Capítulo 6

2340 Words
—¿Entonces me pondrás de niñera mientras tú tienes la parte divertida? Me diste la tarea más aburrida, sabes lo mucho que me gusta la sangre, sobre todo si es parte de la venganza —me quejo. —Gaspar, esto es serio. —Lo sé, y por esa razón quiero hacer pagar a cualquiera que te haya hecho esto. —Cuando lo encuentre, estarás ahí para ver cómo lo mato, pero por favor, protege a su hermana. —Tu eres su cuñado. —No puedo investigar y cuidarla al mismo tiempo, la pondría en peligro. Ambos subimos al auto y lo puse en marcha. —¿Qué tal si tú la cuidas y yo investigo? —insisto con el tema. —Yo me encargo de la muerte de mi novia y si realmente me quieres ayudar, ayúdame en eso, ¿O tienes algún problema con eso? —Claro que tengo un problema, soy tu socio, no tú uno de tus hombres a quien puedes usar. —Pero te ofreciste a ayudarme. —No ese tipo de ayuda, Paolo. —Pues lo necesitaré, para probar tu lealtad. —¿Qué? —me burlé, pero el seguía serio—. Oh, de verdad lo estás diciendo en serio, ¿no confías en mí? He hecho cosas sucias por ti. —Porque tu mente es tan retorcida que te encanta hacerlas sin problemas. —¿Y entonces qué? ¿Eso significa que estoy involucrado en esto? —dije algo serio. No estaba ofendido, yo no le haría eso y por eso no me siento identificado, pero estaba serio para que vea que esto me lo tomo con severidad. —No, solo quiero probar si puedo confiar de que puedes hacer más cosas que solo hacer la parte sucia, eres mi socio y tal vez mi único amigo, y con esto necesito saber si estarás en todo conmigo o solo en una parte —me aclara—, te necesito completamente para mi. —Ya entiendo… eres gay. —Lo hago reír—. Es broma, solo quería cambiar un poco el ambiente, sabes que no me gusta verte mal y sobre lo otros, sé a lo que te refieres, te demostraré que soy a todo terreno. —Pues veamos de que estás hecho, y nada de tus juegos locos. —Prometo comportarme. —le guiño el ojo—. A ella nadie le tocará ni un solo pelo. Fin del flashback. —Oscar —llamo a uno de mis hombres y este entra de inmediato. —¿Si, señor? —Acerquen el auto, debemos irnos. —Si señor. —Hace una reverencia y se retira. Yo me levanto y me coloco mi camisa, el hombro ha dejado de doler. Después de ver a Paulette muerta, Paolo se fue a investigar y yo comencé a seguir a Marinette, la seguí desde que salió de su apartamento. Pero cuando entró al hospital, no sabía cómo entrar, así que nos alejamos un poco y le dije a uno de mis hombres que me disparara, era hora de actuar, necesitaba estar más cerca de ella para poder cuidarla. Al estar listo, salgo de la habitación, miro a ambos lados del pasillo y no había nadie, acomodo mi chaleco y camino como si nada hubiera pasado. Camino a la salida y me choco con alguien, mis reflejos de alerta solo hicieron que la pegará contra la pared, yo soy un peligro y muchos me quieren muerto, por esa razón actuó como si todos fuesen una amenaza. Al notar que era una simple enfermera la suelto, pero esta ha quedado atemorizada. —Lo siento —trato de remediarlo. —No-no no se preocupe —tartamudea. Ruedo mis ojos y suspiré, trato de irme, pero sigue hablando. —¿No debería estar en su habitación? Regreso a ella con rapidez y la pegó contra la pared, ella vuelve a tener miedo, casi que podría llorar en cuestión de segundos. Verla así me dieron ganas de morder su cuello y probar su delicia, pero tengo clase y no era el lugar indicado, así que la tome de la nuca e hice me mirara. —He sanado rápido gracias a las atenciones de la enfermera Marinette y por eso usted me dio de alta —la hipnotizo. —Yo no tengo autorización de dar de alta, solo su médico responsable. —me aclara aunque estuviese en un transe por mi hipnosis. —De acuerdo, entonces me dejaste ir porque mi médico firmó mi alta, y no recordarás lo que pasó hace un momento, solo pasabas por mi habitación para informarme que ya podía irme. Concluí y ella asintió, la suelto y me voy, salgo del hospital con muchas miradas en mi, pero sabía que estaría controlado con aquella enfermera. Veo mi auto Lincoln Continental color n***o al frente de mi y subo en él, Oscar estaba de piloto y yo estaba en los asientos traseros. —Apresúrate Oscar, necesito llegar antes que ella —exigí y él aceleró. Mis otros hombres me seguían en sus camionetas para protegerme. —En el maletín hay una cuantas bolsas de sangre, las necesitará para aumentar su fuerza en lo que su herida se cure —me anuncia. A mi lado había un maletín y lo abro encontrando varias bolsas de sangre, miro a Oscar por el retrovisor y le hago una mueca. —Esto no es una bolsa de verdad Oscar, tienes mucho que aprender. —Cierro el maletín y lo alejo con asco. La delicia de comer sangre directamente de la vena es incomparable, me gusta la comida recién servida porque no me gusta la comida fría, esta podría llevar días así y eso no me gusta. Oscar es nuevo en esto de ser vampiro, uno de mis hombres lo convirtió después de haber cumplido ciertos requisitos como humano. —Lo siento señor. —No te preocupes, deshazte del maletín en cuanto lleguemos. —Le ordeno. Tengo 300 años, nací en 1724 en Inglaterra, aunque a medida que iba creciendo, íbamos cambiado de lugar para no levantar sospechas, usar la hipnosis no todo el tiempo era beneficioso. Desde que nací soy un vampiro, mis padres fueron convertidos antes de tenerme, ellos si conocieron lo que es tener una vida humana. Recuerdo mi vida con ellos, yo los amaba y me hacían feliz al igual que yo a ellos, pero sabía que vivían con miedo de algo o de alguien. Mi madre me hacia creer que nos mudábamos seguido por el trabajo de papá o para que nadie sospechará de que éramos vampiros, bueno, de mi tal vez no, pero mi padres no envejecían, se veía igual de jóvenes. Cuando llegamos a Rusia dejamos de mudarnos y no fue porque mis padres lo hayan decidido, si no que alguien decidió por ellos, alguien les quitó la vida y ahí supe que no nos mudábamos porque no querían levantar sospechas, si no que huíamos de alguien y nos encontró, o al menos a ellos, yo estaba escondido, al salir hallé a mis padres muertos en nuestra sala y lo perdí todo. Oscar detiene el auto en la estación de policía y reacciono de ese doloroso recuerdo, tenía tiempo sin pensar en ello, pues no es algo que quisiera recordar seguido, creí que lo había bloqueado de mi mente, porque su muerte había quedado en el pasado. De nada me sirve recordarlo ahora, no necesito retener ese dolor porque yo acabe con el hombre que mató a mis padres, pero Ted tuvo razón, matarlo, no me iba a devolver a mis padres y tampoco me dio tranquilidad, aunque los haya vengado, no me siento satisfecho, me siento solo y vacío. —¿Deseeque lo acompañe señor? —me pregunta Oscar. —No Oscar, espérame aquí y bebe algo. —dije sin mirarlo y me bajé del auto. Al bajar, veo a mis hombres hacer lo mismo, pero los detuve. —Espérenme aquí —les ordeno—, no me hagan hipnotizarlos —les advierto. Acomodo mi traje y analizo el lugar, esto apesta a policías, detesto a los policías corruptos, quedan pocas personas buenas en el mundo. Me aproximo a la entrada, abro la puerta y me acerco a una policía sentada en su escritorio. —Hola, ¿Qué tal? —le sonreí. —Buenos días, ¿en que le podemos ayudar? —Busco a la señorita Petit, ¿está por aquí? —¿De parte de quién? —Soy el hermano de su cuñado y me llamó para que la acompañará, pero no sé si ha llegado. Solo trataba de hacer tiempo mientras mis oídos se ponían a trabajar, me concentraba en su voz y mis oídos buscaban la similitud para hallarla. —Horita está en interrogatorio. —¿Por qué? ¿Hizo algo malo? —No, pero su auto se vio involucrado en un accidente de tránsito en dónde hay un muerto y solo es parte del protocolo de investigación. —¿Y se va a quedar detenida? —No sabría decirle, solo tendría que esperar. Muestra con su mirada los asientos detrás de mí y la veo. —Entiendo. —Le sonrío. Camino y me siento, mis oídos seguían en la busca de su voz y la hallan. —Ok oficial, ¿en qué le puedo ayudar? —Queremos saber si estos documentos son de su propiedad. —Si. —¿Su vehículo fue robado y no logró reportarlo? —No, quién salió con el de la casa fue mi hermana. —¿Y como se llama su hermana? —Paulette Petit. —¿Y su hermana salió acompañada de alguien? —Iba sola. —¿A dónde se dirigía? —Al trabajo. —¿En dónde trabajaba? —En un cabaré en el centro de la ciudad como bailarina exótica… ¿a qué se debe tantas preguntas? ¿Mi hermana está bien? ¿Puedo verla? —No le tenemos buenas noticias, primero que su hermana no era la que conducía el auto y el cuerpo de una mujer fue hallado sin vida en el asiento del copiloto con la identificación de su hermana, pero su rostro es irreconocible. —¿Y quién iba conduciendo? —Esta en investigación, solo encontramos el cuerpo en el vehículo y necesitamos que nos acompañe a verificar el cadáver. Yo me levanto y me acerco a la oficial, tomo su mano y hago que me mire. —Nuestra conversación será borrada de tu mente. Ella asintió bajo la hipnosis y salgo de la estación de policía, camino con prisa y subo al auto rápido. —Arranca Oscar, vamos a la morgue. *** —Paolo —pronuncio su nombre al encontrármelo en la morgue. —Solo vine a verla antes de que se la entreguen a sus familiares. —me explica a espaldas de mí. Él veía su cuerpo y sabía lo triste que se sentía. —Sabes que es lo mejor. —Lo mejor es que ella este viva Lorian. —Lo sé. —¿Qué haces aquí? Creí que cumplirías tu promesa. —Y eso hago, Marinette está a punto de venir. —Debes seguirla, no estar delante de ella. —Escuché algo y solo vine ayudar. —¿Qué escuchaste? —Que Paulette no era la que conducía y el que conducía esta desaparecido. —Eso es imposible, cuando la vimos, ella estaba en el asiento del conductor. —Lo sé Paolo, pero alguien debió cambiar su cuerpo cuando nos fuimos, la pregunta es ¿Quién y por qué? Él me ve confundido al igual que yo, ¿por qué hacer parecer ella causó el accidente y después con las autoridades hacer creer que fue alguien más? Teníamos mucho que cuestionarnos, pero escuchamos voces acercándose y nos largamos. POV’Marinette El oficial abre la puerta y se ve un cuerpo en la camilla, él se hizo a un lado para que pasara primero, yo estaba insegura, pero entré, estaba nerviosa y mis piernas temblaban al caminar. Al estar cerca, parte de su rostro estaba inflamado y herido, al verla, supe que era ella, pude sentirlo, ¿Y cómo no sentirlo? Es como si una parte de mi vida ha sido arrebatada. Comienzo a analizarla, aún cargaba la misma ropa de esta madrugada y su dije aún rodeaba su cuello. Era un dije de una ala que nos dieron al nacer, siempre dijeron que éramos unos angelitos y entonces las alas eran nuestro símbolo, yo tenia la otra ala y estas se unían por su imán, hacia referencia que nos necesitábamos para volar. Mis lágrimas salen de mí y acaricio el cabello de mi hermana, ya lo sabía, lo sentía y me negué, no quería creerlo porque ella es mi vida. —Si es ella —respondí por si mi llanto no le ha quedado claro al oficial. —De acuerdo, estaremos afuera si nos necesita. Escucho sus pasos y la puerta cerrarse, mi llanto retumba en el salón, me siento destrozada, con un dolor en el pecho y a la vez vacía, sin respirar. Me posé sobre ella y le lloré a su cuerpo, muy dentro de mí pedía que se levantará, pero sabía que era imposible. ¿Quién causó tu accidente? ¿A quién dejaste conducir que no tuvo cuidado de ti? ¿Por qué no me llevaste a mi? Esto no es real, no puede ser, ¿Cómo sabré cuál es mi camino ahora? No veo sin mi hermana, está no podía ser su fecha de ida, teníamos muchas cosas planeadas juntos, ¿Cómo pudiste hacerme esto? —¡¿POR QUÉ?! ¡MALDICIÓN! ¡LLÉVAME A MI! ¡SI SOLO PUEDE VIVIR UNA, LLÉVAME A MI! —grité pidiéndole a Dios. —Señorita Petit. —¡Necesito más tiempo! —Lo sentimos mucho. —¡Si realmente lo sintieras, sabrían quién causó el accidente! —lo miré con furia. —Hacemos lo mejor que podemos. —¿Sabe? Ambos trabajamos ayudando a personas y sabe que esa frase no ayuda. —Lo siento.
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