Thomoe estaba ordenando su ropa cuando recibió el mensaje de Dan. Mientras lo leía, Celeste se acercó con curiosidad, sus ojos escudriñando el teléfono de Thomoe con interés. —¿Pasa algo? —preguntó ella, con una leve arruga de preocupación en su frente. —No, vámonos —respondió Thomoe brevemente, con una mirada rápida hacia Celeste antes de volver su atención al mensaje. Celeste levantó una ceja, su curiosidad era aún palpable en el aire. —¿A dónde? —preguntó Celeste, con un destello de intriga en sus ojos. Thomoe sonrió con astucia, sus labios curvándose en una mueca juguetona. —A dar un paseo. Decidí no dar clases hoy. ¿Quieres venir conmigo? —ofreció, con su tono sugestivo cargado de anticipación. Celeste asintió emocionada, con una sonrisa iluminando su rostro. Se apartó para ar