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El esposo que no amo

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Blurb

María.

Es una mujer un tanto ordinaria, pero con una vida no muy ordinaria. Le gusta lo sencillo, ama la vida tranquila, a pesar de que parece ser un iman de problemas.

Se ve sumergida en medio de una mafia, un amor terminal y un hombre con un interés demasiado agresivo en ella.

¿Podrá seguir amando a ese hombre que ya no está o decidirá prestarle atención a ese otro hombre que se empeña tanto en llamar su atención?

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Capítulo 1-Viaje
Capítulo 1-Viaje Las luces de la ciudad hacían parecer que aún era de día, recogí mi cabello castaño en una cola y caminé en silencio hacia la cocina, eran las tres de la madrugada y yo aún no lograba conciliar el sueño, pero ¿cómo hacerlo? Después de saber que tenía la posibilidad de verlo nuevamente, habían pasado diez años y mi corazón aún latía con demasiada fuerza solo de pensar en él. No había hecho bien en guardar mis sentimientos todo este tiempo. ¿Cómo estará? ¿Me guardará rencor por no mantenerme en contacto con el? Después de todo éramos mejores amigos. ¿Me reconocerá? He cambiado mucho. ¡Ay Dios santo! ¿Yo podré reconocerlo? Claro que sí, jamas podría olvidar el brillo de esos ojos marrones. O su sonrisa cálida. Los nervios me estaban destruyendo, ya tenía todo listo, la maleta estaba hecha y no me faltaba nada por empacar, me tomé un vaso de agua y me fui a sentar en el sillón. Mi vuelo salía a las siete de la mañana, tenía que estar allí a las seis, pero aún faltaban tres horas. Volvería a aquel pueblito que me dio tantos buenos momentos, que vio tantas risas y lágrimas, a aquella escuela que vio mis primeros suspiros por alguien más, por alguien que estaba tan cerca de mí y que nunca notó lo enamorada que yo estaba de él, o más bien, lo enamorada que aún sigo de él. Esto iba a definir si lo que siento solo es una ilusión que conservé por todo este tiempo, aferrada a lo que pudo ser y no fue. Más que nada yo tenía que sacar mis dudas, sobre todo estas dudas. Para ser sinceros, no me emocionaba ver a nadie más, con el único que yo tenía un lazo era con él, no hice amistad con nadie más y probablemente nadie tenía ganas de verme allí. Me gané el desprecio de muchas chicas por ser tan cercana a él, estaba segura que todas me odiaban, pero no se imaginaban que yo no era una amenaza para ellas, yo solo era la mejor amiga, esa chica que está a tu lado pero que solo ves como una hermana, le cuentas todo, confías en ella, compartes tus risas y tus llantos pero nunca se te pasa por la cabeza que ella siente algo por ti. ¿Realmente no le pareció raro que no nunca saliera con nadie? Creo que verdaderamente estaba ciego o yo ocultaba muy bien mis sentimientos. Yo tampoco fui capaz de decirle nada, era su mejor amiga y él el mío, ¿cómo podría arruinar eso? Jamás pondría en juego nuestra amistad, no quería perder eso, aunque al final fui yo la que lo echó a perder todo. Diez años era bastante tiempo, estaba muy segura de que el había cambiado tanto como yo, a lo mejor ni siquiera tenía esa emoción de verme, ahora mismo solo soy alguien más para él, como cualquier otro estudiante, como cualquier otro compañero de clase. ¿Por qué tengo que pensar en eso ahora? Solo será una reunión de antiguos compañeros de clase, los amigos vienen y se van, los amores también, incluso más. Quizás para otras personas, tal vez incluso para él, porque para mi yo nunca tuve otro mejor amigo o alguna mejor amiga, ciertamente volví a enamorarme, tuve que hacerlo, pero nunca sentí nada tan fuerte como lo que sentí por el, como lo que aún siento al saber que puedo verlo de nuevo. Excepto por este hombre, frente a él todo se quedaba tan minúsculo e insignificante. —¿María?—Su voz pastosa por el sueño decía mi nombre un poco confundido y sus ojos me buscaban por toda la habitación. Se había despertado, puede que por culpa mía, aunque intenté ser muy silenciosa, el tiene un sueño muy liviano y al mínimo ruido ya está despierto. Escuchaba sus pasos al acercarse al salón.—¿Cuánto tiempo llevas ahí ? Estas muy despierta. Debes de volver a la cama o mañana estarás muy cansada.—me regañó con delicadeza. —Estoy demasiado nerviosa para dormir, no he pegado un ojo en toda la noche. Tu sigue descansando, mañana tienes que trabajar. —María, te arrepentirás si no duermes ahora, estarás llena de ojeras y el vuelo se te hará eterno, hazme caso y ven a la cama. —Es que...—Antes de que pudiera replicar, ya sus brazos estaban debajo de mis muslos y me estaban elevando del sillón, era muy sigiloso y hábil y todavía más con mi peso pluma. Rodeé su cuello con mis brazos para sujetarme mientras le daba un beso en la mejilla izquierda .—Me cuidas hasta de mí misma, pero no puedes hacer nada para que yo logre dormir, estoy desvelada . No tengo nada de sueño. —Siempre hay algo que yo pueda hacer, y que me lo estés diciendo de esa manera solo lo hace sonar como un desafío .—Sus brazos me depositaron en mi lado de la cama y su cuerpo se cirnió sobre el mío, sus manos a ambos lados de mi cuerpo estaban evitaban que yo pudiera moverme a algún lado. Me tenía acorralada. Empecé a escuchar el sonido de su respiración mientras mi mirada se perdía entre su pecho desnudo —Y tú eres incapaz de rechazar un desafío. —Miré el reloj que estaba en la mesa de noche al lado derecho de la cama, luego regresé la mirada al hombre que estaba sobre mi cuerpo y que lo miraba como algo de gran valor, tal vez algo apetitoso, algo que él tenía que obtener y que obtendría, desde luego que sí. Cerré mis ojos para sentir los labios suyos que se unieron a los míos, si antes no tenía sueño, aquel apasionado beso había despertado todos mis sentidos y ahora yo tenía menos sueño que antes, si es que eso era posible. Dejo caer su cuerpo sobre el mío , sabía perfectamente que el peso de su cuerpo era algo que me hacía enloquecer, atrapó mi cuello con un sin números de caricias mientras mis labios dejaban escapar los suaves jadeos que él provocaba en mi. Mis manos inquietas tocaban su pecho y su espalda, pero de pronto y sin aviso el se incorporó y me retiró el pijama, dejando mis pechos al descubierto. La suave corriente de aire hizo que mis pezones sobresalieran un poco . Tocó a ambos con sus manos mientras sus pulgares hacían círculos sobre mis pezones, su lengua húmeda fue a parar a uno de ellos, no pude saber a cual fue primero porque de pronto pasó al siguiente y yo simplemente veía todo borroso, cegada del placer, solo me concentraba en las sensaciones y en aquel hermoso y atractivo hombre que me conocía desde la punta de mis pies, hasta donde sea que terminara mi diminuto cuerpo. Atrapó nuevamente mis labios, dejando libre a mis pezones, después bajó más a bajo depositando besos en mi vientre. Mi espalda se arqueó al pensar en lo que venía después, la imaginación pudo más y empecé a soltar ciertos sonidos antes de que el empezara con lo que tenía planeado , simplemente sabía lo que venía y mi cuerpo no podía evitar emocionarse. Casi podía sentir su lengua hurgando en mi interior y aquello era fascinante. —Eres demasiado sensible. —Dijo y después sentí su húmeda lengua en aquel lugar, intenté decir algo pero ni yo entendí lo que salió de mis labios, mi mente no pensaba con claridad, solo disfrutaba de lo que estaba sucediendo allí. Me obligué a abrir los ojos, bajé la mirada despacio, los labios me temblaban, los estaba mordiendo con tanta fuerza para controlar el ruido que hacían que al cabo de un minuto sentí el sabor a sangre en ellos, la mirada de él se encontró con la mía y simplemente no pude apartar la vista con lo que estaba viendo. Se veía tan descarado, tan sensual y tan a gusto disfrutando cómo me daba placer, mi cara y los sonidos que salían de mi boca expresaban todo y el estaba muy complacido con ello. Apretó mis muslos y abrió más mis piernas mientras se perdía en ella. Era tan hipnótico que yo no podía apartar la vista de aquel sensual y pervertido hombre. Sentía vergüenza y placer a la vez , las dos emociones chocaban, pero estaba claro cuál podía más... Nunca aparté la vista de él. Mi cuerpo empezó a temblar pero el no se detuvo, sabía que yo no querría que lo hiciera, me incorporé un poco y sujeté su cabeza allí abajo mientras sentía como se iban todas mis fuerzas y mi cuerpo caía hacia atrás pidiendo solo unos segundos de descanso. Caí de espaldas sobre mi almohada con los ojos cerrados, mi pecho subía y baja con velocidad, escuchaba mi respiración agitada mientras mi vientre me cosquilleaba; una gota de sudor bajó por mi cuello, resbalando hasta mi hombro. —Tú me vuelves muy sensible...—Le corregí. Las fuerzas volvieron a mi en cuanto el se desnudó y vi aquella ereccion llamándome y dejándome completamente hipnotizado, el se recostó en su lado de la cama y yo me incorporé poniéndome justo al frente de él ; pasé mi lengua por su inicio y después la introduje de a poco en mi boca hasta meterla completa, la humedecí muy bien, luego me coloqué sobre el, con ambas piernas a su costados y después bajé mi cuerpo hasta la altura de su m*****o, lo tomé en mis manos y lo puse en mi entrada, fui bajando despacio mientras el se deslizaba en mi interior. Se sentí como su m*****o duro crecía más una vez que estuvo dentro de mi, solté mi cabello y el comenzó a acariciar mis pechos, pellizcando mis pezones y haciéndolos girar de un lado a otro mientras mi excitación iba en aumento . Empecé con movimientos muy lentos, sintiendo como se deslizaba en mi interior y se hacía espacio allí adentro, acoplándose perfectamente , encontrando su sitio . Sabía muy bien que eso era muy tortuoso para él, pero si yo estaba encima, entonces yo controlaba y yo decidía , él sujetó mis caderas y comenzó a moverse con velocidad, le solté una cachetada en su mejilla derecha, dejándole la cara muy roja, ¿acaso estaba creciendo más su m*****o? Tiró de mi cabello con fuerza haciéndome inclinar la cabeza hacia él, atrapó mis labios y después me susurró al oído. —Solo tú tienes el control. —lamió mi cuello y después me soltó el pelo. Continué con mi plan inicial y seguí con los movimientos lentos, cuando vi que sus ojos se cerraron y que su manos estaban hechas puños entonces supe que era el momento. Me coloqué en cuclillas dejando todo el peso sobre los talones, deje que su m*****o saliera hasta que solo quedara la cabeza dentro y entonces comencé a bajar y a subir con fuerza, pero sin velocidad, bajaba dejándolo entrar todo de golpe y subía dejando salir todo menos su cabeza, la punta. Sus ojos me miraban con firmeza mientras sus labios expresaban lo que le gritaba su mirada, sus gemidos eran tan excitantes y su respiración ruidosa, todo aquello era música para mis oídos, la recompensa de que lo que estaba haciendo yo estaba bien. Continué con los movimientos hasta que el no se resistió más, tenía su mirada fija en mi y sus manos sujetaban la cama, mordió su labio inferior y frotó su cabeza de un lado a otro de la almohada con un poco de desesperacion, pero entonces cuando yo crei que lo tenía bajo mi control, cuando creía que ya lo tenía completamente controlado o que al menos lo tendría un poco más de tiempo con un movimiento rápido yo ya estaba debajo de él, mis piernas apoyadas sobre sus hombros, abiertas de un lado a otro y su cara hacia un gesto que me excitaba demasiado. ¿Por qué tenía que ser tan sexi y yo tan común? De su frente bajaron varias gotas de sudor y su cabello ya humedecido se le pegaba a la cara. Nuevamente mi cuerpo sabía lo que venía, me preparé para recibirlo pero mis piernas comenzaron a temblar antes de las embestidas, el soltó una risita al darse cuenta de lo que sucedía y depositó un beso sobre mi pierna derecha y después en la izquierda, subiendo y bajando entre una y otra. —Aún te sigo poniendo nerviosa. —acarició un poco más mis piernas mientras yo me iba relajando. Su m*****o entró con lentitud en mi interior, haciéndome creer que así era el asunto, después sentí como su velocidad cambiaba, sabía que esta era la revancha y yo estaba completamente complacida de aceptarla y también de perder contra él, porque esta posición le aseguraba completamente la victoria . Tenerlo dentro en esa posición, con esa profundida, sus firmes manos sujetando mis piernas y mi cuerpo completamente expuesto al suyo, vibraba de placer, nuestros cuerpo sudaban mientras nuestras miradas se encontraban y no podíamos decir nada, solo dejar salir lo que nuestros cuerpos expresaban. ¿Cuantás veces me corrí ? Estaba muy a gusto para llevar la cuenta, su cabeza estaba sobre mi pecho que subía y bajada, mis manos acariciaban su pelo mientras mis ojos fueron cerrándose poco a poco hasta quedarme profunda y plácidamente dormida. (…) Cuando la alarma sonó y yo me desperté, estaba sola en la cama. Miré en el resto de la habitación y el no estaba, fui al baño y la ducha estaba lista para mi. Me vestí con prisa y fui a la cocina para preparar mi desayuno, pero para mi sorpresa ya estaba listo y él me esperaba para desayunar juntos. —No tenías que haberlo hecho, podías seguir durmiendo. —Fui hasta él y lo abracé desde atrás, después le di un beso. —Gracias. —¿Y dejar que te fueras en taxi? Yo te llevaré hasta el aeropuerto . —Él ya estaba listo, ¿a qué hora se habría levantado? Los dos desayunamos en silencio mientras yo sentía que me miraba con un poco de nostalgia. —Espero que la pases muy bien. No te pongas muy nerviosa y no olvides que ya no eres una adolescente, te has convertido en una mujer y nadie puede decir lo contrario, además una mujer muy hermosa. Es importante que lo que digan no te afecte, puede que saquen conversaciones del pasado, aunque se trate sobre ti no muestres que te importa, sino la noche se te hará bastante larga. —Se que también estarán esas chicas allí. —Y cuando te vean sentirán más envidia que antes, solo ten más confianza en ti. Se que puedes hacerlo, si pensara lo contrario no te dejaría ir o al menos no sola. —Como me gustaría aunque sea tener la mitad de la confianza que él tenía en mi. —También estará él allí. —Lo sé. —¿Por qué no estás incómodo con eso?— Pregunté, él sabía que allí probablemente estaría mi primer amor y la persona que aún no había olvidado. —No se si yo tendría la misma expresión que tú al saber que verías a la persona que fue o es muy especial para ti. —Tengo plena confianza en mi mismo y también en ti como para dejarte hacer eso. —¿Que tal si pasa algo? —¿Por qué no estaba molesto? ¿Por qué no estaba celoso? —María , se que él ha sido tu primer amor y eso nunca se olvida, pero tú has sido mi primer amor y sé lo especial que es eso, puedo comprender como te sientes y aunque quisiera que yo también hubiese sido tu primer amor, no pasó así. Solo me queda confiar en ti. —¿Por qué eres así? Cualquiera pensaría que no me quieres, tus respuestas me ponen muy nerviosa. —Lo siento. —¡Pero no te disculpes ! A veces esta bien tener miedo o sentirse enojado. Estás en una situación en la que al menos deberías de sentir una de esas dos. —Su rostro solo me expresaba algo cuando estábamos en la cama, después siempre tenía la misma expresion de tranquilidad todo el tiempo. Me gustaría que al menos se sintiera celoso porque iba a ver a alguien que probablemente yo amaría más a que él, porque las dudas siempre estaban. Tal vez simplemente no entendía la situación. Después de todo yo era su primer amor, su primera vez mostrando afecto. Me sentía culpable porque a pesar de que llevábamos tres años de relación, esta era su primera experiencia y podía darse el caso de que el sencillamente no supiera cómo reaccionar. Terminamos el desayuno y el me llevó al aeropuerto. Llegamos justo a tiempo. —Si pasa cualquier cosa solo llámame, iré enseguida a romperle la cara a quien haga falta, no importa si es chica o chico —¿Tomarías un avión solo para hacer eso? —Desde luego que sí, yo no tenía la menor duda. —Solo si se trata de ti, haría cualquier cosa. —Lo único que quiero es que no me extrañes mucho, o la semana se te hará larga. Te estaré llamando y enviándote fotos y vídeos. —Sus brazos aún me abrazaban como si no quisieran soltarme. Lo besé por última vez antes de partir .—Debes dejarme ir ahora o perderé el vuelo .—Le recordé, pues a pesar de que no decía nada él no me soltaba. —Disfruta mucho, María. —Eso también era una nueva expresión, comprendí que era su cara de dolor. No quería dejarme ir. Miré hacia atrás mientras cruzaba la puerta de embarque, mi corazón latia desbocado, era la primera vez en tres años que me alejaba de Dylan y justo lo hacía para ver a Brandon. Pero ¿Por qué no sentía la misma alegría que sentía la noche anterior? ¿Donde estaba todo ese entusiasmo? Desapareció al ver que dejabaa Dylan, al ver sus ojoa o esta despedida. Ahora solo me encontraba nerviosa y pensaba en esa última mirada de Dylan. ¿ Por qué le costaba tanto decirme o expresarme , incluso dejarme entender lo que realmente siente? Yo no tenía dudas de que lo amaba, también sabía que él me amaba a mi , incluso más de lo que yo podía a él . Mi vida era feliz a su lado y nunca intenté contactar a Bran, él estaba al tanto de como habían terminado las cosas entre nosotros dos, sabía que nunca hubo ni pudo haber nada. Entonces ¿por qué me sentía culpable ahora que estaba en el avión ? ¿Fui egoísta con Dylan al mostrarme tan emocionada de ver a Bran? Mi corazón latía con fuerza y no sabía si era por el hecho de ver a Bran o porque ya extrañaba a Dylan. Quizás…no debí irme.

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