Capítulo 15
Estoy intranquilo sin saber nada de ella. Lo peor de todo es que no puedo ir a su apartamento porque entonces me encontraría con la maldita perra y no quiero ni verla en pintura.
Decido salir de la empresa y esperarla frente a su edificio, escondido dentro de mi carro. No me importa permanecer allí durante una semana si al final voy a poder verla y aclarar las cosas con ella.
Subo a mi convertible y en pocos minutos me encuentro allí, como una especie de acosador al asecho.
Las horas pasan y aún ella no aparece. Los celos se esparcen a través de mis venas como hiedra venenosa, asfixiándome y volviéndome loco de ira. Miles de ideas comienzana dar vueltas en mi cerebro, de ella y ese maldito poniéndole las manos encima.
Busco mi celular para hacer una nueva llamada, pero su teléfono aún permanece apagado. Estoy al borde de la locura, presa fácil de la desesperación y de los celos.
Me bajo del auto, no puedo permanecer encerrado en ese pequeño espacio o terminaré sufriendo de un infarto. Me escondo detrás de uno de los árboles que adornan la avenida, caminando de vez en cuando de un lado al otro, dando tiempo a que ella llegue.
Luego de cinco horas de espera, cerca de las 10:00 de la noche, el puto médico se baja del que supongo es su auto, lo rodea y se detiene frente a la puerta del conductor. Alyn baja del auto con su ayuda, mi corazón se acelera cuando la veo, a pesar que está parada junto a él.
Cruzan algunas palabras, luego la besa, puedo notar lo tensa que ella está sin embargo lo que veo me hace enfurecer tanto, que estoy apunto de llegar hasta ellos y propinarle un par de puñetazos al hijo de puta para que no toque a mi mujer.
Cuando doy el primer paso, ella agita la cabeza de forma negativa ante alguna propuesta del médico, este lo acepta de buena manera y luego sube a su auto para marcharse. Ella se queda parada allí hasta que el auto se aleja y entonces camina en dirección a la entrada del edificio.
Cruzo la calle velozmente antes de que Alyn entre al edificio y pierda mi oportunidad de hablar con ella. La alcanzo en el momento justo en que las puertas se abren.
–Alyn… espera.
Ella se detiene de espaldas a mí, pero sin atreverse a voltear a mirarme.
–Que quieres Eryx.
Su voz es plana y vacía y sé que está muy dolida por lo que paso esta tarde, así que insisto porque necesito que me escuche.
–Necesito aclarar contigo todo nena, explicar lo que realmente pasó en esa oficina.
No responde y ni siquiera voltea aun a mirarme.
–¿Que puedes explicar Eryx? –se voltea y puedo ver el mar de lágrimas rodando por su cara– ¿Que follaste con ella en el mismo lugar donde lo hiciste conmigo?, ¿Qué le jurabas amor cuando minutos antes me prometías que me amabas?
Pero… ¿Que mierdas está diciendo?
No puedo soportar la distancia que hay entre nosotros y me acerco a ella para no darle la oportunidad de que escape sin antes oírme. La tomo del rostro y la miro directo a los ojos.
–¿Cómo puedes dudar de mi amor Alyn? Todo lo que te dije en la oficina fue cierto… te amo nena y sé que lo que pasó te hace pensar que no es así, pero te juro que no existe mujer en el mundo a la que haya amado más de lo que te amo a ti.
Me mira con recelo e incredulidad, así que insisto y lo haré hasta que pueda ganarme esa oportunidad con ella.
–Por favor nena… merezco una oportunidad de que me escuches, no te pido nada más.
Su mirada está llena de dudas y su boca de preguntas sin formular, segundos después asiente aceptando mi propuesta.
–Vayamos a mi apartamento nena, este no es un lugar adecuado para que hablemos.
La tomo de la mano y la arrastro hasta el carro sin darle oportunidad a que se niegue. Abro la puerta del copiloto y la hago subir. Ajusto su cinturón de seguridad mientras mi rostro permanece cerca de su cara y mis ojos clavados alos de ella. Me incorporo y cierro la puerta sin dejar de mirarla. Rodeo el auto, subo y conduzco a toda velocidad, pero sin exceder los límites de lo prohibido.
Media hora después estamos montados en el ascensor. El ambiento es tenso y ninguno ha dicho una sola palabra. Las puertas se abren y antes de salir entrelazo mis dedos con los de ella, gracias a dios no se resiste y ese gesto me da un poco de esperanzas.
Saco mi llave y una vez que la puerta se abre, entramos y enciendo las luces.
–Ven cariño, siéntate por favor.
Está muy callada, así que debo medir lo que voy a decir porque no quiero cometer ningún error con ella y perderla, no lo soportaría.
Toma asiento en unos de los sillones, mientras me quito el saco y la corbata, desprendo unos botones de mi camisa y enrollo mis mangas. Me siento en el sillón ubicado frente, coloco mis brazos sobre las rodillas y uno mis manos.
–Necesito contártelo todo Alyn. No quiero que entre nosotros dos existan secretos de ningún tipo. Pretendo hacerlo bien contigo nena, porque te quiero en mi vida…
Ella asiente en respuesta, así que comienzo a contarle toda la historia.
Le explico todo lo que pasó y no pasó entre Camile y yo, no voy a arriesgarme a perderla por convencionalismos sociales o para que mi padre se sienta orgulloso de mí. Prefiero perderlo todo antes que perderla a ella.
Le digo como se complicaron las cosas con Camile, luego de conocerla a ella. Le explico que la mañana en que me encontró casi desnudo en su apartamento no había dormido con ella, sino que desperté en su cama sin saber cómo llegué allí, porque la noche anterior me había quedado dormido en su cuarto esperándola, para contarle lo que sentía por ella.Que nunca sucedió ni sucedería nada con Camile, porque a la única mujer que amo es a ella.
También le señalo que lo de la oficina fue una gran confusión, contándole con lujos de detalle que fue lo que realmente ocurrió e inclusive por mucho que me duela, las amenazas que Camile se atrevió a gritarme y lo que haría si no acepto a mantener una relación con ella en contra de mi voluntad.
Se lo cuento todo, sin guardarme nada.
Su cara es de desconcierto, incluso está muy pálida, porque lo que le acabo de contar escapa de toda credibilidad.
–Pero… pero, ella es mi mejor amiga Eryx, yo la conozco –niega con la cabeza– ella no puede es capaz actuar así. Estamos juntas desde que éramos pequeñas, siempre ha sido una chica buena y amable, considerada y amorosa… no puedo creer que todo lo que me has contado sea cierto.
Aprieto el puente de mi nariz, molesto porque pueda creer más en ella, que en mí que la amo con todo mi corazón.
Me levanto del sillón y me arrodillo delante de ella.
–Nena, todo lo que te dije es cierto y si te lo conté es para protegerte, no voy a permitir que nadie te haga daño.
La tomo del rostro.
–Tienes que entender que significas todo para mí cariño, que no voy a desistir hasta que por fin seamos libres de gritarle al mundo que nos amamos con toda el alma… solo espero por ti.
Salta sobre mi cuando menos me lo espero y caemos abrazados sobre la alfombra. La abrazo fuertemente, mientras aprieto los ojos y respiro profundamente, dándole gracias a Dios de que la haya devuelto a mis brazos.
La giro y la coloco de espaldas sobre la alfombra, me subo sobre ella y la beso con intensidad. Aspiro su esencia y su sabor con desesperación, porque la necesito más que nunca, necesito sentirla mía.
Ella me devuelve el beso y engancha sus manos a mi cabello. Recorro su costado derecho con mi mano y la dejo sobre uno de sus pechos. Sus punta esta dura, necesitada, deseosa. La oprimo con suavidad y la hago gemir. Me deslizo desde su boca, bajando por su cuello hasta llegar a sus pechos. Dejo besos sobre la tela, hasta que la humedad los transparenta y me deja verlos con claridad.
Abro su blusa, la dejo caer a su espalda y de inmediato saco sus senos del sujetador y los chupo con ansiedad. Duro, con éxtasis, adorándolos, alternando entre uno y otro.Me incorporo para quitarme la ropa, sus ojos no abandonan nunca mis movimientos. Saco la camisa y suelto el cinturón. Abro la cremallera y bajo los pantalones junto con mi bóxer, dejando al descubierto mi ansioso e hinchado pene. Su boca se abre de excitación.
Me arrodillo entre sus piernas y las recorro con mis manos, desde sus tobillos hasta lo más alto de sus caderas. La sujeto de los brazos y la incorporo para quitarle el resto de su ropa. La dejo de pie, mientras me mantengo arrodillado. Llevo mis manos detrás de su falda y bajo el cierre, luego la deslizo hasta sacarla por sus pies.
Solo lleva puesta su ropa interior y sus zapatos altos de tacón y la vista es todo un delicioso panorama. Me pongo de pie y la rodeo. Beso su hombro mientras desato su sujetador y lo dejo caer al suelo. Ella jadea cuando desde atrás rodeo sus senos con mis manos, de inmediato su cabeza cae sobre mi hombro y su cuerpo se tensa de excitación.
Bajo mis manos por el centro de su cuerpo, pasando por su plano vientre y deteniéndome sobre su coño ansioso. Lo acaricio sobre la tela y puedo palpar la gran humedad que comienza a traspasarse por la delicada pieza.
–Dime que quieres nena, quiero oírte pedirlo.
La beso en el cuello, luego subo más arribo y chupo el lóbulo de su oreja. Gime y chilla de placer.
–Te quiero a ti Eryx… a ti, dentro de mí.
Joder… como me encanta oírla gritar lo necesitada que está de mí.
Llevo mis manos dentro de sus bragas y deslizo mis dedos por su resbaladiza abertura. Gime duro al tiempo que contorsiona sus caderas, ávida de más. Hundo mi dedo y siento como una especie de latigazo eléctrico recorrer todo mi cuerpo. Ella arquea su cuerpo tan sensible a mis toques y al deseo que le hago sentir. Saco el dedo y deslizo las bragas por sus largas piernas hasta que caen al piso y con su ayudo las retiro por su pies.
Apoyo su espalda contra mi pecho y meto mis manos bajo sus muslos, elevando sus pies del piso. Camino con ella a cuestas hasta el espejo que hay en mi dormitorio y me detengo frente a él.
–Mírate al espejo nena –extiendo sus piernas hacia los lados para dejar completamente abiertos su culo y su delicioso coño– mira lo delicioso que és ese hermoso coñito –sus ojos caen pesados mientras observa sus partes desnudas reflejadas en el espejo. Extiendo más sus piernas hasta que sus nalgas y sus labios vaginales están completamente abiertos dejándome ver su profunda cavidad y el pequeño nudo de músculos de su culo, que esta noche también será mío.
Dejo salir un gruñido grave de mi pecho al tiempo que mi pene se yergue a su máxima expresión.
–Quiero que tomes mi pene y lo lleves hasta la abertura de tu coño nena, quiero que juntos veamos cómo me empalo en tu deliciosa cavidad.
Rodea mi pene con su mano y lo coloca en el centro de su abertura, la bajo poco a poco hasta que mi pene se hunde completamente en ella.
–Ves cómo te lleno nena –mi voz es grave y muy profunda– sientes como llego hasta lo más profundo de tu v****a.
Flexiono mis piernas y comienzo a moverla de arriba hacia abajo, mientras nuestros ojos se mantienen fijos sobre la figura en el espejo, admirando como nuestros cuerpo se unen en uno solo.
–Me sientes nena… te gusta como mi v***a te toma por completo.
–Siiii Eryx… te siento…. Diossss
Acelero mis movimientos. La tensión desencadenándose en nuestros cuerpos, ambos a punto de sucumbir al orgasmo, y en unos movimientos más la explosión es inevitable. Retrocedo hasta caer sentado con ella en la cama, los latigazos del intenso clímax deshaciéndonos por completo.
Caigo de espaldas sobre la cama, ella sobre mí, mientras me mantengo profundamente enterrado dentro de ella.
–Por dios nena… eso fue intenso.
Mi voz sal en jadeos debido al cansancio. Mi pecho subiendo y bajando aceleradamente.
–Si Eryx… fue increíble.
La beso en la mejilla, salgo de ella y la acuesto sobre la cama.
–Pero aún no termino contigo nena y tenemos toda la noche.
Estoy dispuesto a darle todo lo que me pida, pero también voy a consolidar la familia que tanto deseo con ella, esta noche no dejaré dudas sobre su embarazo, hoy procrearemos a nuestro primer hijo.