Liam Quizás se había congelado el tiempo, porque Cassandra no se mueve por varios segundos, así que me quedo arrodillado como un idiota, esperando su respuesta. —Estás loco. Suelto el aire que tenía retenido, mirándola con incredulidad. ¿Qué había dicho? —¿Acaso no puedes contestar un sí o no? —Entonces no. Lo dice de manera fría y cruel, haciendo que apriete los dientes. Pero no es lo peor, no contenta con eso da media vuelta y se va, dejándome plantado como un árbol en ese duro suelo. Estoy harto de su prepotencia, así que me dejo llevar por el enojo y corro detrás de ella, para decirle lo que pienso de sus aires de "diva". —¡Hey, tú! Ella no voltea a verme, como si nadie le hubiera hablado. Es una ofensa, no puedo dejarla ir así. Apresuro el paso y la tomo del brazo, obli