Capítulo 7

2366 Words
—Gracias por traerme a casa oficiales, pero no era necesario acompañarme hasta la puerta. Me detuve en mi puerta y me voltee para darles media sonrisa a los hombres uniformados que se ofrecieron traerme desde la morgue, al ver a mi hermana en la morgue me dejó algo shockeada. —Solo queremos y hacemos lo mejor para el ciudadano —me devuelve la sonrisa. Una ira me entra de golpe, sentía que se burlaba de mí. —Si fuera así, mi hermana no hubiese muerto, ¿y sabe por qué? Porque si hubieran atrapado al responsable que desaparece personas, mi hermana estaría bien. —Cuidado con lo que dice señorita, está culpando a alguien sin razón. —¿Sin razón? ¿Quién desaparece a las personas? —Pero eso no significa que sea responsable de su hermana. —¿Ah no? ¿Y como explica que no era mi hermana la que estaba manejando? Porque estoy segura de que ella se llevó el auto, tal vez hizo una parada y querían secuestrarla, tal vez trató de luchar y por eso se chocaron, aunque me gustaría que hubiese escapado viva, pero no haber escapado, primero muerta que estar en manos de un criminal. Sabía que lo que decía era una locura, pero nada me quita de la cabeza que podría ser una posibilidad. —Tomaremos esas suposiciones en cuenta, pero también espero que entienda que hay posibilidades de que su hermana haya estado con alguien que ella conociera. —Mi hermana no dejaría que nadie condujera —contradije. —Pero puede existir esa posibilidad. —¿Y quién sería si conoce más a mi hermana que yo? —pregunto irónica. —No es que conozca más a su hermana que usted, pero podría ser la posibilidad de que un cliente haya estado con ella. —¿Qué? ¿Es una broma cierto? —el hombre se calla—. Claro debe ser una broma, mi hermana era bailarina exótica, no una prostituta. Me estaba alterando. —Han hecho una corta investigación, pero sabemos que algunas chicas se iban con clientes del local. Él parece lamentarlo, de verdad que trato de entender y puede que sea también una posibilidad, pero no, ella no era así. —Ella tiene o tenía un novio y lo amaba mucho, no creo que lo haya estado engañando. —Puede que quería bailes más privados —supone y yo suspiro. —De ser así, ¿Dónde estaría esa persona? Si no estaba en el auto, es porque huyó, ¿Y por qué? —Algunas veces el ser humano en situaciones como estás sienten tanto miedo que actuamos erróneamente, tal vez por ser responsable al volante tuvo miedo de ir preso. —Espero lo encuentren rápido y no mencionen que mi hermana tenía clientes, ella tenía un sueño de bailarina, no de puta, así que dejen de manchar su nombre, mas respeto por mi hermana porque aunque ella no esta para defenderse, estoy yo que soy su doble. Me doy vuelta e intento abrir mi puerta, pero mis manos me temblaban tanto que se cayeron. —Estaremos informándole sobre el caso y… ¿no tienen a alguien que pueda quedarse con usted? —Vivía con mi hermana, estoy sola. —¿Pero no tiene algún familiar o amigo que la cuide? —Estoy de luto, no enferma, además, soy una adulta, no necesito que me cuiden. —Me agachó y recojo mis llaves. —Todos necesitamos que nos cuiden. —Soy enfermera, puedo cuidarme sola. El oficial me toma del brazo con delicadeza y me hace mirarlo. —Sé que está en duelo y aunque desee estar sola, realmente necesita a alguien con quién desahogarse, alguien que conozca, necesita su apoyo. —¿No se irán hasta que esté con alguien, cierto? Ellos asienten y jamás había visto a un policía tan preocupado por las personas. —Bueno, le llamaré a mis padres, pero tardarán en llegar. —¿Qué tan lejos viven? —A 6 horas más o menos. —¿No tiene a alguien más? —Un amigo, pero debe estar trabajando. —¿Podría intentarlo? Suspiro y saco mi celular, lo chequeo y veo varias llamadas perdidas del señor Dubois y de Nathan, decido marcarle a Nathan, pero no responde. —Debe estar ocupado, le dejaré un mensaje. Me voy a mensajes y también encuentros mensajes de él como “¿Dónde estas? Estoy preocupado, por favor contesta” mientras que su padre tenía mensajes de que debía volver al trabajo. Entiendo que a Nathan le preocupe, no soy de no responder llamadas, siempre atiendo o regreso la llamada y ha pasado un buen rato como para preocuparse. Le dejo un mensaje a Nathan diciendo que ha pasado algo muy grave y que lo necesitaba, que estaría en mi apartamento, pero si estaba ocupado lo comprendía. Sé que decirle así no funciona, pues Nathan sin importar lo que haga, siempre está para mí. —Perfecto, entonces si nos permite, nos quedaremos fuera de su apartamento o como usted quiera, pero no la dejaremos sola. Yo los veo indecisa, pero acepto, aunque no los dejé pasar, en mi no estaba bien tener a dos hombres dentro de la casa, así sean policías y solo quieran protegerme. Entro a mi hogar y cierro la puerta, tiro mis pertenencias, llevo mi cabello hacia atrás y enredo mis dedos en él. Mi cuerpo desciende y cae al suelo, lloro con todas mis fuerzas. POV’Lorian Estaba dentro de mi auto estacionado al frente del edificio donde vive Marinette en la otra calle, mi teléfono suena y contesto inmediatamente. —¿Si? —¿Llegó bien a su hogar? —me pregunta Paolo. En la morgue, cuando Marinette llegó para reconocer el cuerpo de su hermana, nos quedamos escondidos para escuchar, la oímos tan destrozada que Paolo se preocupó por ella, pero a la vez le dio tanta ira por la injusticia que se fue y me dejó a cargo de su bienestar. Yo no soy un tipo bueno, hago cosas malas y porque hago cosas malas, no es de mi agrado hacer esto, solo lo hago porque Paolo es mi único socio cercano y pues él que quiera perjudicarlo, también me perjudica, arruinar su vida, me destroza parte la mía y no permito que nadie me destroce la vida. —Si Paolo, hipnotice a los policías para que estuvieran con ella hasta que alguien mas cercano se quede con ella. —¿Podría involucrarte más? Ningún mortal podrá protegerla de lo que sea que nos este acechando. Creía que Paolo era paranoico, pero los cambios de cuerpos después de irnos es bastante raro, además de que esas gemelas no se han metido con alguien, es obvio que nos quieren joder. —¿Acaso quieres que me acerque más? Eso la pondría en peligro y a nosotros también. —¿De que te sirve poner a tantos humanos a su alrededor? ¿No ves que la persona que ha provocado esto no le importan los demás? Haremos que inocentes mueran. —¿Y debo sacrificar mi vida por tu cuñada? —Eres sobrenatural. —De igual forma, los humanos no son la prioridad para mí. —Por favor Gaspar. —Paolo, estoy haciendo lo que puedo. —Pero no lo suficiente, ¿No ves que no soportaría que la hermana de la chica que amo podría estar en peligro también? —Eso no lo sabemos. —Quiero prevenir. —Paolo, ¿Sabes cuál es la razón de que Marinette estaría en peligro? Qué esté cerca de nosotros, es mejor alejarla o querrán matarla solo por estar con nosotros, si la alejamos y no le tomamos importancia, no creerán que sea algo que puedan usar para afectarnos. —¿Y que pasa si no es así? Si lo de Paulette fue solo una advertencia de que viene por más, quien quiera que sea sabe lo mucho que amo a Paulette y lo que más me afectaría si tocan a su familia. —Eso es porque eres un buen vampiro, realmente no sé cómo me asocie contigo. —Porque no confías en los vampiros malos. —Porque yo soy malo y obviamente si soy capaz de hacer muchas cosas, ¿por qué los demás no? Sé cómo piensan Paolo. —Y por esa razón debes cuidarla, sabes cómo son los hombres malos, sabes de lo que son capaces. Tomo un largo suspiro y notó un auto estacionarse cerca, lo veo bajarse y enseguida sé quien es. —El doctorcito ya llegó, te llamo luego. —Entiendo. Cortamos la llamada y presto atención, ¿Cómo carajos iba a acercarme sin que se viera extraño? Paolo me la estaba poniendo difícil, pero no iba a saltar del barco, no hasta saber si realmente vienen por mí. Entrar a su casa, sería una opción, pero no puedo entrar sin que ella me invite e hipnotizarla para que me invite sería riesgoso, digamos que hipnotizar humanos en un estado emocional bajo, hace que sus emociones negativas se repriman y en algún momento exploten por la acumulación, estos no suelen tener buenos resultados, todo depende que cuáles sean esa represiones negativas, el humano querrá liberarse de alguna manera. No me importaría crear asesinos así tengo más razones para matar, pero Marinette le afecta a Paolo y no le haría eso. Otros efectos que trae la hipnosis, sería dolores de cabeza constantes y mareos. Los policías cumplen con la hipnosis y estos salen del edificio, por lo que queda el doctor a cargo de Mari, pero veo al doctor detrás de los oficiales y en sus brazos cargaba a Marinette, se veía inconsciente y olía a sangre fresca. Todo pasaba en cámara lenta para mí y para los humanos, todo era rápido por la urgencia. —Señor, no puedo soportarlo. Mi conductor Oscar no se resiste a la sangre de Marinette. —Pues bebe de la bolsa —le ordeno—, y ahora sigue al doctor, no lo pierdas de vista. Oscar obedece y sigue al doctor, detrás de él le seguían los oficiales y luego estábamos nosotros, el doctor se detiene en el hospital y saca a Mari del auto, la carga hacia adentro del hospital y nosotros nos quedamos afuera. —¿Desea que vaya a investigar? —se ofrece Oscar. —No, deseo que me traigas a uno de esos policías —le ordeno. Oscar asiente y sale del auto, no me gusta cuando los demás se ofrecen, me gusta tener el control, que alguien se ofrezca me hace ver que tiene iniciativa y conmigo eso solo indica a motín. Oscar trae al oficial a la fuerza como si se tratara de un criminal, abre la puerta del auto y lo tira contra el asiento para que entre. —Mi señor —dice el oficial con la cabeza agachada. Yo veo a Oscar y le hago una seña para que nos deje solos, este cierra la puerta y se aleja un poco del auto. —Oficial Clay. Acaricio su cabello y uso una voz suave, el hombre estaba que temblaba del miedo, ¿Y como no estarlo? Lo hipnotice, se cree mi esclavo y tiene miedo de que le haga daño. —¿Qué fue lo que sucedió? —No lo sabemos señor, apenas llegó el doctor, tocó la puerta, pero la señorita no respondía, tuvimos que acudir a tirar la puerta, no se encontraba por ningún lado, hasta que el doctor la halló desnuda e inconsciente en el baño. —Oh, entiendo —dejo de acariciarlo y tomo su cuello—, creí que les había dejado claro que debían cuidar a la joven. —No permitió que entráramos, señor. Me mira en suplica, buscaba perdón. —Eres un puto policía, pudiste obligarla, así esté desnuda, debes seguirla a todos lados. —Si señor, no se volverá a repetir. —agacha su rostro. —Oh por supuesto que no, porque a partir de ahora me encargaré yo. Lo tomó con fuerza, abro acceso a su cuello y clavo mis colmillos para succionarle toda su sangre, no lo iba a dejar vivo, cometió un error al permitir que Mari se hiciera daño y las segundas oportunidades conmigo no van. Siempre supe que yo debía encargarme de las cosas si realmente quiero que salgan como pido y aunque me da un gusto, a veces es un poco cansón. Al absorber toda su sangre, dejo caer el cuerpo sin vida al suelo, saco un pañuelo de mi saco y me limpio los restos de sangre de mi boca. —Incompetente —digo con asco al oficial. Ni siquiera tenía sed y me enoja mucho que me haya obligado a hacerle esto, pero más me enoja no haberme cumplido y necesitaba ser castigado. No solo tengo que cuidar a Mari de un supuesto enemigo, si no también de ella misma. —Oscar —lo llamo y viene de inmediato. —¿Si, señor? —abre la puerta. —Dile a Alan que se deshaga del cuerpo y tráeme al otro oficial. —Si señor. Oscar se va y yo salgo del vehículo, Alan se baja de una de las camionetas después de que Oscar se acercara a ellas y se lleva el auto junto el cuerpo. Veo a Oscar traer al otro oficial y este también muestra miedo. —¿Dónde está Clay? —Muerto. —¿Qué? ¿Por qué? —Porque no cumplieron con lo que pedí o tal vez no los hipnotice como debía. —dudo de mi por un momento. —Entonces no es nuestra culpa. —Tal vez tengas razón, pero dar la razón no es uno de mis lujos. —Como te equivocaste, entonces descargaste tu ira con Clay. —Oh si, si yo me equivoco, alguien muere. —¿No es mas fácil aceptar la culpa? —La culpa es de lo demás por lo que me hacen hacer. —Pero… —lo interrumpo. —¿Cómo sigues contestándome? —Arqueo una ceja y él agacha su rostro. Parece que tengo un esclavo rebelde. —No me hagas arrepentirme de que mate al equivocado —amenacé.
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