XIV

1367 Words

Había escuchado mi celular sonar varias veces pero lo había ignorado. ¿Ya había amanecido ? ¿Qué hora serían ? Alguien tocaba la puerta. Me moví en la cama sin intenciones de levantarme. Mi cuerpo tocó el de María y abrí los ojos. Ella aún dormía. Seguían tocando la puerta de forma pausada. El único que se atrevería hacer eso era Mika. Tenía que abrir. Busqué mi calzoncillo con la mirada y fui a por el. Abrí la puerta a regañadientes, sacando mi cuerpo de la habitación para que el de María no se viera. — Buenos días, Mika. — le sonreí, no porque me agradara verlo, sino porque había amanecido y María aún seguía a mi lado. Solo que no me dejaban disfrutar de un lindo amanecer a su lado. — No son unos días buenos. ¿Que fue lo que hizo ayer ? — tenía una expresión seria y me mi

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