CAPITULO 37.
NARRADO POR ERYX
Estoy en un sueño profundo, seguro porque tengo a mi amada a mi lado, no podía sentirme mejor, era el hombre más afortunado del mundo, la sentí despertar pero me quedé en silencio y con los ojos cerrados esperando a ver qué hacía, está mujer me tenía loco, ella era mi punto debil, mi todo.
Siento como deja un beso en mis labios y no puedo evitar seguirlo, sus labios eran mi droga, toda ella, su cuerpo, amaba cada parte de su anatomía, ella era mi mujer, mi otra mitad, la persona con la que quería formar una familia y pasar el resto de mi vida, solo con ella, no hay ninguna más.
-Hola dulzura- en un rápido movimiento que la sorprendo la pongo debajo de mi, ella tenía algo que hacía que me pusiera a mil.
-Hola cariño- la beso y ella se deja porque sabe que me pertenece, que es mía, y yo soy suyo, tenía su nombre grabado en mi piel, en mi alma y en mi corazón.
Le comento lo maravilloso que es tenerla conmigo en mi casa, porque me encanta la sensación que me genera tenerla aquí, la deseo mucho, pero la amo aún más, no era solo carnal, con ella no podía ser solo sexo, Alyn se merecía todo lo que su boca pidiera, era mi diosa, separó sus piernas y me hundo en ella lentamente, se siente tan bien, cómo entrar al paraíso.
La beso y la siento temblar entre mis brazos, ella siempre responde tan bien a mis caricias, nunca me cansaría de tenerla en mis brazos de tenerla conmigo a mi lado, ella hunde sus uñan en mi espalda y hombros y yo solo disfruto de la sensación.
Ella tenía el don de calentarme de la nada mi cuerpo siempre estaba a espera del suyo, me encantaba hacerla gemir y que ella tocará todo mi cuerpo solo hacía que mis movimientos incrementarán, quería estar sobre ella todos los malditos días de mi vida, no hay en otro lugar en el cual necesite estar.
-El mejor sexo de mi vida- dice cuando hemos terminado causando que sonría, no solo quería que fuera sexo, quería hacerle el amor y que ella lo notará, porque yo la veneraba, ella era mi diosa.
Tomamos una ducha juntos en dónde hicimos de todo, porque no podía permanecer lejos de su cuerpo y ella lo disfrutaba, era igual o peor que yo, siempre tenía ganas, siempre quería que se la metiera y eso me volvía loco, quería complacerla en todos los sentidos.
No soy de cocinar pero se que ella tampoco, y lo menos que quería es que sintiera que por ser mujer ella era la que debía de hacer estas cosas así que me pongo el delantal y hago lo que casi nunca ejecutó, cocino un poco de todo porque quería tenerla fuerte para que mi hijo estuviera saludable.
Me encanta ver como come sin pena, me alegro ya que por ese lado no tendría problemas con ella, debía de alimentarse bien para que ella y nuestro futuro hijo estén bien, me acuerdo de las pildoras y las busco, se las doy y le invento una estúpida excusa de que son para que no se desmaye de tanto sexo que íbamos a tener y no porque quería que nuestro hijo o hija fuera fuerte y saludable.
Pasamos el día en casa y por primera vez en mucho tiempo me siento completo.
Ya Camile tenía claro que la mujer a la que amaba era Alyn, y mi mujer se había enterado que la que creía era su mejor amiga está loca de remate, se que a Ali le dolieron todas sus palabras pero ya era hora de que abriera los ojos y supiera la clase de persona que era Camile Fontaine, y yo estaría siempre a su lado para apoyarla, por eso fue que la acompañe al hospital por Alyn no por la perra loca.
La verdad es que si le tenía miedo a la loca, no sabía de lo que sería capaz y mi mujer era demasiado buena para darse cuenta de las malas intenciones de una persona tan dañina cómo Camile, ella la consideraba su hermana no la culpaba, pero poco a poco se daba cuenta que no sabía quién era en realidad Camile, ni siquiera sabía que tenía una psiquiatra y que su locura era verdadera.
El padre de Camile nos cuenta que su hija está loquita desde pequeña, es esquizofrenica, y había dejado el tratamiento hace mucho tiempo y se negaba a medicarse, me enfurezco aunque no digo nada, cómo es posible que el supiera todo eso y nunca le hubiera advertido nada a mi chica que era la persona que vivía con ella, Dios este tipo era un inconsciente, Camile pudo haberle hecho mucho daño a mi chica por culpa de el .
El padre de Camile nos dice que nos avisará de alguna eventualidad, y yo logro convencer a Alyn de buscar sus cosas sy llevarlas a mi departamento, no quería que estuviera aquí cuando le dieran el alta a la loca porque eso era lo que pasaría, no la quería cerca de la loca, yo debía de cuidar a mi mujer y a nuestro futuro hijo.
Veo la tristeza en sus ojos por tener que salir de su hogar por tener que saber que su amiga estaba loca y que todo había Sido una falda, siento su dolor, y juro que haré todo lo que esté en mis manos para que ella sea feliz a mi lado.
Teníamos 15 días viviendo juntos y no podía estar más feliz con eso cada día que pasaba me daba cuenta que había tomado la descicion correcta que ella era el amor de mi vida, mi otra mitad, mi mujer, quería formar una familia a su lado tener muchos hijos, casarnos hacer una ceremonia muy grande en dónde le gritemos al mundo lo mucho que nos amabamos, porque eso era lo que sentía por ella, amor en su más fina expresión. Amaba a Alyn Davis y deseaba hacerla mi esposa.
Cómo todas las mañanas salí hacer ejercicio porque tenía que mantenerme en forma para mí futura esposa, para siempre estar sexy y provocativo para ella, aunque a mí me gustaría Alyn cómo sea, no era su cuerpo lo que me atraía era ella, toda ella.
Cuando entro a casa no la veo en la sala como de costumbre, es muy raro, escucho ruido en la habitación así que me dirijo en busca de mi mujer, ella siempre me esperaba sentada en el sofá y me saltaba encima en lo que cruzaba por la puerta, al entrar la veo acostada y con mala cara, ella no era de pasarse el día acostada así que de inmediato supe que algo había pasado.
-Estas bien mi amor?- le pregunto asustado, era mi deber que ella estuviera bien en todos los sentidos.
-Estaba desayunando, me cayó mál la comida, vomité y luego se me bajo la tensión- sonrió sin evitarlo porque si lo que creo es cierto ella ya está esperando a nuestro retoño, no puedo evitar irme acostar a su lado porque creo que soy el hombre más feliz del mundo.
-Me tenías que haber llamado mi vida, yo debo cuidar de ti- y de nuestro pequeño o pequeña que crecía dentro de ella.
Le comento mis planes de ir a dónde sus padres a contarles todo lo que había pasado, lo que estaba pasando, ellos se merecían saber la verdad, se que a ella le daba miedo y me lo hizo saber, porque me habían presentado como el prometido de su mejor amiga y los padres de Alyn veían a Camile como una hija más, pero cuando le explicaramos todo estaba segura de que ellos aceptarían nuestra relación, y le demostraría a ellos y al mundo lo mucho que amaba a mi chica.
Al final la convencí, y eso me alegro el alma, cada día que pasaba nuestra relación se hacía más formal, la quería llevar a Grecia a qué conociera a mi madre, aunque no teníamos mucho contacto ella se lo merecía, quería ser mi mejor versión, dejar todo atrás y complacer a mi mujer en todo lo que ella deseara, daría mi vida entera con tal de verla feliz.
Luego del almuerzo me voy a bañar para ir a visitar a mis futuros suegros, pero al salir me encuentro con la sorpresa de que Camile nos quiere ver y se que eso no traerá nada bueno, trato de negarme, no quiero que vayamos a verla, tenemos que ir a dónde sus padres pero ella me ruega, de alguna manera la entiendo, no es nada fácil estar en su lugar, así que termino cediendo porque no le puedo decir no a nada que ella me pida.