho más grande de lo que jamás había imaginado.
Si que Shomara es todo un caso.
Espero con ansias sus me gusta y comentarios.
Gracias por su apoyo incondicional y un abrazo a la distancia.
Y siempre CARPEN DIEM ❤️.