Un humor de perros y un rostro familiar

2509 Words
Me alejo de ahí lo más rápido que puedo y no sé si es mi buena suerte pero encuentro a mis padres y a los de Liam en una mesa arreglada detalladamente en el jardín. Todos al verme, se pararon de sus asientos (cosa que todavía en la actualidad no entiendo). —Qué bueno que ya llegaste, querida —me saluda Rachel. Le sonrío en modo de agradecimiento y me siento al lado de mi padre, que me susurra: —¿En dónde estabas, Cassandra? — por su tono, presiento que está entre modo de alerta y divertido. —Pregúntale a Liam — pongo los ojos en blanco. —Hijo, toma asiento —habla Arthur. — Por supuesto que al lado de tu futura esposa. Sólo de escucharlo, me provoca un escalofrío desagradable en el cuerpo. Algo que se me hace raro, es que Liam no protesta y se sienta a mi lado. Mi padre, para empeorar las cosas, se acerca también a mí, por lo que tengo que acercar mi silla con la de Liam, notando una mirada pícara por parte de mi progenitor. "¿Con que ese es tu plan?, bueno, te tengo noticias, yo también tengo el mío…" Sé que es el momento perfecto de quitarme los lentes y eso es lo que hago, todos platican, pero cuando voltean a verme, sus expresiones son bastantes divertidas, por lo que no entiendo, ¿qué es lo gracioso? —Hijo, ve y límpiate ese lápiz labial que está regado en tu cara. Mierda…. Mi mirada automáticamente va hacia Liam y en efecto, el idiota tiene pintado parte de sus labios y barbilla con mi lápiz labial. Pongo los ojos en blanco y él me dedicó una mirada de: “lo hice a propósito”. Si no lo golpeo aquí, es porque están sus padres y los míos, pero si estuviéramos solos, me encargaría yo misma de que no tuviera descendencia. —Se quita fácil, madre, ¿verdad? — dice Liam. Se levanta para limpiarse, dejándome sola con tres adultos mayores con sonrisas picaras. Debo decir que este es el momento más absurdamente incómodo por el que he pasado. Lo bueno que el idiota no tarda tanto y se sienta de nuevo a mi lado. Todos retoman su plática interesante menos yo, me quedé callada cual cubo de hielo y veo que Liam se está divertido, disfrutando mi mal humor. —Así que, ¿ya decidieron de qué color será la taza de baño? — pregunta mi padre. Le dediqué mi mirada de: “No estás ayudándome”. —Eso está en proceso — comenta mi peor pesadilla. —¿Ya saben dónde será la luna de miel? — pregunta Arthur. —En mi casa —digo sarcástica para mí misma. Lo bueno es que nadie me escuchó, pero el idiota a mi lado sí lo hizo, por lo que me da un codazo. —¡Oye! — me quejo. —Creo que sería bueno en alguna playa — responde a la pregunta. —Estás loco, yo no iré a ninguna playa, prefiero el bosque. ¿Qué carajos? No habrá ninguna luna de miel… bueno, por lo menos no con él. — El desayuno está servido — anuncia una sirvienta, mientras acomoda los platos. Noto que la misma sirvienta que había anunciado el desayuno está observando únicamente a Liam con un sonrojo en sus mejillas, pero éste ni le hace caso. No sé por qué pero me enojo y no por los celos, este idiota debería de tratar mejor a las personas, se cree el centro de atención, tal vez en su mundo sí, pero este no es su mundo y yo me encargaré de que se dé cuenta. —Idiota — susurro. —¿Dijiste algo? —Nada que te importe — le contesto de mal humor. Todos comenzamos a desayunar y admito que está delicioso, el desayuno es un omelette acompañado de tocino. —Tenemos un anuncio — dice mi padre, pero ni le tomo importancia, ya que estoy disfrutando mi desayuno, al igual que Liam. —Las dos familias iremos de campamento el próximo fin de semana a un lago — continúa Arthur con una sonrisa. Literalmente, Liam y yo escupimos al mismo tiempo el jugo natural que estábamos bebiendo. —¿QUÉ? — articulamos los dos, confundidos e impactados. Ahora no solo tendré que soportar a mi peor pesadilla, sino que también pasaré varios días en continua comunicación con él. Genial, esto no puede empeorar. —Y adivinen qué — agrega Rachel muy emocionada, con sus manos en su pecho. — Iremos como personas normales, sin servicio ni las comodidades que usualmente tenemos. ¿Dije que no se podía poner peor? Bueno, me equivoqué, pero por lo menos le veo lo positivo a este campamento, Liam estará en mi radar todo el tiempo, por lo que está en desventaja con mis muy futuras bromas. Sonrío ladina. Este campamento será inolvidable para las dos familias pero yo me aseguraré de que para Liam sea el peor, cueste lo que me cueste. Para que al fin se cancele este maldito compromiso… *** Liam — ¡Tienes que estar jodiéndome! Pongo los ojos en blanco, ya que el idiota de Xavier lleva como media hora riéndose, luego que le conté lo que había pasado en la cena de compromiso. El muy idiota estuvo haciendo "algo importante" y por eso no pudo ir, pero yo sé que solamente estaba follando con alguna tipa. Me había importado un cacahuate, total, el evento no era de mi agrado y mucho menos, nada importante, así que estaba perdonado. Lo único bueno fue que vi a Sara nuevamente, pero nuestro encuentro fue rápido y lo que me dijo, no me agradó para nada. Flashback: —¡Sara! — la miré con asombro. — ¿Qué haces aquí? Me sonrió como antes, haciendo que le correspondiera de inmediato, como siempre. —Vine a decirte que… lamento haber desaparecido estos días. —¿Por qué te fuiste así? — la miré con recelo. — Eso me pareció… —¿Sospechoso? — suspiró. — Lo lamento, estaba tan desconcertada como tú por la pérdida. —Realmente pensé mal de ti — hablé de mal humor. —Lo entiendo, pero ahora tengo que decirte algo importante — me miró con aspecto enigmático. —¿Y qué es? —Debes seguir adelante con este compromiso y casarte con ella — dijo firme y yo fruncí el ceño sin comprender. —¿Por qué? —Es lo mejor para tu empresa, así recuperas lo que perdiste, Liam. —¿Qué hay de nosotros, Sara? Agachó la cabeza, sus mejillas estaban enrojecidas. —Yo… Vi a Cassandra y tuve que actuar, antes de que se diera cuenta que conocía a Sara de algún lugar. —Sígueme la corriente — murmuré sólo para ella, quien lo hizo a la perfección. Incluso la cachetada que me dio y su indignación, aunque sospecho que esa última no fue para nada actuada. Noté tristeza en su mirada y cierto enojo, seguramente tampoco quería que me casara, así como yo… Tenía que hablar con ella, necesitaba saber por qué me pedía que siguiera adelante y me casara con Cassandra. Fin Flashback. Todo este asunto me tiene de pésimo humor. —Cuidado y te orinas en los pantalones, tarado. Estoy que hago berrinches como un niño y no sólo porque Cassandra es la mujer más irritante e insoportable que he conocido jamás, sino porque mis padres me están presionando con la maldita fecha de la maldita boda. Tengo que admitirlo, tiene un cuerpo de infarto, pero es tan fea como machucarse los huevos con el cierre del pantalón. ¿Quién querría casarse con alguien así? ¡Yo no! —Es realmente horrenda — hablo en voz alta sin darme cuenta y Xavier suelta una nueva carcajada. —Ajá y por eso te le fuiste encima y comenzaste a besarla y acariciarla. Su sarcasmo es su fuerte y por eso, tengo ganas de lanzarlo por la ventana justo ahora. — Si ella no te detiene, de seguro te la coges esa misma noche y luego en el desayuno — sigue hablando el idiota ése. —Ya te dije que no sé lo que me pasó — resoplo. Y la verdad tampoco lo sé, yo quiero a Sara. —Te abdujeron los aliens — se burla. —Cállate. —¡Pero qué mal humor! ¿Cassie te dejó con las ganas? Alzo la mirada, con el ceño fruncido. —¿Quién es Cassie? —Tu mujer… bueno, no, no lo es porque no te la has cogido aún. —Eres asqueroso — hago una mueca de desagrado. —No soy yo quien quiere tener sexo con un trol — se encoge de hombros. No sé por qué, pero ese comentario me molesta, sin embargo, me quedo tranquilo, tratando de serenarme y pensar con la cabeza fría. —¿Podemos dejar de hablar de ella y del dichoso compromiso? Paso las manos por mi cabello, pensando en lo que voy a hacer. Recuerdo perfectamente el día de ayer, donde había propuesto un desayuno familiar para probar a la feita, pero mi deseo por tocarla no hace más que incrementar. ¡Y eso que había ido como un espectro, con esos labios negros y ojeras más pronunciadas, como si fuese un completo cadáver! Digo, ya de por sí es fea, ¿no puedes al menos arreglarse un poquito? Lo peor fue lo que le siguió después. Tenemos un campamento familiar y vamos a ir a un horrendo bosque a pasar unos días llenos de "naturaleza", pero de seguro, sólo será una tortura para mí, con Cassandra allí. Lo peor no es eso… Resulta que tengo prohibido acostarme con alguna mujer, incluso no puedo siquiera mirar y hablar a ninguna, porque sino, mi padre va a desheredarme de inmediato. Eso significa que hasta Sara está fuera de mis planes y tengo unas ganas enormes de besarla y cogérmela, seguramente por eso quiero desquitarme con Cassandra. Incluso tengo que guardar fidelidad en el matrimonio, como si fuese un maldito monje franciscano, es una de las condiciones que pone la fea. —Quieren arruinarte la vida, ¿no? Xavier sigue mirándome burlón, pero al menos ya no se ríe a carcajadas. —Todo por haber perdido ese dinero — refunfuño de mal humor. — Créeme que si pudiera, lo conseguiría de otra manera, pero no así, siento como si fuera a una cárcel de máxima seguridad. —Oh, vamos. ¿Seguro que es tan fea? Quizás estás exagerando… —Lo dices porque tú no la viste en persona, pero viste la foto y es peor, mucho peor. —Y aún así quieres follártela. —Una cosa no tiene que ver con la otra — espeto molesto por su tono burlón. —Estás jodido. —¿Crees que no lo sé? Me arrepiento de haberme dejado llevar por esa mujer, esos seres son el diablo. Menos Sara, en ella confío plenamente y sé que va a buscar la manera de hacer que no pueda casarme con Cassandra. Xavier se queda callado unos segundos, lo que me hace cuestionar qué rayos pasa por su cabeza. —Se oye interesante esa chica, Cassandra. —¿Qué dices? —Me gustaría conocerla algún día. —¡Estás de joda! Me mira con diversión y quedo completamente perdido por su expresión. ¿Qué mosca le ha picado? —Estás celoso. —¡¿Qué?! Debe estar loco. ¿Yo, celoso de ese fenómeno? Qué espanto. —¿Por qué el tono irritante entonces, cuando dije que quería conocerla? —Porque me parece increíble que quieras conocerla después de haber visto su foto y por todo lo que te he contado de ella. No es mentira lo que digo de todos modos, que Xavier Bathory me diga que está interesado en esa clase de mujer, me parece de lo más inverosímil. —Ni tanto, considerando cómo te tiene a ti, amigo. No soporto sus ojos chispeantes, o que diga que siento algún interés en Cassandra Goldman. ¡Vamos!, es completamente absurdo que alguien piense algo así. Yo deseo a Sara. ¡A ella solamente! Aunque no tengamos una relación formal ahora, íbamos a tenerla cuando Cassandra se atravesó en nuestro camino. Me acerco hacia la ventana, evitando su estúpida mirada. Me irrita que tengamos que seguir hablando de ella, cuando ya le había dicho que todo ese tema del compromiso me tiene al borde de la locura. ¡No quiero casarme y punto! Xavier se acerca a mí y estoy a punto de reclamarle, pero me llama la atención que lanza un largo silbido, atrayendo mi atención. —¡Qué mujeres! Veo en la dirección que están sus ojos y sin poderlo evitar, una sonrisa se asoma en mi boca. ¡Un par de nenas lindas! —Agarra tú la morena, yo me quedo con la rubia. —La morena es hermosa y mira su cuerpo — me deleito de mejor humor, como antes hacíamos en nuestros tiempos de ocio. Frunzo el ceño al darme cuenta que sus facciones me son raramente familiares. ¿Por qué lo siento como un deja vu? —¡Hey, preciosa! A través de la ventana y como todo un idiota, grito en dirección de las dos bellezas, que curiosamente, me miran (al menos una de ellas) con una especie de pánico en su rostro. —¡Rubia divina! — Xavier me sigue, ganándose un gesto con el dedo del medio de la susodicha. —Linda, me cae bien —sonrío de medio lado. —¡Jajajaja! Definitivamente, voy a casarme con ella. —No seas absurdo — chasqueo la lengua. —¿Y a ti qué te pasa? Andas raro, amigo. —Esa mujer de cabello oscuro… se me hace bastante familiar. Este pone los ojos en blanco. —Estás paranoico, ¿sabes? Dijiste lo mismo de Cassandra el día que la conociste y cuando te pregunté si ya la habías visto antes me dijiste que no. —Es que no la había visto… creo. —Liam — blanquea los ojos de nuevo. —Es que en verdad, últimamente los rostros de las mujeres con esas características se me hacen familiares — lo miro con pánico. — ¿Estaré enloqueciendo? Xavier vuelve a reír de manera escandalosa. —De que estás loco, lo estás. Lo que me preocupa es que sea esa mujer quien te lleve a ese estado, no vaya a ser que te enam… —¡Cállate! — lo miro molesto. — Eso no va a pasar y menos de una mujer como ella. ¿Quién crees que soy? Liam Sanford jamás va a enamorarse de una mujer como esa fea, eso tenlo por seguro. —Más te vale que sea así o dejaré de ser tu amigo — ríe Xavier. Me quedo pensativo unos segundos, con la misma sensación de familiaridad en el rostro de esa mujer. Me surgen más dudas. ¿Quién rayos es Cassandra Goldman?
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