En la bulliciosa universidad, donde los secretos parecen expandirse más rápido que la luz, Mónica y Celeste se encontraron en medio de un interrogatorio casual. Mónica, con una expresión intrigada, dirigió su mirada a Celeste. —¿Dónde estuviste ayer? —preguntó con curiosidad, sabiendo que la respuesta podría ser interesante. Celeste titubeó por un momento antes de responder, tratando de encontrar las palabras adecuadas. —Ha... estuve con Thomoe —respondió, con una mezcla de nerviosismo y reserva. La mirada inquisitiva de Mónica se intensificó. —No me mientas, hermanita. Conozco cuando me mientes —advirtió, decidida a descubrir la verdad. Celeste se sintió acorralada, pero decidió revelar un poco más de información. —Estuve con Thomoe —insistió, aunque su tono sugería que había más