Capítulo 4

2314 Words
Tenía razón de regañarme de esa manera, he sido muy sinvergüenzas con lo de mi hermana y seguramente ella está bien y esto es solo un pequeño susto, del cual podría perder mi trabajo. -Lo siento. -Agacho mi rostro y lo escucho suspirar. El doctor Dubois me tenía mucha paciencia. -Después de la cirugía podrás ver o llamar a tu hermana, pero ahora, te necesitamos. -Ok. Entro al hospital, firmo mi entrada, dejo mi celular y me voy a cirugía con el doctor, él y su hijo caminaban al frente de mí y hablaban como si no los oyera. -¿No crees que fuiste demasiado rudo con ella? -Hay personas en juego aquí Nathan y no voy a arriesgar vidas solo porque una enfermera que vio a su hermana anoche, siga preocupada porque no ha llegado a casa. -Su padre entra a cirugía y Nathan me detiene. El doctor Dubois conocía muy bien mi situación y sabía las cosas que me hacia Pau, las preocupaciones que pasaba cuando ella no llegaba, así que me imagino que lo considera tonto sabiendo que era normal en Pau. -Lo siento, por no haberme metido, pero sabes como es él en público. -Él debía hacerlo y está bien que no te metieras, así nadie pensará que soy su favorita -dije tratando de sonar graciosa. Realmente su regaño me puso algo ida y solo le he respondido así a Nathan porque no quería preocuparlo o que discutiera con su padre. Me sentía apagada, deprimida, triste, como si una parte de mi, ya no existiera. Nathan me abre la puerta como un caballero y entramos a cirugía, una enfermera encargada del higiene nos pasa unos tapabocas, luego él y yo nos dirigimos al lavabo quirúrgico con cepillo, esto es un proceso que siempre se realiza antes de colocarse los guantes y entrar a cirugía, después del lavado de manos, la enfermera nos ayuda a colocarnos nuestras batas. Una vez listos, entramos a la cabina quirúrgica, en cirugía me empleo como enfermera circulante, pero eso es cuando las cirugías son programadas, en urgencias trabajamos con las personas que podemos y todos aunque sea debemos tener mas de dos especialidades para suplantar a alguien, no podemos esperar a los demás. El equipo quirúrgico estaba compuesto por 7 personas, el cirujano Dubois, el dueño del hospital, la anestesista, un enfermero instrumentista, una enfermera auxiliar, el velador, la empleada de limpieza y yo la enfermera quirúrgica o circulante. Nathan es un residente, por lo que puede estará en el equipo. Y bueno, como yo no llegue a tiempo y estaba con la preocupación de mi hermana, alguien más hizo mi trabajo, por lo que me toca ser la enfermera instrumentista, también estoy especializada en esa área. Me coloco en mi posición y esperamos unos momentos a qué la anestesia haga efecto, una vez que el paciente esta inconsciente, empezamos con la cirugía. Se había lesionado la rodilla, un desgarre de ligamento colateral medial, quién estaba en cirugía era la señora que había visto y no podía dejar de mirarla, es igual que la mujer de mi sueños y quiero pensar que es coincidencia. Pero coincidencia sería que esa mujer la haya visto antes y luego aparezca en mis sueños, pero estoy segura de que ella jamás la había visto. -Enfermera Petit -me llaman y reacciono. -¿Si? -La necesitamos aquí, pero si no se siente lo suficientemente capaz, se puede retirar -me dice el doctor Dubois. Él sabe que estoy desconcentrada, estoy obligada a estar aquí, por supuesto que no me siento capaz. -No, estoy bien, lo siento. -Le paso el instrumento que me había pedido. Sé que no tiene sentido haberme dicho que viniera si sabe que no tengo cabeza, pero entiendo al doctor Dubois, estamos en urgencias y creyó que dejaría mis problemas de lado como todos hacemos para atender a los pacientes. Sin embargo, aunque falte personal, no se va a arriesgar que alguien que no sea capaz arruine la operación. *** La operación duro máximo 3 horas y la paciente se encuentra bien, está estable, el esposo de la mujer aún se encuentra en cirugía, pero no debe tardar en salir, cuando finalice su cirugía lo trasladarán a una sala de recuperación y me encargaré de que sea la misma que la de su esposa, estoy segura de que en un momento, querrán permanecer juntos. -¿Estás bien? -me pregunta Nathan al salir de la sala quirúrgica. Ya nuestras batas, tapabocas y guantes habían sido desechados antes de salir, solo cargamos nuestros uniformes. -Si -le respondo con media sonrisa. -¿Segura? -me detiene sujetando mi codo. Nathan es un poco más alto que yo, su cuerpo es robusto así que hace ejercicio, su tono de piel es tirando a siena y resalta sus labios rosados, tiene una barba negra en forma de candado, su nariz perfilada, ojos marrones y pequeños, pero encantadores, cejas pobladas y negras, su cabello n***o corto a los lados y con peinado hacia adelante y arriba. -Si -repito. -Mari, en cirugías estabas como si conocieras a la mujer. Nathan y yo nos conocemos desde hace mucho. -Creí haber soñado con ella, pero tal vez estoy delirando porque estoy cansada, no dormí bien preocupada por mi hermana. -¿Y que de que trataba el sueño? Me impresiono un poco por el interés de Nathan, pero no le tomo importancia. -Soñé que había tenido un accidente y esa pareja estaba ahí. -¿Y que más pasó? -No lo sé, porque les ofrecí mi ayuda, pero morí, creí que solo había sido una pesadilla y me sorprendí cuando la vi, sentí como si fuese una predicción, pero si ellos están aquí y yo también, ¿Quién es la persona que murió y yo lo vi todo como si fuera ella? Nathan se queda callado, pensando supongo. -¿Crees que la otra persona exista? -Eso es lo que me mata Nathan, porque no sé porque sentí que fue real y me siento tan vacía como si hubiese perdido a alguien. -De repente mis ojos se ponen agua y Nathan me abraza de inmediato. Su abrazo en vez de evitar que llore, solo hace que siga botando lágrimas. -Solo fue un pesadilla. -intenta tranquilizarme. -Pero esa pareja estaba ahí Nathan, yo vi como sucedió el accidente y no sé porque algo me dice que si no soy yo porque aun sigo aquí, entonces es mi hermana y vi a través de ella, aunque algunos crean que es una locura la conexión de gemelas. -No Mari, no estás loca, pero no supongas cosas. -Me separa de él y me hace mirarlo-. Tu hermana está bien, ¿Si? Ya verás que está en su camita descansando como siempre, lo del sueño solo es porque eres una elegida, escogiste enfermería porque querías ayudar a las personas y tal vez tienes un don extra para conocer a tus próximas misiones. Él me seca las lágrimas y me saca una sonrisa, supo tranquilizarme. -Gracias Nathan. -De nada Mari -me sonríe y me acaricia la mejilla. Nathan también es un gran amigo y no quisiera perder su amistad, por esa razón no me veo con él en una relación, ¿Y por qué he tenido esos pensamientos? Porque muchos trabajadores dicen que parecemos parejas, pero es por lo unidos que somos. Nuestra conexión de miradas y sonrisas se corta cuando oímos disparos y gritos, Nathan y yo nos alarmamos, esto era muy común acá, escuchar disparos, pues el hospital queda cerca de un barrio peligroso de Francia y el doctor Dubois lo fundo por eso mismo, la gravedad del asunto es tan fuerte que más personas necesitan ayudan, pero algunos no tienen los medios para irse con urgencia. Ambos corrimos por los pasillos guiándonos por el ruido, el escándalo se encontraba en recepción y apenas llegamos, nos detuvimos, habían alrededor de tres hombres de trajes y con armas en sus manos apuntándole a todos amenazando con su arma, y detrás de ellos habían dos hombres más de trajes, uno de ellos estaba herido mientras se sostenía del otro, quien también apuntaba como si esa persona corriera peligro. -¡¿Qué sucede en este maldito hospital que nadie se atreve a ayudar?! -reclama uno de los hombres de al frente armados. Estaban algo paranoicos, el hombre herido debe ser una figura muy importante. -Claro que será atendido señor, pero hay muchos pacientes y heridos, así que debe esperar para ser atendido en su debido momento -le explica una colega enfermera para tranquilizarlo. -Oh créame señora, de que si no nos ayuda ahora, tendrá más heridos de la cuenta -le apunta. -¡Hey, hey! -se entromete Nathan llamando su atención y otro hombre le apunta-. Si disparas no tendremos personal que pueda ayudarte. -Que importa, de igual forma no sirve. -Estamos en un barrio peligroso y entiendo que quieras salvar a tu amigo, pero hay otras personas que están así o peor, tenemos el personal ocupado. -¿Y el de emergencia? -Hacemos lo que podemos. -Eso no suficiente, así que o salvan a mi jefe ahora o todos mueren -le quita el seguro. Nathan me ve y me sonríe, luego cierra sus ojos y está dispuesto a recibir el disparo. -¡Esperen! -los detengo y otro hombre me apunto-. Estoy dispuesta a atenderlo -me ofrezco. -Al fin, una voluntaria, ¿No y que todo su personal no estaba disponible doctorcito? -lo ve mal. -Él no miente, pero puedo estar disponible para ustedes con tal de que no le hagan daño a nadie. -Que valiente, parece que tiene más huevos que tú -se burla de Nathan. -Por favor no lastimes a nadie y salvaré a tu jefe. El hombre me ve por unos segundos, baja el arma al igual que sus hombres y me hace una seña para que pueda a acercarme a su jefe herido. Me coloco del otro lado y lo tomo de la cintura, Nathan me ve, me aproxima una camilla y me ayuda a subirlo. -De acuerdo, si quieren que salve a su jefe, no pueden entrar con nosotros -le digo al hombre. -Ni de bromas te dejaré a solas con él -vuelve a subir el arma. -Me pediste ayuda, ahora solo debes confiar en mi y yo voy a confiar en ti. -Amigo, ¿Crees que nos arriesgaríamos a hacerle algo cuando tienes al hospital de rehén? -dice Nathan. El hombre suspira y baja el arma. -Son medidas de seguridad e higiene por el cual no puedes entrar, es solo eso, en cuanto terminemos, podrás estar con él. -No puedo arriesgarme, y no es por ustedes, si alguien llega a venir por él mientras lo revisan, nos necesitarán. -De acuerdo -intento comprender. -Enfermera Flores, por favor lleve al paciente a una habitación. -indica Nathan. -¿Habitación? ¿Qué habitación? -pregunta el hombre. -¿De verdad creyó que el hospital no está lleno? -Nathan usa su tono sarcástico y yo lo veo mal. -Solo busca tus malditos instrumentos y salva a mi jefe -amenazó apuntándole con el arma. Yo tomo a Nathan del brazo y me lo llevo. -¿Qué te sucede? -le reclamo. -¿Qué te sucede a ti? Te pusiste en peligro. -Lo dice alguien que estaba dispuesto a morir hace un rato. -Trabajamos en un barrio peligroso, pensar en la muerte no es algo de lo que me preocupe Mari, además si era lo que él quería hacer solo por no cumplir con sus caprichos, entonces si, que eso pasara, debía entender, no podemos salvar a todos y lamentablemente eso es lo que uno debe aceptar cuando estudias medicina, porque somos unos malditos seres humanos salvando a otros humanos, no unos superhéroes y sin embargo también tienen fallas. -Pero si no hubiera intervenido, ya no estarías aquí conmigo. Todos necesitan ser atendidos por igual, no hay que interponer vidas solo porque crean que sean más importantes que las otras, cada vida importa y eso lo entiendo, y por eso dije que ayudaría al hombre, porque no podía permitir que le hicieran daño a los demás. Y claro, todo dependerá de que tan grave esté el paciente. Nathan y yo regresamos con lo que necesitábamos, entramos a la habitación y el hombre estaba sentado quejándose de dolor por una herida en su hombro, su fino traje se había dañado con la sangre. -Pueden retirarse -les ordena el hombre-, vigilen desde afuera, estoy seguro aquí. Ellos asienten sin objetar y salen. -Perdonen que no haya intervenido antes, estaba algo ido, me acaban de disparar. -Da media sonrisa-. No quería que las cosas se dieran así, pero estaba mal y mis hombres hicieron lo que tenía que hacer. El hombre es trigueño, de cuerpo atlético y rostro atractivo, unos labios medianos, un poco de barba, cabello n***o corto y lacio con ondas, nariz perfilada, ojos marrones y grandes, al igual que sus cejas. -¿Cómo que estaba mal? Aún no lo hemos atendido -dice Nathan. -Bueno, soy un poco fuerte. -intenta hacer chistes, pero Nathan estaba serio, mientras que yo solo sonreía por amabilidad. Nathan lo ayuda a quitarse las prendas de arriba y yo busco la carpeta para anotar la información del paciente. -Usted debe ser muy importante tanto que sus hombres lo quieran vivo y así como también parece que otros lo quieran muerto -comenté. -Mari -me regañó Nathan. Sé que no estaba siendo profesional, aún así el hombre solo se echa a reír. -Porque me haya ofrecido a ayudarlo, no significa que esté de acuerdo en como sucedió todo. -Eso no implica deba saber porque me han disparado. -Me lo debe. -¿Segura de que no es al revés? -dice tan arrogante. Me quedo callada y luego respondo. -No creo que sea político, ellos jamás tratarían a las personas como criminales. -dije y nuevamente se ríe.
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