Cuando Andrew observó a Amber pudo notar que su semblante era diferente, Amber no lo miraba embelesada como hacia siempre que él regresaba a casa, su mirada era retadora, seria y en ella no mostraba ningún sentimiento de amor hacía él. Andrew avanzo algunos pasos hasta acortar la distancia con su esposa, bajó su mirada hasta que esta se posicionó en sus ojos marrones y luego de observarla detenidamente, por fin habló. —Regresé ayer y dijeron que te habías ido— Dijo sereno, respondiendo a la pregunta que había formulado ella, a Andrew no le importaba tanto el que Amber se hubiese ido, como le importaba la forma en que lo hizo, desapareciendo de la nada, sacando las cosas de su casa igual que hace un ladrón, sin avisar y a escondidas. —¿Porque no me dijiste que te urgía irte? — cuestionó e