La lluvia caía sin cesar humedeciendo rápidamente la ropa de ambos, las bocinas de los vehículos detrás del auto de aquel hombre que sujetaba a Amber entre sus brazos pintaban cada vez con mayor frecuencia, sin embargo, aquel hombre no les prestó atención, en cambio observó el rostro de Amber con el ceño fruncido ¿Se preguntaba que debía hacer? Llevarla a un hospital fue lo primero en lo que pensó, no obstante analizó un poco la situación, Amber no había sido golpeada por el auto, probablemente su desmayo se debía al susto de que así fuese y además, llevarla al hospital resultaría aún más problemático, los médicos comenzarían a hacer preguntas que él no tenía ánimo de responder y sabría Dios cuánto tiempo les llevaría eso; para su fortuna Amber despertó casi de inmediato, las gotas de lluv
