Capítulo 13

2110 Words
—¿Complacerme dices? Yo me deshago de los malos para que su patética vida humana no tengan mas criminales… así que dime quién carajos está evitando que tus hombres sean hipnotizados por mi o romperé el pacto que le hice a tu ancestro. Giro su silla y quedamos cara a cara. —¿Nunca aprendiste del espacio personal? —Genera más tensión y me hace conseguir lo que quiero, además que evita de que escapes. —Eres vampiro, por lo que eres más rápido que yo. —Tienes razón… ¿Entonces, procedes? —le sonrío. —No sé quién les dijo y no sé porque te siguen permitiendo la entrada aquí a la estación de policía Gaspar, pero ya saben que eres vampiro. —¿Cómo mierda lo saben? —Es el superior, es un encargado reciente por los cuerpos desaparecidos, el presidente creyó que necesitaríamos ayuda, así que lo enviaron. —¿O sea que no tienes control como para evitar que él presidente se entere? —Desaparecen cuerpos Gaspar, demasiados y no son encontrados. —Y si no son encontrados, ¿Cómo carajos sabe de mi? Si se supone que no son encontrados para que no sepan de nosotros. —Realmente no sé lo que sabe, pero sé que sabe lo suficiente como para decirnos que tengamos un accesorio de plata bañado en agua bendita y que nos cuidemos de ti. La plata y el agua bendita por separados no hacen nada, pero su combinación es de extrema fuerza de fe y evita que puedan ser hipnotizados. —¿De mi por qué? —Porque llevas créditos en nuestros casos, no confía en ti. —Apoyo a la policía, ¿Y esto es lo que recibo? Desde siempre supe que no debía confiar en los humanos, su se matan entre ellos, ¿Qué más se puede esperar? Los vampiros no somos inocentes, pero muy poco nos matamos entre nosotros y solo si es una amenaza para todos. —Eres un millonario con intención de justicia, no lo cree posible. —¿Ah sí? Pues que imbécil… ¿Por qué no me habías informado antes? —Me tiene vigilado, creen que tenemos algo más de trabajar juntos. —Espero que solo piense en lo s****l —ruedo mis ojos. —Si ese fuera el caso, no serías mi tipo. —Soy millonario y guapo, soy el tipo de todos, hasta tu quisieras ser como yo. —Me alejo de él. —Como sea, no sé porque te han dejado entrar a la estación de policía y por eso te saludé como si hemos tenido tiempo sin vernos. —Entiendo… ¿Quién es tu superior? —¿Qué vas a hacer? —Me haré cargo. —¿Cómo a los policías que tienes? —lo veo—. Sé que los tienes, el oficial Storm vino tan asustado que le pidió al superior protección, lo iban a llevar al campamento lleno de policías, en dónde no te puedes meter con nadie por las armas y la seguridad. —Yo no los tengo. —Sé que Clay murió y Storm ya debió haber llegado con sus cosas, así que lo tienes tú. —No puedo soltarlo Andrew, ya lo puse en la lista negra y aunque quisiera soltarlo, no puedo hipnotizarlo hasta que se le olvide. —¿Qué gana con tenerlo? —Quería la información que me estás dando ahora. —Y te daré más si lo dejas libre. —¿Cómo sé que eso es cierto? —Rompes el pacto y me matas. Me lo pienso. —¿Para que lo quieres vivo? —Porque si no aparece, será una prueba para que el superior vaya por ti, Storm ya mencionó que te tiene miedo por lo que le hiciste a Clay y tal vez no los pueda hipnotizar, pero los puedes lastimar. —Solo les había pedido una cosa Andrew y la hipnosis funciona exacta… ¿Hace cuanto llegó ese superior? —Hace unos días, pocos realmente. —Y permitió que Clay y Storm trabajarán para mí, ¿Acaso me puso a prueba? —Así parece, se quiere deshacer de ti. —Solo dime quién es y tú serás el jefe. —No estas entendiendo Gaspar, si lo matas también, enviarán a otro, cada vez que te hagas cargo, solo será razones para tener a más personas aquí. —Podré con todos —digo muy confiados. —¿Hasta que solo me tengas a mi o también me matarás? —Solo si te pones en mi contra. —Me pondré en tu contra cuando decidas acabar con todos. —No te entiendo Andrew, ¿Acaso desconfías de mí? —¿Cómo no hacerlo? Mataste a personas inocentes. —¿De que hablas? —quedo confundido. Él me mira y también parece confundido. —Las personas de las noticias… ¿Desaparecidos? Si los has visto, ¿Cierto? —Claro que los veo Andrew, pero no soy yo, creí que hablabas de los otros desaparecidos, de las personas malas, de las que realmente me encargo como siempre. —¿Me lo juras? —¿Por qué acabaría con vidas inocentes, Andrew? Tal vez no me agradan los humanos, pero no acabaría con vidas inocentes. —¿Y por qué acabas con las otras vidas? Sé del trato que tuviste con mi familia, pero no entiendo porque te haces “héroe”. —Asuntos personales… si ahora tienes este “superior”, ¿Cómo haremos? —Los malos van a la cárcel. —¿Y crees que así aprenden? No deberían tener segunda oportunidades. —Algunos si se arrepienten Gaspar. —Si si, necesito que nuestro trato se mantenga. —No sé cómo lograr eso. —Debo alimentarme Andrew, ¿Acaso quieres que lo haga de personas inocentes? —¿Me estás amenazando? —¿Eso crees? —inclino un poco la cabeza. Ambos nos miramos y luego escucho unos pasos lejanos. —Alguien viene —lo alarmo. —Yo te llamaré. —¿Me darás la exclusiva? —Claro, pero será en un lugar privado. —De acuerdo… por cierto, no solo vine por esto, también por el accidente de Paulette Petit, sus familiares se aproximan y necesito que le cubras el caso a ellos. —¿Por qué? —Porque hay mas personas involucradas Andrew y quiero evitar que inocentes mueran. —¿Y que saben ellos? —Pues saben que Paulette no estaba sola en el auto, Mari que es su hermana gemela recibió la información y ella le conto a sus padres, necesitamos que le digas algo para que los mantengas fuera del caso. —¿Y por quieren involucrarse? —Porque es su hermana Andrew, abre los ojos, quieren hacer justicia. —Pero fue un accidente. —No fue un accidente. —¿Qué sabes? —Llegamos antes que la policía y Paulette era quien conducía, pero supongo que alguien cambio los cuerpos o quien los encontró, mintió. —Entiendo, ¿Y que les digo? ¿Qué nadie iba con ella? —¿Acaso quieres quedar mal y hacerla pasar por loca? —me enojo un poco. La chica ya tenía un intento de suicido, si hacemos que las historias no coincidan, solo lograremos que sus padres la internen. —Lo siento. —Ya saben que alguien conducía. —Pero si no es así. —Mierda, ya lo sé —acaba con mi paciencia. De toda su generación, es el peor policía Carter que he conocido. —Diles que el que conducía se entregó y que va a pagar por lo que hizo. —¿Y tienes a la persona que se hará pasar por el conductor? —¿Quieres a Storm, no? Ahí está tu hombre. —Pensé que lo habías matado. —Iba a hacerlo, pero si debo entregarlo, que sea así. —Nadie lo creerá, él no estuvo en los hechos. —No me importa si para los demás no estuvo, importa que para la familia Petit diga que estuvo ahí. —Me encargaré de la familia Petit, pero no meteré a Storm en el caso, si lo voy a hacer, lo haremos bien. —¿Quieres encubrir el caso hasta con tu jefe? —Si no colocamos a alguien, lo más probable es que te culpe. —Como sea me quiere hundir, ¿no? Él asiente y doy un largo suspiro. —Parece que seguiremos trabajando juntos. —Claro, espero tu llamada. —digo antes de irme cuando abren la puerta. Usé la velocidad para que nadie notará mi presencia, solo podrían sentir un aire cuando pasara. POV’Marinette Paolo y yo nos encontrábamos sentados en la sala de espera en la estación de policía, solo permitieron que mis padres entrarán y me sentía como una niña. ¿Por qué no podía entrar? No lo sé, veo a Paolo a mi lado y se veía preocupado, me hace sentir mal. —Lamento que te hayas enterado por mi que mi hermana andaba con otros chicos. —Era trabajo, puedo entenderlo. —¿Lo sabías? —¿Sería malo si es así? —La verdad me sorprendería. —¿Por qué? No hacían nada malo. —¿Entonces que? —Ella solo hacia bailes Mari, confiaba en ella. —Si bueno, yo tampoco la creí capaz, pero eso fue lo que me dijeron los oficiales y la verdad es que no sé. —No lo saben todo hasta que encuentren al culpable. —Cierto. —aprieto mis labios. —¿Y por qué les dijiste eso a tus padres? —mantiene la conversación. —Debían saberlo. —Si, pero no sé lo contaste antes, si no como para evitar que te llevarán de aquí. —¿Escuchaste la conversación? —Hablaban con un tono muy elevado —suelta una pequeña risa. —Quiero estar al tanto del accidente. —Está bien, no quiero minimizar nada, pero ¿Y después qué? —No lo sé, tenía mis días planeados con mi hermana. Agacho mi rostro y siento como me abraza, me siento bien cuando lo hace, ¿Será por qué es parte de la vida de mi hermana? Besa mi cabeza y una corriente se desplaza por mi cuerpo. —Mari vamos —dice mi padre enojado. Paolo me suelta y vemos que mi padre sale de la estación de policía, luego vemos a mi madre con unas cuantas lágrimas. —¿Qué sucedió? —pregunté preocupada y me levanté. —¿Qué puede suceder? Tu padre no quería aceptar el trabajo que hacía tu hermana y con el hombre con quién tuvo el accidente lo confirmo. —¿Lo confirmó? ¿Cómo? ¿Está aquí? Lo busque con la mirada, no sabía quién era, pero podía suponerlo. —Está muerto Mari, estaban buscando su cuerpo, y se tardaron, pero lo hallaron muerto, los investigadores dicen que esa es la razón por la que el vidrio del parabrisas en la parte del piloto está roto, suponen que el choque fue tan fuerte que salió volando… Cubro mi boca sin poder creerlo y la abrazo. —Debemos irnos, el vuelo saldrá pronto —se separa de mí. —¿Aún piensas irte? —¿Qué más dolor quieres causarte mi niña? —acaricia mi rostro—. Lo que queremos hacer no está mal. —¿Puedo pensarlo? —Tu padre se enojara. —Soy una adulta. —Un adulto que intentó quitarse la vida —me susurra enojada. —Ya les dije que… —Respiro hondo. Nadie me cree, ¿Y si alguien me drogo y lo hizo por mí? No lo sé, soy una enfermera, no tenía enemigos solo me dedico a ayudar. —Saldré en un momento —le dije y ella asintió. Mamá sale de la estación y me volteo a ver a Paolo. —Parece que ya no me quedan excusas, ¿Eh? —Intento bromear. —Te agradará, ya lo verás. —¿Por qué lo dices así? ¿No irás? —Lo estaba considerando. —¿Y que te detiene? ¿Qué excusa tienes? Él se queda callado y con mi reflejo, veo como mueve su mano, la sube y desea llevarla a mi rostro, yo me alejo un poco, y él parece retractarse, pero luego me acerco y tomo su mano. —Lo siento… no se si debería ir. Agacha su rostro. Ahora soy yo la que lleva la mano a su rostro y le acaricio la mejilla. —Todo está bien… ¿Por qué dices eso? Él suspira, toma mi muñeca y me aparta la mano para dejar de acariciarlo. —Por ti Mari.
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