Capítulo 18
Salgo del baño y lo primero que me encuentro en mi camino es a Cami, quién me mira sorprendida y contrariada, cuando me sorprende en el apartamento de Eryx medio desnuda y vistiendo solo su camisa.
—Tú… Aly… ¿Cómo pudiste traicionarme?
Puedo ver el odio con el que me mira. No era así como quería que se enterara de lo mío con Eryx.
—Déjame explicarte Cami. Por favor.
Estoy nerviosa, pero decidí que iba a luchar por lo que quiero y Eryx es el hombre que amo.
—¿Que vas a explicarme? Que a mis espaldas me robas a mi prometido y cojes con él.
Sus palabras me lastiman, sin embargo las acepto porque sé que está dolida y la rabia la ha cegado.
—Nunca estuvimos comprometidos, Camile. Todo fue una loca idea de tu imaginación.
Responde Eryx, furioso.
—Tú me hiciste una promesa, Eryx —grita fuera de sí—. Dijiste que volverías y te casarías conmigo.
—Fue una promesa de jóvenes inmaduros, que quedó rota cuando te sorprendí mamándole el pene a mi mejor amigo en mi propia habitación.
Jadeo cuando Eryx deja al descubierto el engaño de Camile. Nunca hubiera imaginado que ella fuera capaz de cometer un acto tan bajo y ruin.
—Te dije que había cometido un error y te pedí perdón por ello, Eryx —grita—. Porque pensé que me habías engañado y por eso utilicé a tu amigo Julián, para lastimarte. Pero nunca te habría engañado, cariño —se acerca a Eryx e intenta abrazarlo, pero él la aleja—. Siempre has sido tú, te he amado toda mi vida.
Toda la situación comienza a superarme.
—Yo no te amo Camile, nunca lo he hecho. La única mujer a la que he amado realmente en mi vida es a Alyn —le aclara— y es hora de que lo entiendas. Nunca volví por ti. Tú quedaste en el pasado, en medio de un triste y lamentable recuerdo.
Camile se vuelve como loca cuando Eryx le confiesa que me ama y salta sobre mí furiosa, dispuesta a todo.
—Tú, maldita perra. Siempre quitándomelo todo —intenta enterrar sus uñas en mi rostro, pero Eryx la detiene a tiempo—. Siempre quise destruirte —forcejea para soltarse de su agarre, yo solo me alejo aterrorizada de su reacción—, porque no soportaba que todos te quisieran. Me acerqué a ti en la secundaria cuando Dylan puso sus ojos sobre ti, porque yo lo quería para mí y llegaste tú como toda una mosca muerta y lo sedujiste. ¡Puta! ¡Te detesto… siempre lo he hecho!
¿Qué dice? ¡Por dios! ¿Qué carajos está diciendo?
—¡Cálmate, Camile! Ya basta.
Grita Eryx, pero Camile, empeora a cada minuto que pasa y se vuelve incontrolable.
—Alyn, llama a emergencias. Hazlo deprisa, mientras la contengo.
Con las manos temblorosas y la respiración agitada tomo el teléfono y llamo a emergencias.
—¡Suéltame! ¡Déjame matar a esa perra! Todos se enamoraban de ti, pero me encargue de decirle a cada una de tus conquistas, la clase de puta que eras. Les dije que eras una mujer fácil que ibas a la cama con cualquiera en la primera cita, por esa razón, todos y cada uno de los hombres que busqué para ti, querían follar contigo a la primera salida, porque yo les hablaba de lo dispuesta que estabas a ser la puta de cualquiera. No sabes lo mucho que me agradecían por la información.
¡Dios mío! ¿Qué clase de mente perversa finge ser la amiga de alguien solo para destruirla?
Hablo con la operadora y le explico la causa por la que los he llamado. Me indica que ya un equipo de paramédicos se encuentra en camino. Mientras, alcanzo a escuchar cada una de las malévolas acciones que planificó en mi contra, cuando pretendía ser mi amiga.
Me volteo hacia ella, destrozada completamente por todo el daño que me hizo.
—¿Qué jodida mierda te hice, Camile? Para que quisieras hacerme tanto daño. ¡Te traté como a mi hermana! —Grito—. Te quise como la hermana que nunca tuve, mientras tú solo te acercabas a mí con la intención de destruirme.
Las lágrimas comienzan a rodar por mi cara.
—¡Nunca te quise! —responde con furia—. Te odié desde el primer día y no sabes cómo me irritaba tener que abrazarte y besarte cuando lo que sentía era asco y repulsión por ti. Fingí ser tu amiga solo para estar cerca de ti y hacer tu vida miserable. Me encargué de que ningún hombre te quisiera. Los usé a mi antojo y les hice creer que eras una puta, que eras una mujer incapaz de amar y que solo los usabas para tu beneficio. Y todos me creyeron, a excepción del maldito de Alejandro, que también está cegado por ti. Sin embargo, eso no lo detuvo para pasar la noche conmigo luego de la cena a la que nos invitaron tus malditos padres —¿Cómo pudo caer tan bajo?—. ¿No te lo dijo? Lo seduje con astucia y a pesar de que se esforzó mucho para resistirse, al final me lo llevé a la cama.
Comienza a reír a carcajadas. Mi piel se eriza, al escuchar cada una de sus palabras, ha perdido la razón completamente.
—¡Cierra tu puta boca, Camile! —Grita Eryx—. Estas completamente, loca. Solo una mujer desquiciada es capaz de cometer actos tan despreciables. Siempre has sido malévola y perversa. Por eso nadie te quiere, porque eres un ser dañino e indigno.
Camile enloquece a tal punto que Eryx ya no puede retenerla. Logra soltarse y salta sobre mí como un animal sediento y dispuesto a matar. Logro defenderme de su ataque, pero Eryx la atrapa de nuevo antes de que me haga daño. El timbre comienza a sonar y salgo de prisa a abrir la puerta, buscando ayuda para controlarla.
Afortunadamente los paramédicos llegan y una vez que la someten, la acuestan en la camilla y la sujetan a ella para que no agreda a nadie, ni se haga daño ella misma.
—¡Suéltenme, malditos! Voy a acabar con todos ustedes. Pero antes déjenme matar a esa puta, para que desaparezca de una vez por todas.
Estoy temblando. Nunca antes presencia una situación como esta y tampoco me imaginé que Camile sintiera tanto odio por mí. ¿Cómo pudo simular durante tanto tiempo? ¿Qué tipo de mente perturbada fue capaz de maquinar tantas perversidades?
—Cariño… ¿estás bien?
Asiento, pero estoy lejos de estar bien.
Sacan a Camile del apartamento para llevarla al hospital. Antes de que se marchen pregunto a donde la llevaran porque a pesar de todo no puedo desearle mal. Aun me sigue preocupando. Aprovecho y llamo a su padre para avisarle sobre lo que le ha sucedido a su hija y el lugar al cual fue trasladada.
Voy corriendo a mi habitación para cambiarme y ponerme mi ropa. Eryx hace lo mismo, ya que no está dispuesto a dejarme sola.
—No voy a dejar que hagas esto sola, nena. Eres mi mujer y voy a protegerte de quien sea. No voy a permitir que nadie te haga daño.
Terminamos de vestirnos y salimos de prisa hacia el hospital.
Una vez que llegamos, nos informan que está siendo evaluada por su siquiatra.
¿Su siquiatra? ¿Cómo nunca me enteré de ello?
Media hora después, nos informan que podemos ir a su habitación, que ha sido sedada, pero que sin embrago podemos verla.
Al llegar allí, nos encontramos con su padre y una doctora que supongo es su psiquiatra.
—Hola, Alyn.
—Buenos días, señor Fontaine.
—Eryx, que bueno verte luego de tantos años.
—Señor Fontaine, el gusto es mío. Aunque lamento la situación en la que nos volvemos a ver.
—Pierde cuidado muchacho. Tarde o temprano iba a suceder.
—No sabes cuándo te agradezco que me hayas avisado de inmediato, Alyn. Gracias a ello, pude contactar con su psiquiatra rápidamente y lograr que fuera atendida por ella.
—No tiene por qué agradecerme por ello. Usted es su padre y estaba en todo su derecho de saberlo.
—¿Estaban allí cuando Camile perdió el control?
—Sí —respondo—. Ella estaba fuera de sí, pronunciando cosas sin sentido.
No me atrevo a contarle las cosas terribles que nos dijo, cuando se descontroló, sentía que nada de eso era verdad.
—Lo siento, Alyn. Pero mi hija fue diagnosticada desde muy pequeña con un caso grave de esquizofrenia paranoide. En ocasiones perdía el contacto con la realidad y se tornaba agresiva, al punto que atacaba a cualquiera que se interpusiera en su camino. Dejó de asistir a las consultas de la especialista y abandonó el tratamiento prescrito por ella. Temíamos que tarde o temprano los síntomas reaparecieran, pero no hubo manera de convencerla para que retomara las sesiones con la psiquiatra.
Ella nunca me contó sobre su enfermedad. Y estoy segura que debido al odio que sentía por mí. De seguro hay muchas cosas más que desconozco sobre ella.
—¿Camile, estará bien?
A pesar de las terribles cosas que hizo contra mí, no puedo odiarla. Mucho menos ahora que sé que es una mujer enferma.
—No lo sabremos hasta que la doctora Baca, la evalúe. Llegó muy alterada y hubo que sedarla, pero me temo que esta vez su condición es grave.
—Será mejor que regreses mañana, Alyn. Nos despertará hasta dentro de muchas horas. Te avisaré cuando lo haga.
—Gracias, señor Fontaine. Estaré esperando su llamada.
Luego de que Eryx y yo nos despedimos de él, volvemos a su apartamento. Toda la situación e tiene completamente alterada. Nunca imaginé que Camile fuera capaz de actos tan viles, pero supongo que todo se debió a su grave estado de demencia.
—Nena, vayamos al apartamento de Camile y saquemos todas tus cosas de allí. No te quiero ni un solo segundo más en ese lugar. No voy a arriesgarme a que regrese y pueda hacerte daño. No sabemos qué tan peligrosa pueda ser en su actual estado. No voy a permitir que corras ningún riesgo.
Asiento, conforme con su solicitud. Tampoco quiero permanecer allí. Ya no me siento segura con ella.
Eryx y yo pasamos toda la tarde preparando mis maletas y embalando todas mis pertenencias. Miro por última vez hacia atrás, antes de cerrar la puerta, recordando los momentos felices que viví en este apartamento, fueron muchos, Camile no era una simple amiga, era mi hermana de otros padres, lo compartíamos todo, era en la persona que confiaba, que amaba, y estar en esta situación con ella ocasionaba que me sentiera destrozada por dentro.
Subimos al auto y nos alejamos de allí. Eryx me ha convencido para que me vaya a vivir con él, no hay otro lugar al que quiera ir desde ahora. Estoy feliz a pesar de que acabo de perder a la única persona a la que consideré mi amiga, incluso mi hermana. Pero soy consciente que no puedes perder algo que nunca has tenido, así que es el momento de rehacer mi vida y olvidar todo lo que tenga que ver con Camile.
Es el momento de ser feliz junto al único hombre que he amado. Mi búsqueda ha terminado, he encontrado al hombre perfecto para mí y pienso aferrarme a esta oportunidad. Quiero amar y ser amada, es todo lo que verdaderamente me importa en este momento, es todo lo que quiero.