Capitulo 24.
-Cariño- me llama mamá desde la puerta del cuarto- ya es hora.
-Si lo sé, pero..
-Pero nada Ali ponte los pantalones y ya vámonos.
Hoy era el día de mi cesárea porfin vería a mis bebés, pero el único y pequeño problema era que no quería ir, porque estaba muy nerviosa, no sabía como iba a salir todo y eso me causaba una ansiedad estremadamente grande, suspiré y me pare de la cama, todo saldrían bien.
Ale estaba sentado en la sala con papá el se portaba cómo mi novio, cómo el padre de mis hijos y no se imaginan cuánto se lo agradecia, aunque sonara bobo no quería que los demás me vieran como una chica joven teniendo a dos niños sin un padre.
-Estas guapa- me burla Ale y ruedo los ojos, es tan idiota.
-Paresco un hipopótamo- el se ríe y me ayuda a caminar a la salida de la casa mienstras mis padres nos siguen de cerca.
-Fox ya está arreglando todo para tu llegada.
-No puede ser otro dia?- el se ríe y niega mienstras entramos al ascensor.
-No, es hoy y punto.
La verdad muy dentro de mi quería alargarlo para que Eryx estuviera presente el día del nacimiento de nuestros hijos, se que el no se lo merecía el no se merecía que yo aún lo amara y mucho menos que lo quisiera ver a de mis hijos.
El trayecto al hospital fue más rápido de lo que yo hubiese querido, al llegar pronto registraron mi ingreso y me prepararon para llevarme a quirófano, Ale estaba feliz con que uno de mis hijos llevará su nombre, la verdad no lo pensé así en el momento de elegir los nombres, solo me metí en una página de nombre de griegos y esa fue una opción que combinó y quedó bien, pero no iba a arruinar sus sentimientos.
-Estas lista para traer a esos dos muñecos al mundo?- me pregunta el doctor Fox al entrar a la habitación y le sonrió más que todo por cortesía.
-No, espero que tú si lo estes- el se ríe y empieza a charlar con mis padres para luego revisarme por última vez antes de llevarme al quirófano.
El frío del lugar las caras desconocidas solo hacía que mi sentimiento de nervio aumentará más, mamá no quiso entrar conmigo ya que le tenía pánico a la sangre y mi padre bueno el era hombre, si se desmayo con mi nacimiento en la sala de espera no creo que fuera mejor estando en quirófano, así que a mi lado de encontraba Ale agarrando mi mano y tratando de darme fuerzas.
Deseaba tener a Eryx a mi lado que fuera el la persona que sostuviera mi mano, que estuviera junto a mi como siempre debía de ser, pero sabía te daba muy consiente de que eso solo eran fantasias mías, el estaba casado, y siempre fue Camile nunca fui yo, simplemente le servi cómo pasatiempo.
El primero en nacer fue Darién, un hermoso niño blanco con brillantes ojos azules que me derritieron el alma, minutos después nació Adonis que tenía los mismos ojos que su hermano y padre, mis niños estaban sanos aunque un poco pequeños estaban muy bien, nos pasaron a una habitación privada, ya que los niños no les hacía falta incubadora, mis padres llegaron cuando porfin los dejaron pasar y cada uno tomo a uno de los bebés y se entretuvieron mimandolos.
La herida no me dolía mucho por los analgésicos pero en lo que pasará el efecto sabía que vería al mismisimo diablo en interiores.
-Son hermosos, y tienen sus ojos- dijo mi madre sin pensar haciendo que se me aguaran un poco los ojos.
-No pueden negar que son sus hijos- ahora fue mi padre, si ellos supieran lo que me duele el tema estoy segura de que no lo tocarían.
-Que piensas hacer ahora?- esa pregunta había rodado por mi cabeza desde hace meses, que hacer? Tener dos hijos con llevaba muchos gastos, dinero que no tenía.
-En lo que pueda buscaré un trabajo mamá, no puedo quedarme en casa por más que quisiera- ella asíente y se para para darme a Adonis.
-Yo los puedo cuidar cariño, paso todo el día en casa sin hacer nada, cuenta conmigo, tu sabes que nosotros te apoyamos en lo que tú descidas y nunca te dejaremos sola con los niños- asiento y ella deja un pequeño beso en mi frente.
Nos dejaron dos días internados en observación para contactar de que todo estuviera en orden, Betsy y su esposo habían venido a vernos, y estaban encantados con los niños, querían que fuéramos a visitarlos pronto y dejaron las puertas de su casa abiertas para cuando quisiéramos ir. Las enfermeras estaban encantados con los niños, Adonis se portaba de maravilla, era un niño muy tranquilo, por su lado Darién era más activo y siempre andaba moviéndose de un lado a otro, eran tan iguales y a la vez tan distintos.
No sabía si era la mejor descicion, pero había oido hablar de un trabajo en Londres, una nueva empresa que estaban buscando personal, prometían un buen sueldo, pero irme a Londres implicaría dejar a mis padres, y no quería eso pero por el bienestar de mis hijos lo mejor era estar lo más lejos posible del radar de Camile, le tenía miedo y no sabía que podría hacer esa loca.
Envié mi currículum, y averigüe mucho sobre la ciudad, me daba un poco de ilusión irme y comenzar una etapa nueva de mi vida, en un lugar en dónde todo fuera diferente y darle calidad de vida a mis hijos, porque ellos se merecían el cielo.
Estaba arreglando mis cosas para irme a casa, apesar de que la herida todavía dolía tratsba de no hacerle mente no era la primera ni la última mujer que pasaría por esto así que era hora de ponerme los pantalones de niña grande y afrontar el problema. L puerta del cuarto se abrió y me sorprendió ver a la persona que entró.
Era el señor Andreato, el padre de Eryx y abuelo de mis hijos, su mirada no se apartaba de las dos cunas que se encontraban en la habitación, parecía sorpendido como si de verdad no sé esperara esto, Dios.
-Ali- murmura cuando se acerca a saludarme.
-Señor Andreato- saludo con educacion- que hace aquí?
-Me entere de tu embarazo muy tarde Ali de verdad siento no haber estado con ustedes, Eryx me llamo, me contó lo que había pasado que estabas embarazada de sus hijos y no pude evitar venir a ver que estuvieran bien- parece aflijido como si de verdad sintiera no haber estado en el embarazo con nosotros.
-No tiene nada porque disculparse.
- Son mis nietos- dice ignorandome- no les faltará nada eso te lo aseguro Ali.