Capitulo 10: Una promesa guardada.

1005 Words
A medida que Asim crecía, sus visitas a casa se espaciaban, limitándose a encuentros cada quince días, cuando le otorgaban tres días de asueto para reunirse con su familia. En cada visita, notaba cómo su hermana Shomara, apenas una niña cuando él partió, se transformaba en una joven cada vez más hermosa. Sin embargo, en lugar de adoptar la elegancia de su madre, Shomara mostraba una determinación y una fuerza de carácter que desafiaban las expectativas de feminidad convencionales. A menudo, desafiaba a Asim a pelear, argumentando que así ningún hombre se atrevería a pasarse de listo con ella. Y aunque Asim reconocía la brecha de seis años que los separaba, ahora que ella alcanzaba sus dieciséis años, esa diferencia de edad ya no parecía un obstáculo insuperable. Aun así, tenía claro que su deseo nunca prevalecería sobre la voluntad de Shomara. Desde pequeña, Carmen había afirmado que Asim sería el protector de Shomara, asegurando que nadie le haría daño mientras él estuviera cerca. Por esa razón, Asim había entrenado con ella, aunque en algunas ocasiones se encontraba desconcertado por la fuerza y la habilidad de la joven. A pesar de haber asistido a un colegio militar y haber alcanzado el rango de General de División en Argentina a la temprana edad de dieciséis años, Shomara, con su determinación y habilidades, a veces lograba desarmarlo, dejándolo sintiéndose desconcertado y vulnerable. La carrera militar de Asim lo llevó a Inglaterra, gracias a la intervención del Sr. Gerardo, quien, a través de un amigo en el país, facilitó su especialización allí. Aunque estaba a miles de kilómetros de distancia, su mente y su corazón siempre estaban con su familia, especialmente con Shomara, cuyo futuro y destino lo mantenían en guardía. La emoción fluía en el corazón de Asim mientras se preparaba para el próximo desafío. La oportunidad de adquirir más conocimientos para su propósito era un motivo de alegría. Sin embargo, esa emoción se entremezclaba con la angustia al saber que su camino lo separaría de Shoma, su amor. La idea de alejarse de ella generaba un nudo en su garganta, pero se aferraba a la esperanza de que si estaban destinados, el tiempo y la distancia no serían obstáculos insuperables. A pesar de su confianza, una sombra de duda se cernía sobre él. Temía que, en su ausencia, Shoma encontrara consuelo en los brazos de otro y que el vínculo que compartían se desvaneciera en el olvido. La idea de perderla le atormentaba, pero se aferraba a la convicción de que el verdadero amor trasciende las pruebas del tiempo y el espacio. Aun así, en medio de sus preocupaciones personales, Asim mantenía en su mente su propósito principal: hacerse un hombre fuerte y capaz de enfrentar a aquellos que les habían arrebatado lo que más amaban. La sed de venganza ardía en su interior, impulsándolo a seguir adelante, a pesar de los sacrificios y las incertidumbres del camino que había elegido. ★Después de la fiesta. Asim llegó a la imponente mansión de su padre, una estructura majestuosa que se alzaba con orgullo en medio del paisaje árido de Said. Cada paso que daba resonaba en el suelo mientras ascendía por las escaleras hacia la segunda planta. El aire estaba cargado de anticipación y emoción, su corazón latía con fuerza en su pecho mientras se acercaba a la puerta de su habitación. Con un suspiro, Asim empujó la puerta y entró en la habitación, dejando que la familiaridad del lugar lo envolviera. La atmósfera tranquila y serena de su recámara contrastaba con la agitación que sentía en su interior. Cerró la puerta tras de sí y se apoyó en ella, dejando que un único pensamiento ocupara su mente: Shomara. Hacía apenas dos días que había regresado a su tierra natal después de años de ausencia. El reencuentro con su padre había sido emotivo, una mezcla de alegría y nostalgia por el tiempo perdido. Durante horas, habían compartido historias y recuerdos, poniéndose al día de todo lo que habían dejado sin contar durante su separación. Fue entonces cuando su padre le entregó un sobre, dejado por la Sra. Assia. Asim sintió un escalofrío recorrer su espalda al reconocer el nombre que enlazaba a al de Shomara. Con manos temblorosas, abrió el sobre y sus ojos se iluminaron al leer la invitación al cumpleaños de su amada. Un torbellino de emociones lo invadió en ese momento, su corazón galopaba a mil por minuto ante la perspectiva de volver a ver a su "pequeña traviesa". Tenía planeado ir a verla en el día de su cumpleaños y sorprenderla con una cita romántica en un lugar privado y hermoso, pero todo cambió de repente. Asim, sumido en sus pensamientos, recordaba cómo su hermosa Rosa Negra siempre lograba hacerle caer en sus trampas, y esta vez no fue la excepción. Con un suspiro resignado, marcó el número de la Sra. Carmen, la encargada de los arreglos del evento, y le pidió que mantuviera en secreto su presencia en la presentación de Shomara. —Por favor, asegúrese de que nadie le diga a Shomara que estaré allí —dijo Asim en tono serio, aunque con un susurro de emoción en su voz. —Quiero ver si aún me recuerda, si aún guarda un lugar para mí en su corazón. Con esa decisión tomada, Asim se preparó para lo que sería un encuentro lleno de emociones y recuerdos. A pesar de que todo esto comenzó siendo apenas un niño de tres años, la sed de venganza seguía ardiendo en su interior, y ahora, en la oscuridad de su habitación a las dos de la mañana, se preparaba para enfrentar los posibles resultados de sus acciones. ... Recostado en la puerta de su habitación, la mirada de Asim se posó en el retrato de él y Shomara en su mesa de luz. La imagen de la niña que alguna vez conoció contrastaba con las fotos que su madre le había enviado a escondidas, revelando a una mujer hermosa y enigmática que ahora ocupaba sus pensamientos.
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